En primera instancia los internos Cristian Ibazeta, Marcelo Núñez y Ramón Mansilla declararon que el grupo que comandaba Bernadelli amenazaban de muerte tanto a Ibazeta como a Mansilla. Los dichos los confirmó otro interno de una celda vecina.

Ibazeta fue asesinado de 24 puntazos en 2012 en una celda de la misma cárcel.

Los caminos judiciales

 

En agosto de 2015 se realizó el juicio contra el grupo de cinco guardiacárceles integrado por Gastón Nicolás Rosas, Asdrubal Mirko Bernardelli, Gustavo Marcelo González, Sergio Raúl Catalán y Martín Alejandro Castillo.

 

La asociación Zainuco se constituyó como querellante y el fiscal Ignacio Di Maggio no realizó acusación alguna. Se incorporó por lectura la denuncia en primera instancia del ya fallecido Ibazeta.

 

Finalmente el tribunal integrado por Martín Marcovesky, Cristian Piana y Héctor Dedominichi absolvió a los 5 policías por unanimidad.

En enero de este año el Tribunal de Impugnación integrado por Carolina González, Mariano Etcheto y Gustavo Ravizzoli anuló la sentencia y reenvió las actuaciones para un nuevo juicio.

 

La defensa de los policías interpuso una impugnación extraordinaria en contra de la decisión del tribunal.

 

Recientemente el Tribunal Superior de Justicia integrado por los vocales Oscar Massei y Soledad Gennari rechazó la impugnación extraordinaria y confirmó la decisión de anular la sentencia y realizar un nuevo debate.

 

Si bien la defensa de los guardiacárceles puede apelar ahora ente la Corte Suprema, la opinión de Massei en el último fallo es contundente en determinar que no sería procedente. Según Massei, no existen en la impugnación cuestiones concretas ni agravios atendibles que justifiquen la intervención de la Corte. No obstante la defensa podría hacer el reclamo al máximo órgano judicial para estirar los tiempos judiciales.

 

Testigo en peligro

 

El testigo clave que queda es Ramón Mansilla. Está encerrado en la U11 y desde entonces no para de recibir agravios, provocaciones, amenazas y golpizas. Recién después de cocerse la boca e iniciar una huelga de hambre seca logró que trasladaran a 2 de los guardiacárceles imputados que lo “cuidaban” dentro del penal. O sea que 2 de los 5 acusados por Mansilla eran quienes lo cuidaban en la cárcel.

 

Mansilla no olvida ni una noche el asesinato de su compañero de denuncia Cristian Ibazeta. A Cristian le faltaba un mes para empezar el régimen de salidas transitorias. Lo mataron de 24 puntazos, a 15 metros estaba la guardia, los policías no escucharon nada. Lo agresores fueron al menos dos y primero debieron abrir la celda. Cuarenta minutos antes, los carceleros habían requisado las celdas y no habían encontrado ni armas blancas ni facas.

 

A poco de conocerse la decisión del TSJ de que deberá hacerse el juicio de nuevo, Mansilla pidió ser alojado en la celda de castigo conocida como buzón.

 

El último testigo explicó que se siente más seguro en el “buzón” porque le llegó la información que se dictó “carta blanca” para aquel que se anime a matarlo a cambio de mejoras o privilegios.

 

Si bien la información es difícil de comprobar es perfectamente verosímil, más teniendo en cuenta lo que le pasó a Ibazeta.

 

Mansilla prefiere esperar los 8 meses que le quedan para empezar unas posibles salidas transitorias, en soledad, en una habitación de 1 metro por 3, sin ventana, sin luz eléctrica ni excusado. Sólo tiene una pequeña hendija en la puerta. Por eso la llaman buzón. Paradójico, a ese buzón nunca le llegan cartas.