Como es sabido -aunque suele ser olvidado-, Argentina es un país centralista. La histórica concentración poblacional en la ciudad de Buenos Aires y sus alrededores ha determinado que allí estableciera el “centro” de la estructuración de los múltiples poderes que influyen en la vida de la sociedad.
La sociedad nacional se conformó desde sus orígenes sobre la base de una economía agro-ganadera y exportadora, cuya producción salía fundamentalmente hacia Europa a través del puerto de Buenos Aires. Así, los/las habitantes de la ciudad que sería designada como capital de la República fueron conocidos/as como “porteños/as”.
Pero lo más importante para el conjunto del país es que también son centralistas, o porteñistas, no solo los poderes públicos sino -y sobre todo- los poderes económicos y los corporativos en general. Dentro de estos últimos ocupan un lugar extraordinariamente potente las corporaciones mediáticas: son cadenas de medios de comunicación que tienen penetración en todo el territorio nacional e influyen de manera decisiva en la formación misma de la opinión pública.
Incluso las plataformas digitales que en la actualidad también ejercen un peso determinante en el imaginario social -streamers, influencers, referentes en las redes, etcétera-, generan sus producciones en la capital federal y sus enunciadores/as pertenecen a la sociedad porteña o a sus vecindades geográficas y socio-culturales.
Como resultado de la estructura comunicacional centralista, la información periodística y el entretenimiento mediático están impregnados de contenidos que casi nunca, o jamás -con solo muy pocas excepciones-, muestran las infinitas realidades del conjunto de la Nación.
Ese efecto se verifica de forma tan cotidiana que puede parecer “natural”. Ocurrió una vez más, y como todos los días, a raíz de las históricas movilizaciones realizadas el pasado martes, 23 de abril, en defensa de las universidades públicas.
Las manifestaciones con idéntico sentido político tuvieron lugar en una cantidad indeterminable -probablemente cientos- de ciudades y localidades de todas las provincias, pero los medios de comunicación porteños solo se encargan de difundir lo que ocurrió en Buenos Aires. Y en esto ni siquiera hay diferencias entre las tendencias ideológicas de cada medio.
A tal extremo llega esa manera falsificadora de construir una realidad que finalmente se establece como un conocimiento social generalizado -qué es lo que “conoce” la sociedad acerca de un asunto-, que el discurso mediático habla en singular de “la” marcha. Como si hubiera sido una sola, o sea la que tuvo lugar en la capital del país y cuyo epicentro fue la Plaza de Mayo.
Lo mismo pasa diariamente con cualquier acontecimiento de la vida social que sea susceptible de convertirse en noticia o tema de interés público. El porteñismo mediático se ocupa unicamente de lo que importa a su mercado de audiencias o públicos más inmediato, es decir el que reside en Buenos Aires y el resto de la región metropolitana, y oculta o ignora al conjunto del territorio y la sociedad de Argentina.
En Neuquén y Río Negro
A modo de ejemplo y contrastación puede tomarse como referencia la cantidad y magnitud de las marchas realizadas en Neuquén y Río Negro, que se desplegaron al menos en quince ciudades y localidades e involucraron la defensa de tres universidades nacionales: la del Comahue (UNCo), la de Río Negro (UNRN) y la Tecnológica Nacional (UTN) en su Regional Neuquén.
Un breve repaso del material publicado por distintas fuentes, fundamentalmente por medios de comunicación locales o regionales neuquinos y rionegrinos, permite llamar la atención acerca del fenómeno.
La manifestación más numerosa fue en Neuquén capital, de modo proporcional a la población de la ciudad y al desarrollo educativo-cultural y también la importancia social de la casa de estudios que allí tiene su sede. La imponente cantidad de participantes superó las 30.000 personas. (El diario LMNeuquén publicó una treintena de fotos que ilustran sobre el tema. Nota del 23/04/24. Otro abordaje periodístico, referido a lo que sucedió en esa y otras ciudades de ambas provincias, puede observarse en una crónica del diario Río Negro. Nota del 24/04/24).
Fuera del Alto Valle, tuvieron lugar expresiones cívicas con igual sentido en la comarca petrolera de Cutral Co y Plaza Huincul. Es esta última localidad está la sede de la Regional Neuquén de la UTN. (Reporte del sitio informativo Cutral Co al Instante, nota del 23/04/24). También hubo un acto en Zapala, donde funciona el Centro Regional Universitario de la UNCo. (Información de Zapala Noticias, nota del 23/04/24).
La zona sur de la provincia fue escenario de una marcha en San Martín de los Andes, con clase abierta y abrazo simbólico al Asentamiento Universitario de la UNCo (Informe de Realidad Sanmartinense, nota del 24/04/24). Una actividad similar tuvo lugar en Junín de los Andes; allí se encuentra una Extensión aúlica de la UTN-Regional Neuquén (Publicación de Info Los Andes, nota del 24/04).
En el territorio de la provincia de Río Negro, tanto en lugares donde tiene su implantación territorial-educativa la Universidad Nacional de ese mismo nombre, como en otros que albergan a dependencias de la Universidad Nacional del Comahue, las marchas se realizaron en al menos diez localizaciones diferentes: Viedma, Roca, Cipolletti, Bariloche, El Bolsón, Allen, Villa Regina, Choele Choel, Jacobacci y San Antonio Oeste. (Un video con algunas imágenes de cada caso fue publicado en su cuenta de la red X por el gobernador rionegrino, Alberto Weretilneck, quien lo hizo como forma de respaldo a las movilizaciones. Posteo del 23/04/24).
Por otra parte, una descripción de la extraordinaria dimensión federal que alcanzó la jornada en todo el país, puede encontrarse en un emotivo video que se publicó en el canal de Youtube denominado “Nunca lo vas a ver”, y que aquí se reproduce:
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