Voy a tocar un tema que no parece político pero lo es: la situación del jugador Carlos Tévez y el club Boca Juniors y su actual comisión directiva.

Tévez ha renunciado a seguir jugando en Boca pero no anunció que dejaría el fútbol como se sostuvo en un principio. No es el fin de su carrera, dicho en buen romance. Es más, incluso ya se habla de un pase a la liga MLS de los EE.UU. donde podría embolsar dinero en divisas fuertes.

Yo creo que Tévez se va en este momento básicamente porque él quiere contribuir a la vuelta del dúo Macri-Angelici a la conducción de Boca.

Macri, para hacerse de un camino lejos de la sombra de su padre según manifestó, pensó en ser presidente de Boca como trampolín para instalarse masivamente en la sociedad y de allí catapultarse a la política empezando por la gobernación de la ciudad de Buenos Aires.

En este momento que desea volver a ser presidente de la República quiere transitar el mismo camino. Volver a ser presidente de Boca, él o a quien él designe, puede ser Tévez, y de allí a competir con quien sea para volver a la casa Rosada.

El rol de Tévez es el de un adherente muy próximo al Pro que incluso negoció con Macri, invirtiendo mucho dinero en el tema de los Parques Eólicos, como lo hizo también otro jugador, Claudio Caniggia.

Al parecer, en algunos de los ex jugadores de Boca que después jugaron en Europa, Macri encontró un fondo financiero de magnitud y de confianza, a los cuales conducir en el mundo de las inversiones económicas de sus propios emprendimientos e intereses. No sostengo con esto nada que no haya sido publicado por los medios de prensa y las redes sociales.

Además hay que ver que la ida de Tévez a China, que deportivamente fue mala, desde el punto de vista económico al parecer fue muy buena y fue aconsejada por Macri y Angelici. El jugador se fue a China sabiendo que al cabo de un año volvería a Boca y a su primer equipo.

Finalmente el rol de Tévez, que entre otras cosas judicializó su negativa a pagar el Aporte Extraordinario de las grandes fortunas, habla claro de cuáles son sus tendencias políticas, ya que Macri también hizo lo mismo. Los dos están incluidos en solo el 20 % de los imponibles que emprendieron el camino de la judicialización para no pagar. Esta actitud es más para obstaculizar la medida que porque la misma involucra un desembolso que no podrían afrontar. Es, por lo tanto, también una actitud política.

Tévez es un hombre de Macri por lo que la derrota del candidato de Angelici en manos de Jorge Ameal en las últimas elecciones del club, generó un caos en la vida política de Boca que se traduce en el campo de juego con actuaciones que originaron algunas críticas al primer equipo y al propio Tévez.

En mi criterio Tévez no está dispuesto, por lealtad a Macri, a consentir que Boca gane la Copa Libertadores este año administrando el club la actual Comisión Directiva, con Riquelme “Topo Gigio” (recordemos a quien estaba dirigido aquel acting del talentoso Riquelme), como vicepresidente, porque eso puede ser visto como un aval a la misma que restaría oportunidades a Macri y/o Angelici o a cualquier candidato que surja del riñón de estos protagonistas.

Hay que dejar de hacer psicologismo o periodismo chismoso con lo que ocurre entre Tévez y Riquelme, y pensar más en la política como causal más probable de esta despedida del jugador Carlos Tévez de Boca Juniors. Algo inusual como causa de discordia a nivel de clubes de fútbol, pero el poder infiltrativo de la derecha política tiene esta capacidad de impregnación en la realidad que crea con perseverancia y sin resignación alguna, ante una derrota electoral, y su voluntad de volver.

Por ahora, Carlitos no es del pueblo: es de Macri.