Columnistas
22/11/2016

Ahora prometen el segundo semestre de 2017

Ahora prometen el segundo semestre de 2017 | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

“Hacer sonar el escarmiento no tiene fecha ni hora fija”, plantea Pellín tras mencionar el “juego de las expectativas” que proponen los integrantes de un gobierno que “hasta ahora no acertaron nunca” a favor del pueblo.

Osvaldo Pellin

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Se ha postergado hasta esa fecha incierta el comienzo del éxito del gobierno de Cambiemos. ¿Cómo lo saben? Porque hasta ahora no acertaron nunca. Es que las expectativas son infinitas y los macristas lo saben. Los demiurgos que los acompañan prolongan una y otra vez la llegada del acierto en la gestión en un juego del que participan creyentes acríticos, que viven muy bien.

El juego de las expectativas está siempre abonado por la impotencia de los que no tienen otro remedio que esperar. Entre no tener nada y creer que lo que se promete se cumplirá poco, mal o nunca, siempre será mejor creer.

El pueblo mientras tanto aguanta sobreviviendo en el paro y es cierto que con una prudencia y un respeto que es tan inédito como la elección en que ganaron con el voto popular. Porque hay que remarcar que así como ha sido inédito el triunfo en las urnas de los de prosapia fraudulenta y antidemocrática, ha sido mansa y temerosa hasta ahora la reacción del pueblo ante el despojo de aquellos que concretaron esta realidad.

Empezamos por el segundo trimestre de 2016, luego de miles de cesantías, le siguió el segundo semestre de 2016, ahora es el segundo semestre del 2017. Ellos, los de Cambiemos, no discuten acerca del bienestar social o su condena a una inexorable pobreza, dan por entendido que las migajas son suficientes para que el laburante se sienta integrado al sistema. “Ahora estamos mejor que al principio de 2016. Vamos bien” eso están esperando que digan los más perjudicados por las medidas tomadas por Macri. Y más atrás en el tiempo sueñan con el olvido definitivo del kirchnerismo.

Sus dirigentes, casi todos de segunda o tercera línea, se exponen a diario en debates televisivos, y saben cómo eludir las responsabilidades a pesar de que por vergüenza ya no recurren con igual frecuencia que antes a la pesada herencia como contra argumento. Ahora es el olvido de lo bueno de los doce años vividos, que en la particular visión de estos conservadores, es una realidad cuestionable y como tal borrosa, casi irreconocible. El Pensamiento Único neoliberal se corresponde con el comienzo discrecional de la Historia, según la propia conveniencia del relato. Antes de eso solo existió el caos bíblico y a partir del olvido necesario, la expectativa de la mejoría que produciría su gestión.

Quizás hayan olvidado que el peronismo esperó 18 años para superar la proscripción a su líder y a su partido. Es posible que olvidaran que murió mucha gente por la democracia, arrojada desde aviones en vuelo, en las salas de tortura, en fusilamientos expeditivos con el pensamiento de Patria intacto en sus conciencias. Que hay miles de NN en fosas comunes y que por eso no les dan las cuentas de cuántos son los desaparecidos si 5.000 o 30.000 o 50.000. Al revés de ellos yo siempre pensé que 30.000 eran pocos, muchos menos que la cantidad real. Que se llega a ese número de 30.000 por encontrar un número símbolo, por temor de banalizar una tragedia que no dependió nunca del número, por dejar que la realidad de lo que se va sabiendo nos acerque a una verdad incuestionable, solo puesta en duda por la mente de los cómplices.

Todo lo que han olvidado lo han hecho a favor del aparato represivo que están armando concienzudamente como para mantener al pueblo callado y quieto. Son francamente salvajes aunque crean que de su lado está la civilización.

La resistencia peronista a cuyo modelo con seguridad se van a unir miles de otras extracciones políticas es un antecedente histórico a no desdeñar.

Hacer sonar el escarmiento no tiene fecha ni hora fija. Se produce sin anunciar, es una sorpresa que puede tardar un tiempo en manifestarse, como la irrupción incierta de los volcanes que no tienen una edad determinada ni un ciclo de expresión en el tiempo como una especie biológica. No, los volcanes tienen larga vida y siempre serán de temer. Irrumpen y dejan en el tendal a los olvidadizos y a los  traidores. Los volcanes no tienen una edad precisa, lo mismo que la lucha por la reivindicación de los pueblos. Es un producto que no tiene fecha de vencimiento puesto a prueba frente al caldo nauseabundo de la injusticia social.  

29/07/2016

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