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04/02/2019

Europa le dicta sentencia a Venezuela

Europa le dicta sentencia a Venezuela | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El parlamento euorpeo reconoció al “presidente interino” venezolano, como ofrenda de Alemania y Francia a EEUU. Pero varios Estados de la Unión Europea se negaron a hacerlo. El aval de la UE al golpe orquestado por Trump abriría el camino para una intervención militar, y eso los europeos lo saben.

José María Castro

Cualquiera que siga los últimos acontecimientos del país sudamericano, podría pensar que la relación entre USA (United States of America) y Venezuela es inexistente a todos los niveles. Cualquiera podría imaginar que la imposición de sanciones de los norteamericanos, y sus aliados, ahogaban irremisiblemente al pueblo venezolano a un ostracismo comercial y económico que acabaría por hundir la existencia del régimen.

Pocos sabrán que Venezuela exportaba medio millón de barriles diarios de petróleo a sus irreconciliables enemigos y verdugos, lo que supone más del 40% de su producción. Si Estados Unidos decide desviar los pagos de este petróleo a las cuentas que controla la Asamblea Nacional venezolana, opositora al gobierno, los días de Maduro al frente de Venezuela están tocando a su fin.

Si además, los Estados Unidos consiguen que empresas de su país participen en la inversión y producción de petróleo, el beneficio económico sería de tal magnitud, que la intervención, incluso militar, estaría más que justificada. Esa es la razón humanitaria para actuar en el escenario de pobreza que ellos mismos han provocado.

Tras la extraña y surrealista auto-proclamación del “presidente en funciones” de Venezuela, Juan Guaidó, la Casa Blanca tarda algo menos de media hora en reconocerlo, seguido en tromba por los gobiernos de Chile, Argentina y, especialmente, Brasil y Colombia, que empiezan a hablar de Maduro como el “presidente usurpador”.

Algo salió mal en los cálculos del golpista Guaidó, cuando de pronto se encuentra con la postura de México y Uruguay, que intentan mediar proponiendo un nuevo mecanismo de diálogo.

Israel, Reino Unido y todos los satélites norteamericanos, corren a ponerse en la fila que el imperio les señala, y todos quedan pendientes de que la Unión Europea (UE), se encargue del tiro de gracia. Y es aquí cuando las cuentas empiezan a no cuadrar.

El interés habitual de la UE reside en lanzar acuerdos y comunicados conjuntos, que generalmente respaldan los intereses de Alemania y Francia, tan unidos desde la llegada de Macron al gobierno francés. Tras ellos suelen alinearse, habitualmente sin rechistar, al resto de miembros. En esta ocasión no ha sido así.

Si bien el parlamento europeo apoya el golpe del presidente de la Asamblea Nacional venezolana, los Estados miembro no parecen alinearse con la voluntad de sus “jefes”, y tanto Grecia como Austria, Chipre, Eslovaquia, y especialmente Italia, reconocen a Estados, no a gobiernos.

Claramente,hay un número de Estados miembro de la Unión Europea que tienen reservas y no están dispuestos a reconocer a Guaidó como presidente interino. Ya fuera por alinearse en el bando contrario al golpe, o bien por un tema de legalidad procedimental, lo cierto es que la declaración conjunta de todos los Estados miembros, que de algún modo era una ofrenda que Merkel y Macron, querían ofrecer a Trump en señal de pleitesía, cada vez parece más improbable.

El aval de la Unión Europea al golpe orquestado por Trump dejaría el camino expedito para una intervención militar, y eso los europeos lo saben. Por esa razón, patean el balón hacia delante, intentando ganar tiempo, a la vez que el Parlamento europeo adopta el reconocimiento de Guaidó, en virtud al pacto que establecen los grupos parlamentarios socialistas, liberal y conservador de la Eurocámara, en virtud del cual mantienen la exigencia de elecciones y la propuesta de crear un grupo de contacto.

Esta suerte de esquizofrenia protocolaria entre Parlamento y países miembros, solo les permite ganar unas horas, mientras con el rabillo del ojo, intentan saber qué harán los rusos, que asisten en silencio, tras manifestar su apoyo al orden constitucional venezolano, tomando buena nota del grado de sumisión de los europeos a Trump.

El reloj sigue en marcha, y los minutos cada vez resguardan menos.

El presidente del gobierno español, el socialista Pedro Sánchez, se mueve entre el miedo a sus expectativas electorales (no olvidemos que Venezuela ha sido un constante proyectil de la derecha en ese país), y el orgullo de haber sido el alma mater de esa extraña iniciativa de “el día cuatro te lo digo”. O poco conozco a los clásicos, o la Unión Europea se alineará junto a Israel, Reino Unido, y derecha sudamericana, procurando no salirse de la fila, eso sí, con las honrosas excepciones antes mencionadas. La suerte está echada… Ojalá me equivoque.

29/07/2016

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