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28/04/2024

El anarco capitalismo

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El liberalismo económico toma en la actualidad el nombre de “neoliberalismo”. El anarcocapitalismo sería la expresión extrema del neoliberalismo. El actual sería el cuarto intento de imponer el modelo neoliberal en nuestro país

Humberto Zambon

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El término genérico de “anarco” (y también el de “ácrata”) abarca a quienes sostienen la tesis de la necesidad de abolir el estado para lograr el bienestar general. El precursor moderno de esta concepción es Pierre Joseph Proudhon (1809-1865), impulsor del mutualismo y padre del anarquismo histórico, (autodenominados como “socialistas libertarios”) que fue continuado por teóricos como Bakunin, Kropotkin y Malatesta.

Proudhon escribió, dirigiéndose a los miembros de la Primera Internacional, “Desde la jerarquía más alta hasta la más baja, en el Estado no hay nada, absolutamente nada, que no sea el abuso que debe reformarse, un parasitismo que debe suprimirse, un instrumento de la tiranía que debe destruirse. ¡Y habláis de conservar el estado, de aumentar las atribuciones del estado, de fortalecer cada vez más el poder del estado! ¡Vamos, no sois revolucionarios!”

Por su parte, Bakunín, heredero intelectual de Proudhon, sostenía la necesidad de la posesión colectiva de los medios de producción, aunque no en manos del estado sino directamente en las asociaciones libres de trabajadores, que retribuirían a estos por su participación en la producción (una especie de sueldo por su trabajo). Posteriormente Kropotkin –que en los últimos años del siglo XIX reemplazó a Bakunín como líder del anarquismo- rechazó esta concepción y se mostró partidario de la absoluta igualdad, donde cada uno retiraría un importe según sus necesidades. El anarquismo de Kropotkin se corresponde a la sociedad rusa, claramente agraria, mientras que Bakunín es un anarquismo urbano, compatible con el proceso de industrialización de su época.

Existió en la Primera Internacional una interesante polémica entre Bakunín y Marx sobre el papel del estado. Para el primero es uno de los causantes de la opresión y de la explotación, por lo que el comienzo de la revolución debería implicar su abolición y la constitución de una federación de asociaciones libres de trabajadores. Marx, por el contrario, sostenía que el estado es el producto histórico de la explotación de una clase social por otra, y que persistirá mientras exista esa explotación; ese poder. El poder del estadose vuelve autónomo y tiende a dominar él mismo a toda la sociedad, sirviéndose de los conflictos entre las clases para sus propios intereses y su propia autonomía. Pero como con la revolución desaparecerían las clases sociales; es decir,se eliminan las causas que lo originaron, el estado tenderá a extinguirse.

A partir de 1920 en la Europa occidental, industrializada, apareció el “anarco-sindicalismo”, que se separa del anarco-comunismo de Kropotkin El primero pretendía alcanzar la revolución mediante la acción sindical: sabotajes, huelgas, ocupación de fábricas y, como arma preferida, la huelga general revolucionaria.

En el siglo XX el socialismo libertariose volvió fuerte en los países menos industrializados, como Rusia antes de la revolución, el sur de Italia y España, principalmente en Cataluña. En Argentina tuvo una gran inserción a principios del siglo XX, con la Federación Obrera (FORA), fuerte en los sindicatos de panaderos y en el de trabajadores portuarios, entre otros, y tuvo, durante muchos años, el periódico “La Protesta”. Tuvo mucha influencia también en los levantamientos de los obreros rurales en la Patagonia en 1921. Desapareció a partirde la Segunda Guerra Mundial, pero sus ideas reaparecen periódicamente, explícita o implícitamente, en movimientos como el mayo francés de 1968 (el lema “prohibido prohibir” es típicamente libertario) y tiene influencia en las concepciones de muchos intelectuales, como Noam Chomsky o, en Argentina, de Osvaldo Bayer y Ernesto Sábato.

También en el siglo XX aparecieron algunos teóricos, como Murray Rothbard, que se pueden calificar de “anarco-capitalistas”, ya que consideran al estado fuente de todos los males, pero, a la vez, defienden la propiedad privada y el libre mercado, Rothbard fundamenta su exposición en dos principios: 1- la propiedad de sí mismo, que se extiende a los bienes; y 2- el principio de no agresión a personas ni bienes. Procura maximizar la libertad individual.

Pero ni Rothbard ni ninguno de esos autores lograron mayor trascendencia ni influencia posterior.

Excepto el uso del nombre (“libertarios”) y por el rechazo del estado, es difícil encontrar una línea ideológica que una el socialismo libertario o anarquistas y los actuales anarcocapitalistas, tanto en su versión teórica (tipo Rothbard) como en la pragmática, de la que Javier Milei podría ser un exponente.

En estos últimos casos parece más fuerte la defensa de la propiedad privada y del mercado como asignador de recursos que la oposición al estado. Es más, hacen del socialismo en general su enemigo principal, cuando los anarquistas se veían así mismos como “socialistas libertarios”. Entonces la relación ideológica habría que buscarla con el liberalismo económico, que centra su pensamiento en la mano invisible del mercado y deja al estado al margen, que con el anarquismo histórico. Para el liberalismo económico, las únicas funciones que deja al estado son la de asegurar el orden y la justicia. Un paso más y, en teoría, también se pueden dejar estas últimas (al igual que la salud y la educación) en manos de la comunidad y promover así la desaparición del estado.

Precisamente la escuela austríaca de economía, que forma parte del liberalismo económico, nacida en Viena a fines del siglo XIX (de la que Milei se considera seguidor) y una de las corrientes creadoras del marginalismo en economía, parte del individualismo metodológico y se presenta como la teoría del libre mercado, y en cuyos modelos no aparece (ni se necesita) al estado. Son sus principales exponentes Ludwic von Mises, que tuvo una famosa polémica en los años 1920 en la que sostuvo la imposibilidad del cálculo económico en el socialismo, y Friedich von Hayek (premio Nobel de economía de 1974) con su libro “Camino de servidumbre”.

El liberalismo económico toma en la actualidad el nombre de “neoliberalismo”. Es decir, con este criterio, el anarcocapitalismo sería la expresión extrema del neoliberalismo.

Entonces, el actual sería el cuarto intento de imponer el modelo neoliberal en nuestro país, después de la experiencia de Videla-Martínez de Hoz, de Menem-Cavallo y de Macri. Las conclusiones son obvias:|

1 A los pueblos le cuesta adquirir memoria histórica y parecen condenados a cometer una y otra vez los mismos errores

2 El resultado de la presente experiencia política-económica se puede adivinar fácilmente, observando el resultado de las tres anteriores.

29/07/2016

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