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07/03/2021

Decime si exagero

Un grano de arena para arrancarle el silencio a la historia

Un grano de arena para arrancarle el silencio a la historia | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Este mes el poeta y cantautor mapuche Martín Raninqueo editó “Del grito indio”, un pequeño gran disco virtual que contiene 4 canciones que apuntan de lleno a la conexión de Martín con sus raíces mapuche. La placa está producida por su “cómplice”, el genial guitarrista Diego Rolón.

Fernando Barraza

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“Somos mapuche de hormigón” dice Martín Raninqueo en la canción “Mapurbe”, casi como pregonando un manifiesto que viene a dar cuenta de la esencia del que canta. Martín es platense de nacimiento, el año que viene cumple 60, viene escribiendo y componiendo música desde hace décadas y –por suerte- no ha cesado en su afán de darla a conocer y de editarla.

Como poeta el peñi Raninqueo tiene publicado dos libros propios (“Poemas al Flautista” en 2003 y “Haikus de Guerra” en 2013), ha participado de la antología “El viento también te recuerda” junto a otros poetas de su generación que –como él- son ex combatientes de la guerra de Malvinas y ha lanzado el audio libro “Poemas” junto a Gustavo Caso Rosendi. Como músico ya tiene –con este que acaba de lanzar- siete discos editados, cinco de ellos los ha trabajado con el guitarrista Diego Rolón. Ha compartido escenarios con Liliana Vitale, Juan Carlos Baglietto, Fernando Cabrera, Anahí Rayen Mariluan e innumerable cantidad de colegas de la canción.

Todo este recorrido (¡tal camino!) firme y sensible, lo ha puesto hoy aquí: de pie y con las manos abiertas para mostrarle a quien quiera oír su primer disco íntegramente dedicado a al pasado y el presente de su linaje mapuche.

Con un sonido decididamente rockero, deliciosamente valvular y aguerridamente setentero, Raninqueo te saca de paseo por un EP en el que por momentos funge como cronista de una realidad universal, como la de la gente originaria que habita las grandes ciudades (“Mapurbe”). O es sumamente íntimo y referencial, como para contar una intensa historia familiar (“Somos indios”). O es poético y filosófico cuando enreda su arte con el del maestro (kimche) Juan Carlos Bustriazo Ortiz (“Del grito indio”). Y es hasta histórico y vindicante, como para contar la parte más biográfica de su linaje a través de la descripción del recorrido trashumante de su bisabuelo Toki (“Raninqueo”).

Todo sobre la mesa, todo cantado al viento. Directo pero pulido. Y llegador. Así es el último trabajo de Martín.

A pesar de ser un sentir muy propio el que lo está moviendo y sensibilizando, existen motivos bien comunitarios (de Lofce) que lo llevan a cantar lo que canta. Y –como no mencionarlo- cuenta con el apoyo en co-composición y producción artística general de uno de los músicos más finos y eclécticos de su generación: el guitarrista (¡y multi instrumentista!) Diego Rolón. Un verdadero todo terreno que ha formado un dúo bien consustanciado con el poeta y músico mapuche

El tipo de la guitarra

Diego es -además de guitarrista- compositor, arreglador, productor y dibujante. Por su eclecticisimo y sensibilidad heterogénea, sus oficios fueron requeridos por artistas tan variopintos como el Chango Nieto, Moris, Divididos, Jaime Torres, Chango Spasiuk, Liliana Herrero, Arbolito, Antonio Birabent, Dolores Solá, Gustavo Santaolalla, Fernando Cabrera y Lidia Borda, entre otros.

En el estudio de grabación –que para él pareciera ser un instrumento musical más- el tipo es un verdadero tanque, tanto así que ha grabado más de 30 discos, produjo y arregló más de 20 discos, muchos de ellos en su propio estudio “Churrasco Records”. Ha realizado también bandas sonoras para películas y obras de teatro. El peñi Raninqueo lo define muy pero muy bien en la gacetilla de difusión de este material nuevo, donde dice que:

“Sus presentaciones en vivo son eclécticas como la misma ensalada que es su esencia misma. Los mundos sugeridos y las cruzas de disciplinas artísticas en Diego Rolón dan la chance a quien escucha de imaginar y construir su propio universo sensorial no inducido, pleno de connotaciones oníricas”.

Quien lo haya escuchado en vivo, o le haya prestado atención a –por ejemplo- las guitarras que Diego ha dejado grabadas en “Confesión del viento” de Liliana Herrero, no dudará ni por un segundo de que el comentario sobre la magia de sus condiciones no es para nada exagerado.

Bueno, luego de estas presentaciones, propongo que vayamos poniéndonos en tema.

Si ustedes nos permiten, podríamos hacer una pequeña interrupción estrictamente musical antes de conocer el pensamiento directo de Martín Raninqueo a través de una entrevista que hemos compartido con él. La idea es que escuchen “Somos indios”, la canción de este EP que Martín comparte en cantos con la siempre conmovedora Anahí Rayen Mariluan. Denle play y seguimos tras la escucha…

Raninqueo en primera persona

Ahora sí les invitamos a entrar en aristas más íntimas del mundo Raninqueo y los procesos creativos que lo han llevado a publicar este mes el EP “Del grito indio”

Va Con Firma: Siempre es bueno charlar con las personas que han conectado con fuerza con su raíz originaria, saber si ese apego a su identidad viene de nacimiento y gracias a la tradición de la familia, o si nace en algún momento de la vida adolescente o adulta por algo, por circunstancias especiales ¿Cuál sería tu caso?

Hay algo de las tres posibilidades que planteaste. De chicos, con mi hermano Pablo, siempre supimos que éramos pertenecientes a un pueblo originario que mi padre creía recordar como Mapuche o "pampas". Y digo esto porque mi abuelo, el hijo del lonko Raninqueo, falleció cuando mi padre tenía 5 años y por ende no pudo transmitirle nuestra cultura. Además de haberlo podido hacer, habría que ver hasta dónde, porque tras la Campaña del Desierto, muchos de nuestros mayores se llamaron a silencio. Los ecos del dolor aún estaban muy presentes. Mi padre, que nació en Tres Arroyos en 1927, llegó muy joven a La Plata, donde nacimos nosotros, a quienes se nos conoce como "los indios Raninqueo".

A los 18 años siento la necesidad de empezar a rastrear bibliografía que me lleve a mi bisabuelo y doy con un libro escrito por un militar de apellido Walter, que narra la campaña militar desde la óptica de los vencedores. Allí doy con el nombre de mi bisabuelo y con otro que sería clave, Calfucura (Piedra Azul). Su nombre aparecerá luego en un poema que empiezo a escribir durante la guerra de Malvinas, en la que participé como soldado. En el poema me encomendaba a Calfucura antes de salir a enfrentar a los ingleses ¿Sabés quienes salvaron mi vida en más de una ocasión? Las piedras. Una y otra vez durante los bombardeos, los gnen (espíritus guía) de las piedras.

Ya en mi adultez comienzo a viajar por el sur a conocer comunidades, artistas, artesanos mapuche para formarme espiritual y políticamente. De esos viajes traía instrumentos, diccionarios y mucha bibliografía. Desde el cuestionado Casamiquela a los libros de Curruhuinca, Moyano, Martínez Sarasola, Valko y otros autores.

Va Con Firma: Pareciera que mientras más nos acercamos al corazón de la histórica patria unitaria (Buenos Aires), más se habla de las personas originarias como algo perimido, cosa del pasado más pasado ¿Cómo lo vivís vos y los tuyos allá, tan al norte de wajmapu, tan cerca de Bs As?

Sí claro, ver a los pueblos originarios como algo del pasado es algo que al poder le viene muy bien. O que sólo se rescaten aspectos folklóricos de nuestra cosmovisión. Y si es en un museo, mucho mejor. Pero el pueblo mapuche está vivo y lo vemos en su accionar político, como está sucediendo actualmente en las elecciones constituyentes de Gulumapu (Chile). Está vivo en cada reclamo territorial, en cada reclamo contra las mineras que dañan la mapu, en los colectivos de mujeres mapuche que aparecen dentro del movimiento feminista con su propia voz. Aquí en la provincia de Buenos Aires existen encuentros de los que, cuando puedo, también participo.

La temática de mis ancestros aparece, musicalmente hablando, en mi tercer disco en un tema llamado “Cueros” y en tres canciones de mi disco anterior, “Vereda al campo”.

Va Con Firma: Contanos como fue el camino que recorriste para armar esta obra y cuál fue el sentimiento más fuerte, el que te llevó a crear este disco junto a Diego (Rolón) ¿testimoniar tal vez?

Este es un disco enteramente dedicado a nuestro pueblo mapuche, y llegó recién ahora, cuando tenía que llegar, cuando estuvo el llamado, luego de un largo período de formación que continúa. Este “Del grito indio”, también lo encaré con la producción de Diego Rolón, con quien nos conocemos desde nuestra juventud y compartimos un par de formaciones. Luego de sus años junto a Liliana Herrero, formamos esta sociedad musical con la que llevamos cinco discos grabados. Su sello es marca registrada en todos nuestros discos y en éste, que ya está en todas las plataformas, podrán comprobarlo. Me quedaría corto hablando de sus trabajos pero ahí están como testimonio sus producciones y colaboraciones con los artistas más prestigiosos de este país. “Del grito indio”, es un proyecto que suma a nuestra voz propia, la voz de nuestro Gnempin (narrador del conocimiento) Bustriazo Ortiz, de Mapurbe (poeta mapuche de Gulumapu) y la participación de Anahí Rayen Mariluan y de Guillermo Migoya. Un disco que viene a aportar su granito de arena en esto de arrancarle al silencio nuestra historia, a acompañar los reclamos de nuestro pueblo y sobre todo a agradecer. Agradecer a la mapu, a la vida como nos enseñaron los mayores.

Va Con Firma: Hablanos un poco sobre la artista que ha hecho la tapa del EP, es conmovedora

Julieta Warman es una querida y talentosa amiga, cuyos grabados recorren varios países. Con ella hicimos “Haikus de Guerra”, un libro que prologó un amigo en común, que nos dejó muy temprano: Leopoldo Brizuela. El libro fue declarado de Interés Provincial y luego publicado en Estados Unidos. El grabado de “Del grito indio” está inspirado en la foto que recorrió las redes, de una manifestación del pueblo chileno y mapuche donde vemos en lo alto flamear nuestra wenufoye.

Va Con Firma: Escuchando la letra de “Raninqueo” se puede encontrar que hay un afán bien directo en pos de reconstruir el camino histórico de tu propia familia (tu kvpan) ¿te lo propusiste como una suerte de método para narrar el pasado de tu gente?, ¿considerás que en el reflejo de esa historia se encontrarán muchas personas con raíces originarias? Hay muchas y muchos artistas mapuche trabajando en este sentido de reconstrucción histórica bastante fiel, a pesar de la poética que se le pueda imprimir ¿lo notaste?

Éste el típico caso en el que la música y el texto van de la mano. Empecé tarareando "en la mitad del pedernal "... y solita se fue armando. Una vez terminada vi a nuestro linaje (Queo, Keupü) en distintos momentos de nuestra historia. Raninqueo quiere decir: en la mitad del pedernal. Claro, luego está la mano de Rolón con el que logramos un disco de rock para ser honestos con lo que somos. El rock es el vehículo.

Si esta semilla germina en algún alma, bienvenido sea. De la misma manera que en mí hay ecos de otros artistas mapuche como Aime Paine, Rubén Patagonia, Anahí Rayen Mariluan, los Puel Kona, Beatriz Pichi Malen o de poetas como Mapurbe, Elicura Chihualaf, Liliana Ancalao, por nombrar algunos.

 

Va Con Firma: ¿Que te gustaría que pase con este disco en el transcurso del futuro inmediato?

Me gustaría que empiece su andar entre pu peñi y pu lamngen (hermanos y hermanas). Que recorra nuestra Wallmapu (tierra mapuche) y que en ese viaje, pueda cruzar la cordillera hasta Gulumapu, donde nació Raninqueo y desde allí, bueno, lo que suceda.

El camino puede ser largo, sinuoso, pero para eso estamos: para transitarlo. Hace unos años, en Bariloche, le dije a Anahí Mariluan que creía que ya no volvería a grabar, a lo que me respondió: ¿y vos te creés que sos el dueño de eso? Tenía razón, luego vinieron más discos y vendrá otro: en Abril saldrá otro Ep titulado “Mapuche”. Es que los mapuche no somos dueños de la tierra, tampoco del canto.

Va Con Firma: Nos tomaríamos el atrevimiento de pedirte que le dejes un mensaje desde el piwke a las pibas y pibes que estén en el camino de reconstrucción de sus identidades originarias

Les diría, sin ánimo de dar consejo, que cada uno tiene un llamado. Cuando se enciende esa llama, es difícil que se apague. Sólo debemos cuidarla como los antiguos fogoneros yamanas mantenían el fuego en su canoa. No es fácil la búsqueda de nuestra de nuestra identidad cuando nos han robado nuestros apellidos, la lengua, el territorio, las creencias. Pero como dijo el Toqui Calfucura: en los hijos de mis hijos me levantaré. Y aquí estamos: si van en búsqueda de sus raíces los hermanos vendrán por ustedes a acompañarlos en este camino.

29/07/2016

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