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13/08/2018

Quiroga vs Epas: un engaño para ocultar sus responsabilidades

Quiroga vs Epas: un engaño para ocultar sus responsabilidades | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El autor señala que cuando el intendente neuquino “ataca al Epas no hace más que mirarse al espejo que le devuelve la demoledora imagen de su deficitaria gestión, la cual ya no está a la altura de las necesidades de una ciudad que se convirtió en la capital de la Patagonia”.

Alejandro Nicola *

Uno de los caballitos de batalla de la gestión de Horacio Quiroga en los últimos años ha sido su ataque sistemático hacia el Ente Provincial de Agua y Saneamiento (Epas), un símbolo del ejercicio de la política de un intendente acostumbrado a desligarse de obligaciones que le son propias como conductor del Ejecutivo municipal.

El 1 de diciembre de 2011 el Concejo Deliberante sancionó la Ordenanza 12.395 de creación del Marco Regulatorio del Servicio Público de Agua y Saneamiento de la ciudad de Neuquén, que establece a la Municipalidad como Poder Concedente y reconoce al Epas como único concesionario. Dicha ordenanza fue promulgada por el intendente mediante el Decreto 1.638 del 28 de diciembre del mismo año.

Por lo tanto, tal como ocurre con empresas como Calf, Cliba o Indalo, el Epas es un prestador de un servicio que debe ser concesionado por el municipio. El capítulo III del Marco Regulatorio es claro y preciso con las facultades y obligaciones de la autoridad de aplicación que debe controlar y regular al concesionario.

El artículo 12 establece que “La autoridad de aplicación tiene como finalidad ejercer el poder de planeamiento, regulación y fiscalización” y que su objeto “es asegurar la calidad, continuidad y regularidad de los servicios, la protección de los usuarios y de la comunidad en general, la fiscalización y verificación del cumplimiento de las normas vigentes y del contrato de concesión”.

Si el intendente se detuviera a reflexionar, caería en la cuenta que el Marco Regulatorio detalla cada una de esas facultades y obligaciones que debe cumplir como funcionario público, y que hoy elige omitir.

Si ello sucediera, si por una vez reconociera que es su responsabilidad la prestación de los servicios de agua potable y cloacas, vería con claridad que sus frecuentes ataques al Epas no son más que una reacción ante su incapacidad de solucionar los problemas estructurales que tiene la ciudad.

De hecho, ni siquiera se encuentra en la estructura de gobierno municipal a los funcionarios que deberían cumplir con las funciones emanadas del Marco Regulatorio vigente. Además, a siete años de sancionada la ordenanza, la ciudad no cuenta con un contrato de concesión. Quiroga se ha encargado sistemáticamente de frustrar su firma con excusas inverosímiles y argumentos falaces.

Un sello distintivo de la política del intendente es exculparse de sus obligaciones y poner la mirada sobre el otro. En el caso de la insuficiente prestación del servicio de recolección de basura, opta por acusar de “sucios” a los vecinos. Cuando se cuestiona el caro y deplorable sistema de transporte urbano, se queja de la herencia recibida, pese a llevar dos décadas frente a la intendencia. Lo mismo sucede con la falta de planificación e infraestructura en la ciudad para hacer frente a las lluvias. En la última inundación, Quiroga cargó las tintas contra los ingenieros al acusarlos de calcular mal las obras.

En materia de suministro de agua potable y saneamiento, en 20 años frente al municipio, el intendente no ha elaborado un solo proyecto, no ha conseguido financiamiento ni ha concretado obras, y ni siquiera ha sido capaz de promover la firma del contrato de concesión que permitirá mejorar la calidad del servicio.

Todas las grandes obras de los últimos años han sido proyectadas, ejecutadas y financiadas por la provincia, como el acueducto Mari Menuco, la colectora Central Máxima, la colectora del Oeste II, la ampliación de la planta de tratamiento de afluentes cloacales Tronador. En la última década el gobierno provincial, a través del Epas, ha llevado a cabo inversiones por miles de millones de pesos, que permiten hacer frente al intenso crecimiento que tendrá Neuquén en los próximos años de la mano del desarrollo de Vaca Muerta, el principal proyecto económico de Latinoamérica.

Cuando Quiroga ataca al Epas no hace más que mirarse al espejo que le devuelve la demoledora imagen de su deficitaria gestión, la cual ya no está a la altura de las necesidades de una ciudad que se convirtió en la capital de la Patagonia.

Una famosa frase de Abraham Lincoln dice que “se puede engañar a todo el mundo algún tiempo, se puede engañar a algunos todo el tiempo, pero no se puede engañar a todo el mundo todo el tiempo”.



(*) Presidente del bloque de concejales de Neuquén del MPN.
29/07/2016

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