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21/03/2021

Plantar Memoria

Plantar Memoria | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Plantar memoria para que el pasado no sea la foto de aquello que le sucedió a otros y a otras en tiempos del terrorismo estatal. Pensar cómo fue que en determinado momento de nuestra vida política, la desaparición de personas, la tortura y el asesinato hayan sido posible.

María Beatriz Gentile *

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Plantar memoria, la consigna de este 24 de marzo a 45 años del golpe cívico militar de 1976

Volver a plantar en el subsuelo de la patria, en ese que Scalabrini vio levantarse y caminar descamisado por las calles obreras del pasado.

Plantar memoria de resistencias y conquistas; de huelgas rebeldes y de masacres impunes. Pasado cien años, peones y estibadores de la Patagonia aún nos miran; labradores y hacheros de la Forestal aún esperan

Mover la tierra y cavar profundo hasta encontrar las raíces del despojo, del suelo apropiado, de la historia falsificada y cortarlas. Para que el racismo y la barbarie de la civilización queden sólo en boca de los profetas del odio, que no son tantos, pero compran voluntades.

Resembrar las semillas de aquel antiguo bienestar y de la necesaria equidad, para que los árboles que crezcan no sean la tapera donde duerme la infancia abandonada sino la sombra que repara en el patio de juegos.

Plantar memoria para que el pasado no se congele. Para que no sea la foto de aquello que le sucedió a otros y a otras en tiempos del terrorismo estatal. Pensar la historia y explicarnos cómo fue que en determinado momento de nuestra vida política, la desaparición de personas, la tortura y el asesinato hayan sido posible.

Interpelar ese tiempo, reconocer responsabilidades, no dejar de hablar de los genocidas innombrables, pero sumar a la condena a los ‘honorables’ que callaron, a los eclesiásticos que ocultaron, a los jueces que no miraron, a los prebendarios del Estado que lucraron.

Seguir andando porque caminando también se siembra. Caminando en rondas en una plaza o de oficina en oficina, golpeando puertas, llevando fotos, buscando firmas, levantando la voz, bordando un pañuelo.

Porque en la memoria de estas Madres hay memorias de crianzas insumisas, de mujeres que no callan, de mandatos que olvidar y derechos por conquistar. Entonces a correr la cortina, abrir la ventana y que el sol encienda el verde de esa semilla plantada, de aquel retoño olvidado.

Que germine la alegría por un nieto y una nieta recuperada, por la devolución de su historia, por el abrazo de su abuela

Plantar memoria para que ese pasado que no pasa, termine. Para que el Nunca Más deje ser consigna y se convierta en un imperativo ético. Y como recita Don Alfredo, si la muerte vuelve a buscarnos en cada libro, en cada letra y en cada canción, nos encuentre viajando al lado de la vida.

Plantar aún en el desierto, en esa vastedad donde resulta difícil esperar un rocío redentor. Que igualmente las páginas de la memoria colectiva compitan con las piedras del negacionismo y con la sequedad del olvido. Que la verdad moleste hasta que la impunidad termine. Porque aprendimos que a las heridas no las cura el tiempo, sino la justicia

Plantar memoria por cada vida segada. Plantar vida por cada muerte ejecutada y entonces que esta vez sí, el bosque nos tape el árbol.

Ellos sembraron el terror, nosotros plantamos memoria


 



(*) Historiadora, decana de la facultad de Humanidades de la Universidad Nacional del Comahue.
29/07/2016

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