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26/10/2018

España: vientos de cambio

 España: vientos de cambio | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La actividad política de Podemos, que hace de nexo con Cataluña y consigue que el gobierno socialista se atreva a poner en marcha medidas anti austeridad, va logrando de momento que los vientos de cambio sigan soplando.

José María Castro

Como ya habíamos comentado en estas páginas, la caída de Rajoy y el Partido Popular, por medio de una moción de censura, dejó el gobierno en manos del Partido Socialista (PSOE), apoyado por Podemos y los grupos nacionalistas e independentistas de Cataluña y País Vasco.

Es particularmente activa, la participación podemita en los pactos elaborados por equipos de ambos partidos, para aprobar los presupuestos que el nuevo gobierno prepara para el próximo año.

En ellos, el partido de Pablo Iglesias, heredero del movimiento “indignado”, estableció unas demandas innegociables, la más importante de ellas es la subida del Salario Mínimo, de setecientos treinta y cinco a mil euros.

 Al final de las negociaciones, se aceptó una subida a novecientos euros, que saldrían de la implantación de mayores impuestos a las rentas más altas, y el fin de las exenciones a la Iglesia, que tendrá que pagar por sus  bienes inmuebles, como hace el resto de la población.

La derecha ha reaccionado con indignación ante estas medidas, elevando su queja a las autoridades europeas, que finalmente han dado luz verde a los presupuestos presentados por el gobierno.

 Ahora queda la misión más difícil, que consiste en pactar con el resto de fuerzas aliadas, esto es, el nacionalismo vasco, y los independentistas catalanes, que siguen con sus líderes en prisión y su autonomía intervenida por el gobierno central, y se sienten engañados por el presidente español Pedro Sánchez.

 Y ahí entra de nuevo en juego Podemos, y más concretamente su líder, Pablo Iglesias, que se ha apresurado a mover ficha, entrevistándose en prisión con los dirigentes independentistas,

La  jugada de Podemos resulta, cuanto menos bien calculada. Su actividad se está entendiendo como medidas de gobierno, que los socialistas aceptan con desgana, y dando la sensación de un pacto de gobierno que en realidad no existe, y que el presidente del gobierno denomina “hoja de ruta compartida”, sin comprometerse más allá de un pacto legislativo, que no coincide con lo que la ciudadanía está percibiendo.

No olvidemos que pronto habrá elecciones a la comunidad europea y autonómicas y municipales, con lo cual, y al margen de pactos y hojas de ruta, no se pierde de vista las consecuencias electorales de estos pactos, que de momento parecen favorecer a las aspiraciones podemitas de pescar votos en el caladero más izquierdista del socialismo.

La derecha, mientras tanto, continúa partida en dos. Por un lado, los restos del naufragio del Partido Popular de Rajoy, que cuenta con nuevo líder, Pablo Casado, un joven y guapo político muy del gusto del votante de la derecha en España, que compite con el candidato de Ciudadanos, la nueva formación liberal que triunfó en Cataluña y cuya defensa del españolismo promete importantes réditos electorales a costa del Partido Popular, con quién se mimetiza ideológica y electoralmente, hasta el punto de que sus líderes son auténticos clones.

Como no podía ser menos, un  nuevo peligro se asoma a la política nacional, y esta no es otra que la llegada de los neonazis que  añoran el franquismo más rancio, y recogen el malestar por el independentismo catalán, su fobia por la inmigración, y la defensa que hacen de que los restos de Franco sean movidos del inmenso mausoleo en el que reposan hasta hoy. El partido ultraderechista “Vox”, que hasta el momento era un partido residual sin representación parlamentaria, empieza a ganar adeptos y amenaza con llevarse los votos de la derecha más recalcitrante y antidemocrática.

Por su parte el independentismo catalán, espera una respuesta de buena voluntad por parte del nuevo gobierno, a cambio de su apoyo en la moción de censura y en la posible aceptación de los presupuestos del estado, algo que  no se produce, siguiendo sus líderes presos o en busca y captura.

El asunto catalán no ha mejorado ni mucho ni poco, y las disputas entre independentistas y españolistas, son cada vez más cruentas, sobre todo por que a la defensa de España desatada por Ciudadanos, se unen ahora los extremistas del fascismo español, a los que Ciudadanos ha dado una peligrosa identidad, y que actúan como sus socios y compañeros.

Con este panorama no se vislumbra un futuro muy halagüeño, para el nuevo gobierno. No parece fácil que el PSOE pueda cumplir con todos sus socios, aunque hay que reconocer que la actividad política de Podemos, que hace de nexo con Cataluña y consigue que el gobierno se atreva a poner en marcha medidas antiausteridad, va logrando de momento que los vientos de cambio sigan soplando sobre la política nacional.

29/07/2016

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