Columnistas
06/04/2021

Esperpentos

Esperpentos | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Dirigentes que involucionaron hacia lo esperpéntico, como Carrió y Pichetto, son propensos a destruir, desalentar, difamar y hacer abuso del desatino y el absurdo. Ostentaron su adhesión al macrismo y nunca les molestó la violencia que instaló ese gobierno y que ellos exaltaron.

Osvaldo Pellin

[email protected]

Muchos estarán de acuerdo con que hay una propensión de los medios audiovisuales en captar esperpentos. Una vez que los identifican y los capturan los exponen a diario, a veces alternándose, para no saturar de repudio a una parte considerable de su audiencia.

En este capítulo se puede ver con claridad a muchas figuras que llenan los requisitos de militar en lo esperpéntico, pero nos contentaremos con mencionar solo a un par de ellas. Una fue girando en su involución hacia lo esperpéntico. Me refiero a la doctora Elisa Carrió, verdadero paradigma de lo que intentamos describir y auténtica maestra de esta arraigada costumbre de la derecha, más como un error congénito en su configuración antiperonista que por otra causa. El otro personaje, Pichetto, un indescifrable converso que aún se proclama peronista.

Definidas como personas de mala traza, feas en general y no tanto por su aspecto estético, feas por su personalidad siempre propensas a destruir, desalentar, difamar y conspirar que hacen abuso del desatino y el absurdo.

Han militado siempre, ostentando su adhesión al macrismo como divisa, con pocas excepciones. Nunca han admitido su contribución en elevar a Macri a la figura de líder de un partido de ultraderecha, más que como promotores, como verdaderos cómplices de semejante insensatez.

Nunca los sorprendió la violencia que instalaron y que terminaron exaltando. Es más, no solo no se apartaron de ella sino que la protagonizaron o encubrieron gozosos.

Aplaudieron ruidosamente la persecución política de los dirigentes opositores. Toleraron sin chistar que los encarcelaran y los escarnecieron públicamente. Adhirieron a teorías exóticas creadas ad hoc por personeros del régimen encaramados en los altos tribunales, como un tal Irurzun, que quedará en la historia de la jurisprudencia internacional por fundamentar la aplicación de prisiones preventivas sin límite temporal, por el supuesto poder político residual del inculpado.

Nada más ajustado a la definición de esperpento que ese absurdo aprobado por jueces venales.

En el caso de Milagro Sala, que ya suma cinco años detenida en su condición de presa política, se trata de un caso de excepcional perversidad revestida de formalidades políticas fundadas, en realidad, en el racismo y el odio de clase.

El colmo de lo que sostienen se ha difundido como que la AUH (Asignación Universal por Hijo) fomenta el embarazo de mujeres jóvenes y pobres solo para cobrar una mayor asignación del beneficio. Otro absurdo repetido hasta el cansancio por los medios adictos al ex presidente.

Han silenciado la evasión impositiva de los que abren falsas empresas en paraísos fiscales como si fuera un hecho banal ante el cual no rigen dolosas normas que condenan esa práctica.

Han vociferado la existencia de corrupción cooptando a la justicia y torciendo deliberadamente su sentido de imparcialidad mediante el armado de causas en colaboración con la prensa militante, consagrándose como grandes creadores del delito de lawfare.

La lista sería interminable no solo de las “boutades” de estos esperpentos sino por la indigesta enumeración de omisiones razonables de autocrítica que alguna vez deberían asumir, hacer público su arrepentimiento y consecuentemente, corregir su conducta.

La aspiración es poco probable, pero la salud de la República se vería reparada, si eso se produjera.

29/07/2016

Sitios Sugeridos


Va con firma
| 2016 | Todos los derechos reservados

Director: Héctor Mauriño  |  

Neuquén, Argentina |Propiedad Intelectual: En trámite

[email protected]