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28/04/2024

A Milei no le entran balas

A Milei no le entran balas | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Aunque se remarque críticamente la réplica de Milei, éste no parece proclive a cambiar de actitud o manifestar arrepentimiento por su descomedida conducta.

Osvaldo Pellin

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Imagino que la caída de Milei no será un acontecimiento súbito, me inclino por una sucesión de acontecimientos, que no podrá elaborar en tiempo y forma, que precipitarán su derrumbe. No le dará a la oposición el gusto de volcar su rey sobre el tablero. Se irá en medio de una polvareda y dejando atrás un caos de grandes proporciones.

Por ahorallama la atención la magnitud y perjuicio socio económico de las innumerables medidas tomadas por el gobierno de Milei, que han pasado por la consideración de medios y público en general sin que las mismas hayan menoscabado la estructura de su gobierno. Estructura que en varias instancias fuese calificada como improvisada han pasado de largo para la crítica de medios y de toda una gama de politólogos, que si emitieron una crítica ésta cayó en saco roto como vulgarmente se dice. Y como diría Espronceda “no surca el mar sino vuela un velero bergantín”, con un mismo vértigo se suceden los exabruptos de Milei, sin que los mismos terminen perturbando a nada ni a nadie.

Es como si viviéramos en medio de un basural dialéctico cuyo principal aportante de residuos fuese el propio Milei.

Esos residuos son de distintas extracciones pero todos malolientes, por lo que convendría por el bien de la República y de la calidad de las emanaciones que surgen de su boca, que Milei se serene y se ponga alguna vez la traza de gobernante bien educado.

Llamar “salamines” a los docentes de la Universidad de San Andrés que se animaron a formular públicamente una adhesión a la educación pública, parece una descalificación impropia de un presidente hacia un grupo de docentes e intelectuales.

Llamar “burra” a una periodista que lo contradice en algún matiz de sus dogmas, es otra manifestación de intolerancia inesperada que tarde o temprano le volverá cargado de justificada furia.

Aunque se remarque críticamente la réplica de Milei, éste no parece proclive a cambiar de actitud o manifestar arrepentimiento por su descomedida conducta. Como dice el argot popular, “A Milei no le entran balas”

Lo más llamativo sin embargo es que para el común de la población la vida sigue o como decía el gran Federico, totalmente resignado La nave va…Trabajadores esquilmados por el valor exorbitante del transporte público, muchos de ellos desocupados desde la llegada de Milei, insisten en buscar, en estas desfavorables condiciones, un nuevo sitio laboral donde emplearse.

Este descalabro socio económico está socavando la realidad y muchos esperan que también al gobierno. Pero la dureza del gobierno no se compadece de protestas y movilizaciones. Algunos dicen que esa dureza se dará de lleno contra una vereda con el mismo estruendo como cuando un piano cae desde un cuarto piso. El trabajo de ablande si bien aún no ha terminado, está lejos de hacer temblar al gobierno.

La sociedad argentina no tiene aún la dureza equivalente del gobierno, como la tuvo el pueblo iraní en su revolución al Sha Pahlevi, o el pueblo cubano frente al bloqueo norteamericano.

Expulsar del poder político en plena democracia a un autócrata parece ser mucho más difícil que en la época en que acontecieron aquellos hechos históricos. Somos un poco hijos del contexto histórico más que de nuestras propias fuerzas para hacer realidad en el marco de la discrecionalidad popular un movimiento destituyente en plena democracia.

Por ahora el pueblo seguirá sufriendo atesorando una vana esperanza como es la de que en algún momento cambiará la mano en base a su movilización y en hacer saber, a los cuatro vientos, que es víctima de injusticia social.



 

29/07/2016

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