Columnistas
19/04/2021

Colapso de la salud porteña y marketing criminal de la derecha

Colapso de la salud porteña y marketing criminal de la derecha | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El macrismo y sus aliados ocultan que la ciudad de Buenos Aires es el epicentro de la “segunda ola” del Covid, y que desde allí puede propagarse a todo el país como al comienzo de la pandemia. Su estrategia marketinera consiste en que haya más contagiados y muertos para culpar al gobierno nacional.

Miguel Croceri

Argentina, como muchos otros países, está en su momento más dramático por la propagación del coronavirus, y con perspectivas peores para las próximas semanas. Con el atenuante de que, en la medida en que se consiga provisión de vacunas, podrán estar inmunizados -al menos parcialmente, con una dosis- los sectores más vulnerables de la población.

Pero a pesar de que es una tragedia nacional (solo para referir a nuestro país), el mayor crecimiento de los contagios en la llamada “segunda ola” se produce últimamente en la ciudad autónoma de Buenos Aires (CABA), y por lo tanto su sistema de salud está más exigido y quizás en inminente situación de colapso.

La palabra “quizás” en este contexto es necesaria porque la información precisa es dinámica y varía rápidamente, y además porque el gobierno de la ciudad a cargo del macrista Horacio Rodríguez Larreta se encarga de ocultarla o disimularla, con la complicidad de las grandes cadenas mediáticas porteñas que tienen penetración en las audiencias de todo el territorio argentino. Por lo tanto, es difícil conocer el real estado de la situación.

Sin embargo, quien la semana pasada habló claramente sobre el agravamiento de los contagios y muertes por Covid-19 en Argentina fue el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. “El epicentro de la segunda ola está en la ciudad de Buenos Aires”, dijo el mandatario de la provincia que geográficamente rodea a la capital federal.

Y agregó: "El sistema privado de salud en la ciudad de Buenos Aires, que es el que atiende al 80 por ciento de los porteños, está saturado. ¿Y adónde van? Cuando se acaban las camas, solidariamente y sin ningún problema, los atendemos en la provincia. Clínicas de la provincia atienden a los que no tienen cama en la ciudad de Buenos Aires".

También dijo: "En la Ciudad la incidencia de casos cada 100.000 habitantes es el doble que en la Provincia. La probabilidad de contagiarse en la Ciudad es el doble, aproximadamente, que en la Provincia. No lo festejo. Porque va a pasar como en la ola anterior: como una mancha de aceite, el virus empieza en la Ciudad. La incidencia de las nuevas cepas es mayor, obviamente, en la Ciudad", manifestó Kicillof. (Un resumen de sus conceptos y el video completo de la conferencia de prensa del jueves 14/04 se recupera en la edición digital de Página 12. Nota del 16/04/21). 

La descripción y la crítica política del gobernador bonaerense representan un polo antagónico a la estrategia de los distintos referentes de Juntos por el Cambio, tanto de su ala “moderada” como de la ultraderechista, que niegan y ocultan el colapso -actual o inminente- del sistema de salud porteño, y en cambio descargan en el gobierno nacional la responsabilidad por el agravamiento de la pandemia y por la falta de vacunas.

El macrismo y sus aliados (el radicalismo, el sector de Carrió, peronistas como Miguel Pichetto y Cristian Ritondo) basan su accionar político en razones marketineras, en el sentido de “venderse mejor” como oposición y como alternativa al oficialismo. Por eso, de manera impune, han tomado la bandera de “la defensa de la educación” y con ello la asistencia en persona de niñas/os y adolescentes a escuelas y colegios, para aprovechar políticamente el malhumor social por la interrupción de las clases presenciales.

“Saturación” y falta de camas

Otro sector de la derecha ideológica, pero que en este caso debe atender prioritariamente a sus intereses empresariales, es el de la medicina prepaga. Esa rama de los servicios sanitarios no puede mentir alevosamente como los dirigentes de Juntos por el Cambio. “El sistema de salud está saturado”, advirtió días atrásClaudio Belocopitt, presidente de la Unión Argentina de Entidades de la Salud (UAS) y uno de los propietarios de Swiss Medical Group.

(Digresión: el dirigente es accionista del conglomerado mediático denominado formalmente Grupo América, una de las cadenas donde sus principales figuras televisivas, con tendencia ideológica de derecha o ultraderecha, lanzan constantes ataques contra la prevención y cuidados frente al Covid, y también generan desconfianza contra las vacunas. Los más importantes medios del grupo son los canales América TV y A24, más Radio La Red, y una gran cantidad de emisoras televisivas y radiales en Buenos Aires y ciudades de diferentes provincias. (Se pueden conocer detalles en la página web oficial del Grupo América). 

Más allá de las incursiones de Belocopitt en los negocios de la comunicación y el entretenimiento masivos, y de la contradicción flagrante entre sus declaraciones y el discurso que predomina en los medios donde él es un importante accionista, como dirigente de las empresas de medicina privada ha hecho reiteradas advertencias sobre los límites con que choca la prestación de servicios frente el avance vertiginoso del virus.

La semana pasada, poco después de que el presidente Alberto Fernández anunciara nuevas restricciones a la circulación y actividades nocturnas más la suspensión de clases presenciales en el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA), afirmó: “Esto es una guerra y las medidas que tiene que tomar el gobierno son feas, pero no queda otra. En una guerra no tenés mucha opción: comés mierda o comés vómito”.

La utilización de términos escatológicos para que sus palabras fueran más impactantes pueden haber sido producto de una estudiada puesta en escena, pero eso carece de importancia. Porque en cualquier caso, constituyen una toma de posición público-política de un altísimo dirigente empresarial del negocio de la salud privada.

Belocopitt también expresó: “No le podemos mentir a la gente, estamos realmente al límite. La población tiene que tomar conciencia y ser solidarios. El sistema está saturado y si no bajamos la curva de contagios en unos días, no dará abasto”. (Información del diario Cronista, nota del 14/04/21). 

Por otro lado, al terminar la semana hubo un testimonio personal hecho público por una jueza de Buenos Aires que había contraído la enfermedad y estuvo toda una tarde y parte de la noche hasta conseguir una cama para ser internada en un sanatorio privado porteño. Dicho testimonio es de María Jimena Monsalve, presidenta de la Asociación Argentina de la Justicia de Ejecución Penal.

El viernes, relató en su cuenta de Twitter: “Estoy ingresada en un sanatorio con covid-19. No hay cama. Desde las 15 horas no me derivan. Sentada en una silla, destruida. Hace 30 años aporto (N. de R. para tener cobertura de salud). Contagio por hijo escolar. Soy asmática y me cuidé como pocos. Nadie dice esto en los medios”, contó la jueza.

En otro de sus mensajes por la misma red digital, afirmó: “La situación de CABA es esta, aquí y ahora. Todos conocen mi mesura. Pero no puedo más. Esta es la realidad”.

Finalmente, varias horas después la jueza Monsalve escribió en otro tuit: “Ahora sí, acostada en una cama. No importa color político, esto es vida o muerte. Ahogarte o respirar. Volver a ver a tus hijos. Hoy la comunicación en red y los que me conocen transparente y justiciera me ayudaron y confié en cada uno. Conciencia, por favor”. (Crónica de Página 12, nota del 17/04/01). 

“Moderados” y extremistas

Frente a testimonios e indicadores del colapso -se repite: actual o inminente- del sistema de salud en la ciudad autónoma de Buenos Aires, Rodríguez Larreta no se hace cargo y desvía su discurso y su accionar gubernamental hacia la obsesión, fingida, de defender la presencialidad escolar. Incluso ha realizado un planteo ante la Corte Suprema de Justicia para que el tribunal impida concretar la suspensión de la asistencia en persona de alumnos/as y docentes a las escuelas y colegios.

Eso hace el ala “moderada” del macrismo, la que habitualmente es considerada por comentaristas políticos como el grupo de dirigentes más “responsables” y “racionales”.

Porque el sector extremista directamente llama a que la ciudadanía no cumpla las medidas de cuidado y prevención. “Abran los bares, los restaurants y las escuelas. Si nos gobierna un anormal, los ciudadanos ordenaremos este desastre siguiendo con nuestra vida económica y educativa”, dijo por ejemplo en Twitter la dirigente Laura Alonso. (Publicado en diario Àmbito, nota del 16/04/21). 

Mientras que Patricia Bullrich, presidenta del Pro, en la noche del jueves -horas después de que el presidente anunciara las nuevas disposiciones contra el Covid- directamente encabezó una manifestación sediciosa frente a la residencia presidencial en la localidad de Olivos, distrito de Vicente López, al norte de la ciudad de Buenos Aires. (Reporte de la agencia Télam, nota del 15/04/21). 

Además, (como consta en la misma noticia indicada en el párrafo previo a este), Bullrich escribió un tuit donde afirmaba que el gobierno tomó decisiones “en contra de los que trabajan, de los padres que llevan sus hijos a la escuela y de los comercios que se funden".

Estas palabras en Twitter, precisas y estudiadas, tienen particular relevancia en tanto piezas de un discurso político muy elaborado, porque señalan claramente que el objetivo de la derecha es tratar de conseguir respaldos sociales en sectores afectados por las nuevas medidas de cuidado y prevención.

Por eso menciona a “los que trabajan”, como apelación a quien efectivamente se siente perjudicado por la restricción en ciertas actividades laborales; a “los padres que llevan a sus hijos a la escuela”, tratando de lograr empatía por los trastornos familiares que provoca la interrupción de las clases presenciales más la complejidad de organizar las tareas educativas virtuales desde el hogar; y a “los comercios que se funden”, en referencia a personas cuyos ingresos dependen de una actividad de ese tipo.

Aunque en verdad ningún “trabajo” ni ninguna rama del “comercio” ha sido clausurada por las recientes disposiciones presidenciales, sino que, a lo sumo, se han acortado sus horarios de funcionamiento.

Macri y su sector utilizaron siempre, con altos niveles de eficacia, las herramientas del marketing político. Pero durante la pandemia y más precisamente en el dramático momento actual, una estrategia semejante adopta un significado criminal. Porque privilegia el interés de Juntos por el Cambio en desgastar al gobierno y tratar de que fracasen las medidas de prevención y cuidado establecidas por el presidente Fernández, cuando el resultado de ese fracaso tendría costo en vidas humanas.

Los/las dirigentes del macrismo y sus aliados prefieren que haya más personas contagiadas y muertas, porque si así fuera ellos/as tendrían mayores motivos para culpar al gobierno y de ese modo obtener, al menos supuestamente, réditos político-electorales.

Ese es el plan opositor que está en plena ejecución, mediante el accionar combinado de la dirigencia política cambiemita y las cadenas mediáticas de la derecha.

El colapso de los sistemas sanitarios, en caso de continuar el ritmo actual de propagación del coronavirus, puede ocurrir en cualquier provincia o ciudad del país. El gobierno de la Nación, junto con distintos gobernadores -no todos- y generalmente también con los municipios, intentan adelantarse a tragedias peores y adoptan medidas para tratar de impedirlas. Pueden acertar o equivocarse, pero sus prioridades son la salud y la vida de las personas.

Enfrente, la derecha político-institucional de Juntos por el Cambio y las corporaciones de medios de comunicación de su misma orientación ideológica, despliegan un accionar marketinero potencialmente criminal.

Uno de los pasos necesarios para ejecutar su aberrante estrategia es ocultar que, como ya ocurrió al comienzo de la pandemia, el epicentro de esta segunda ola está en la ciudad de Buenos Aires y sus servicios de salud son los primeros en colapsar. En paralelo a ese ocultamiento o disimulo, se desvía la atención hacia “la educación” y “los puestos de trabajo” afectados por las restricciones, mientras el Covid arrasa.

El recorrido del virus ya se conoce: desde Buenos Aires se propaga a las ciudades y localidades vecinas que forman el conurbano bonaerense -y que junto con la capital federal conforman el Área Metropolitana de Buenos Aires (AMBA)-, y después la terrible “segunda ola” puede llegar a todas las provincias; ciudades grandes, medianas o chicas; pequeños pueblos; y cualquier rincón del país.

29/07/2016

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