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28/10/2020

Nuevas mayorías

Nuevas mayorías | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Pareciera ser que soplan nuevos vientos desde el sur, amontonando por un lado a los sectores privilegiados -acompañados por distraídos- y por el otro, construyendo una nueva mayoría que exige derechos.

Rodolfo Canini

La opción “Apruebo”, reventó las urnas con casi un 80% de los votos. Llegó  finalmente  lo reclamado por el Pueblo Chileno: cambiar la Constitución de 1980 elaborada por la dictadura de Pinochet y que aún rige al país trasandino. También arrasó la opción Convención Constitucional, casi con los mismos porcentajes, descartando la opción que buscaba incluir un 50% de congresistas con mandato actual. 

Con la aplastante cantidad de votos la futura Convención Constituyente estará formada por miembros elegidos por el voto popular y con paridad de género. Todo indica que quedará atrás ese país conservador impuesto a sangre y fuego desde 1973 con el golpe de Estado orquestado por la CIA y ejecutado por el Dictador Pinochet. 

Se impuso desde entonces una sociedad a los palos, donde lxs muy ricxs gozan de todos los privilegios y muchxs pobres padecen todas las necesidades: en el medio casi nada. Se continuó desde Pinochet un plan económico neoliberal, más allá de los signos políticos gobernantes, por el cual economistas y políticos latinoamericanos defensores acérrimos de privilegios, exponían como modelo económico a seguir. 

Pero el ejemplo quedó desnudo a partir de la eclosión popular del 18 de octubre de año pasado, donde el Pueblo pobre y no tan pobre salió a la calle a manifestar su descontento por la falta de derechos elementales como el acceso a la salud, a la educación, a un sistema previsional y de seguro social, entre tantas necesidades. 

Chile es uno de los países latinoamericanos con mayor concentración de riqueza en pocas manos. Unas cuantas multinacionales originadas desde el capital chileno han cruzado el Atlántico y se han instalado a lo largo y ancho de Latinoamérica. Es evidente que la exigua clase media chilena votó junto al Pueblo pobre, defendiendo sus intereses que no son iguales, pero similares a los que no poseen absolutamente nada, no más que su ropa. 

Una semana antes, en Bolivia fue aplastante la derrota de la mano de Luis Arce, el candidato de Evo Morales. El electo Presidente boliviano llamó a la unidad del país. Pareciera ser un llamado políticamente correcto desde el podio del triunfo, sin embargo tiene la clara intención de sumar a su gobierno a sectores que han apoyado a su contrincante Carlos Mesa.

Alberto muestra tener el mismo propósito que Cristina, cuando la ex mandataria decidió cambiar el orden lógico de la fórmula presidencial para sumar a sectores de clase media y asegurar el triunfo. Esa bendita clase media que influye en la opinión pública y, que además es influida por los medios hegemónicos de comunicación. Lxs de clase media se convierten en replicadores del multimedio Clarín, La Nación, Infobae, entre otros, de propiedad del poder real. Y esto resulta paradójico, personas que pertenecen a una clase social terminan votando en contra de sus propios intereses. Hay razones culturales, sociológicas, descripta ya por Don Arturo Jauretche en “El medio pelo en la sociedad argentina”, pero también hay razones económicas que explican, y no justifican, por qué esta clase social termina odiando al Estado y a los de abajo. Ese sector que vive de rentas o es propietario de una pequeña o mediana empresa, de un comercio, y que sus intereses son contrapuestos a los grandes capitales, generalmente acaban siendo funcionales políticos de sus verdugos y echándole las culpas de todos sus males a la clase trabajadora, o peor aún, a los que ni siquiera tienen trabajo. 

Ahora, el sistema económico está en franca contradicción con el sistema político, o sea el capitalismo vive en permanente tensión con la democracia. La concentración de la riqueza en pocas manos es una característica que se acrecentó con el capitalismo financiero y contradice todo principio democrático. La diferencia entre ricos y pobres se profundiza. En esa realidad, los gobiernos a los que se les denomina populistas justamente actúan en defensa de los intereses populares y tratan de reducir esa diferencia mediante la distribución de la riqueza, comenzando por el crecimiento económico y trabajo genuino y garantizando un ingreso mínimo para todos. 

Pero lo que genera parte de esa bronca es el sistema impositivo regresivo, y me lo explicó en forma muy didáctica el economista Humberto Zambon: “si el impuesto (IVA) es el 20% del consumo, una familia que gane $ 50.000 al mes, normalmente consume todo su ingreso, es decir paga $ 10.000 de impuestos (el 20% de su ingreso), mientras que otra que gane 200.000 y consuma $ 100.000 (ahorra la mitad) está pagando $20.000,= (el 10% de su ingreso).”  Cuanto más pobres sos, más impuestos pagás.  El IVA es el impuesto más injusto, pero el que menos se percibe. El más justo es a los ingresos, que equivocadamente se llama impuesto a las ganancias, donde el que más gana más paga, pero tiene que haber un límite muy alto, para que no termine perjudicada la clase media en beneficio de los más ricos, que es lo que sucede.

Existe un impuesto que no se aplica, y es el impuesto "a los bienes personales" o a la riqueza, que trata de evitar ese proceso de concentración de bienes. En definitiva, termina pagando visiblemente más impuesto la clase media que los ricos. Y aquí está el problema. Los gobiernos populares de América latina para ampliar su base política se tendrán que dar la tarea de persuadir a la clase media y atacar los privilegios de los más ricos.  Un sistema democrático debería ir por ese camino y los dueños de las grandes fortunas lo saben mejor que nadie. Por eso no quieren pagar ni por única vez un impuesto a las grandes fortunas, aunque nos inunde una pandemia. Ese ejemplo se transformaría en el principio de la solución para las mayorías y el comienzo de un problema para las minorías enriquecidas: perder privilegios.

Pareciera ser que soplan nuevos vientos desde el sur, amontonando por un lado a los sectores privilegiados (acompañados por distraídxs), y por el otro, construyéndose una nueva mayoría que exige derechos. 

                                       

29/07/2016

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