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14/09/2021

Pagar por prendas ajenas

Pagar por prendas ajenas | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Hay que señalar la buena administración efectuada por el presidente Fernández acerca de la lucha contra el coronavirus. Poco valorada y menos reconocida por una avalancha de agravios infundados que nunca fueron demostrativos de que las cosas pudieron hacerse mejor.

Osvaldo Pellin

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La realidad socioeconómica de los países como el nuestro, en vías de desarrollo, se ha complejizado frente a la financiarización de la economía, la existencia de una deuda externa impagable y una rémora de población en condiciones de pobreza e indigencia de gran magnitud.

Esa realidad no se puede arreglar en un año y medio no obstante que la presión por mejorarla empieza en el minuto uno de la gestión.

Los pobres ya no pueden  esperar porque las carencias múltiples se han centralizado en el alto precio de los alimentos indispensables, ya fuera del alcance de esas mayorías, que no logran advertir, con el cambio de gobierno, un mejor acceso a su alimentación. Por el contrario subsiste la ratificación de las carencias que no pudieron ser superadas, pese al buen programa Alimentar.

Además ya nadie quiere ganarse su alimentación y la de su familia si no es con su esfuerzo. La asistencia alimentaria con ser importante no deja de ser supletoria del esfuerzo frustrado de alimentar a la familia con el propio trabajo.

Las grandes obras de infraestructura requieren un financiamiento que el país tuvo pero que fue dilapidado por el macrismo y ahora estamos en la dura tarea de querer pagar pero al mismo tiempo pretender la retención de un excedente que nos permita crecer. Tendencias contrapuestas si las hay. La deuda por su parte quiérase o no condiciona los planes de expansión y desarrollo del país. De última entre negociaciones e imposibilidades propias de satisfacer con solvencia las deudas, caemos en una parálisis indeseable que requiere tiempo, demasiado tiempo para lo que es un solo período de gobierno para salir de esa trampa fatal.

Las ideologías nos interrogan y sentimos que debemos encontrar las oportunidades para satisfacerlas. Allí anidan las promesas y la satisfacción de necesidades acumuladas. No cumplimentarlas inevitablemente, frustra. 

La gestión de los gobiernos disponen de un tiempo escaso para revertir la situación cuando ya tienen encima una elección que debe legitimarlos.

Si a todo eso le agregamos la pandemia, la complejidad sube a la enésima potencia, no obstante lo cual hay que señalar la buena administración efectuada por el presidente Fernández acerca de la lucha contra el coronavirus. Poco valorada y menos reconocida por una avalancha de agravios infundados que nunca fueron demostrativos de que las cosas pudieron hacerse mejor. Sobre todo por parte de aquellos que dijeron “los que se tengan que morir que mueran”.

La elección de ayer más que desaprobar la situación escandalosa en que quedó el país en los cuatro años de macrismo, fue algo como ocurre en las prendas de los juegos de niños, las cuales señalan a quien ha sido sorprendido con el paquete del que hay que desprenderse al terminar el juego. Ese será el que debe pagar las prendas. Y en esa situación quedó el gobierno de Alberto Fernández: En la tarea de tener que pagar una deuda económica y social que contrajeron irresponsablemente, los mismos que anoche fueron consagrados ganadores.

29/07/2016

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