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12/02/2017

Macri, Temer y el Mercosur

Macri, Temer y el Mercosur | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Pensar en una integración regional como base para acuerdos de libre comercio con el resto de los países es contradictorio, un verdadero oxímoron. ¿Para qué la integración regional si se van a obtener los mismos beneficios que el resto de los países?

Humberto Zambon

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En la reunión realizada en Brasilia el 7 de este mes ambos presidentes pidieron dar un “impulso histórico al Mercosur”, con el agregado de Macri que se trata de una especie de plataforma de lanzamiento “para tratados de libre comercio con la Unión Europea (UE), con la Alianza del Pacífico y en la relación con México”. Lo expresado resulta contradictorio con los antecedentes recientes de ambos gobiernos frente al Mercosur pero también resulta contradictorio en sí mismo. Es que un acuerdo de integración regional entre países, como la UE y el Mercosur, consiste en un proceso que comienza con acuerdos de liberación comercial sectorial con el fin de lograr la libre circulación de personas, bienes y capitales entre sus integrantes. Se caracteriza por establecer aranceles comunes frente a los no miembros, de forma que su pertenencia implica beneficios comerciales mutuos y es sabido, tanto por la teoría como por la experiencia histórica, que esa integración entre países de desarrollo similar es beneficioso para todos ya que, mediante el llamado comercio intraindustrial (aquel que se realiza entre componentes de un mismo sector) permite ampliar los mercados logrando mayor eficiencia y menores costos, haciendo posible el crecimiento industrial y la modernización de todos. Esta situación no se repite cuando existe fuerte disparidad en el desarrollo de sus miembros, caso en que el más adelantado se beneficia a costas del resto.

Pensar en una integración regional como base para acuerdos de libre comercio con el resto de los países es contradictorio, un verdadero oxímoron, que es como denominan lógicos y lingüistas cuando una sola expresión incluye a dos conceptos contradictorios. ¿Para qué la integración regional si se van a obtener los mismos beneficios que el resto de los países?

Además, en el caso concreto de la “Alianza del Pacífico” (Chile, Perú, Colombia y México) todos los integrantes tienen tratados de libre comercio con Estados Unidos, por lo que, en forma explícita o implícita, su adhesión implicaría la incorporación a ese libre comercio con la potencia del norte. Argentina con Estados Unidos tiene producción primaria similar y a nuestra manufactura industrial le resulta imposible competir con la norteamericana, por lo que un acuerdo de libre intercambio significaría la muerte de nuestra industria. Algo parecido ocurriría con un tratado de libre comercio con la UE y nuestra industria frente a la alemana, por ejemplo.

No hay que cansarse en repetir que el desarrollo económico y la modernización de un país están asociados al avance industrial; cuanto más rápido crece la industria, más rápido crece la economía en general. Además, en el caso particular de Argentina, sin ocupación industrial sobraríamos el 50% de los habitantes.

Por otra parte, la supuesta decisión de fortalecer al Mercosur es contradictoria con la política seguida hasta este momento por ambos presidentes:

1-Ambos presidentes, con la complicidad del Paraguay, impidieron la asunción de la presidencia del Mercosur al presidente venezolano, que reglamentariamente le correspondía. La idea obvia es separar a Venezuela del acuerdo regional porque su gobierno un escollo a la incorporación de estos países a la división internacional del trabajo.

2-El canciller brasileño José Serra declaró hace muy poco, sin que el presidente Temer lo objete, que era necesario desarticular al Mercosur.

3-El gobierno de Macri, sin consulta previa ni acuerdo con los demás integrantes, solicitó el reconocimiento de Argentina como observadora en la Alianza del Pacífico, primer paso para su incorporación definitiva.

4-El fortalecimiento de una integración entre países requiere una política cultural que genere una relación de conocimiento, confianza y solidaridad entre los distintos pueblos. Exactamente todo lo contrario a lo manifestado por la ministra Patricia Bullrich (con la aceptación tácita de Macri): “acá vienen ciudadanos bolivianos, peruanos y paraguayos que terminan matando por el control de la droga. La concentración de extranjeros que cometen delitos de narcotráfico es la preocupación que tiene nuestro país”, expresiones que, además de tergiversar los datos (solo el 0,07% de los dos millones de inmigrantes está detenido por narcotráfico), procura generar desconfianza entre los latinoamericanos e instalar la xenofobia en nuestro país.

5-Un resultado concreto es que el año 2016 fue el de menor intercambio comercial entre ambos países en los últimos 25 años (Informe de la Cámara Argentina de Comercio y Servicios).

Hay una intención clara de incorporar a la Argentina a la división internacional del trabajo, vía los tratados de libre comercio con las potencias industriales, lo que implica la primarización de nuestra economía y el fin del sueño de un país moderno e industrializado. Es preciso impedirlo.

29/07/2016

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