Columnistas
12/10/2020

Covid 19

Neuquén y el momento de accionar el botón rojo

Neuquén y el momento de accionar el botón rojo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Cuando el margen se acota y emerge la necesidad imperiosa de aplanar la curva de avance de casos, hay que parar para descomprimir el sistema de salud y salvar vidas.

Daniel Esteban Manoukian *

 Hace escasamente dos semanas en esta misma columna planteábamos la imperiosa necesidad de lograr coherencia entre tres planos de actuación respecto de la pandemia por Covid-19 en Neuquén. Sosteníamos que tanto en lo que hace al comportamiento social respecto del autocuidado responsable de nuestra propia salud, como en lo que refiere al desempeño y adecuación del sistema de salud, pero especialmente en lo atinente a las decisiones políticas, las señales y las acciones concretas debían apuntar al mismo objetivo.

Muchos de las medidas que tenemos a mano para enfrentar la pandemia resultan antipáticas después de tantos meses de limitaciones y no resultan neutras por el impacto que generan en la economía doméstica. Afectan el humor y las emociones, no son decisiones fáciles de tomar y desde nuestro punto de vista, deben responder a un enfoque multidimensional. Sostenemos que ante un sistema sanitario colapsado, no conocemos otro antídoto, que pugnar para amenguar el ritmo de avance de casos y para ello debe actuarse con celeridad, contundencia y en varios planos, en forma sinérgica.

Nadie puede arrogarse ser portador de la verdad en una situación compleja como esta, respecto de la cual seguimos desconociendo mucho más de lo que logramos descubrir, pero hay algunos hechos de la realidad que resultan incontrastables y no son propios solo de estas latitudes. Resulta ya evidente que cuanto más circulación de vecinos y vecinas hay, más contagios se producen, más personas se enferman y claro está, más son los pacientes que terminan necesitando ser internados y en algunos casos requerir atención en unidades de terapia intensiva.

Cuando, como en Neuquén el sistema llegó al límite de su capacidad de respuesta, el margen se acota y emerge la necesidad imperiosa de aplanar la curva de avance de casos, para descomprimir el sistema de salud y salvar vidas.

Esa situación límite justifica el llamado urgente que se hizo escuchar desde distintos espacios, entre ellos desde el Centro Universitario de Estudios sobre Salud, Economía y Bienestar (CUESEB), reclamando medidas que apunten a reducir la circulación de personas y con ello contribuir a atenuar los contagios por Covid-19.

Cuando se apela a la figura del botón, se alude a la urgencia, a los últimos recursos disponibles. Se convoca a decisiones drásticas que por su propio carácter son de excepción y transitorias, pero imprescindibles en momentos críticos.

Tal como se menciona en el comunicado del CUESEB, desde hace un mes el porcentaje de ocupación de camas de toda la provincia, incluyendo al sector público y privado, supera el 90% según datos oficiales volcados en la página oficial del Ministerio de Salud de Neuquén, y desde hace dos semanas se viene informando que ese porcentaje es del 99%, aunque el número de pacientes internados fue creciendo desde 120 hasta 138 por día. Por esa razón sorprendió que en la conferencia de prensa que el gobernador Omar Gutiérrez compartió con el presidente Alberto Fernández se mostraran porcentajes muy inferiores (72% para toda la provincia y 78% para el Departamento Confluencia). Lamentablemente no es así, el sistema ya colapsó y se muestra sin capacidad para dar respuesta al nivel de demanda que enfrenta.

Más allá de esa apreciación, que genera sorpresa e indignación, en estas circunstancias algunos indicadores sobran. El dramatismo de la hora se verifica en la cotidianeidad del funcionamiento del sistema de salud. Algunos integrantes de los equipos cargan sobre sus espaldas además del esfuerzo por la tarea, la dura misión de decidir quién accede y quien no a la atención en unidades de cuidados críticos.    

Todas las previsiones realizadas y las medidas tomadas para adecuar los hospitales, entre ellas aumentar el número de camas de terapia intensiva y el equipamiento, la ayuda recibida desde el gobierno nacional y el plan de acción diseñado para responder en fases progresivas, sirvieron, pero no fueron suficientes. Simplemente porque todo tiene un límite, y si la necesidad sigue creciendo y la demanda tiene la magnitud que se verifica desde hace dos semanas, nada alcanza.

A esta altura de la pandemia no alcanzaría solo con repetir la consigna #YoMeQuedoEnCasa. Cuando sostenemos la necesidad de un enfoque multidimensional, justamente nos referimos a propiciar comportamientos sociales que perduren, más allá de un tiempo no inferior a dos semanas de restricción de la circulación. Aluden al autocuidado responsable de la propia salud, pero fundamentalmente apelan al sentido solidario en favor del cuidado de la salud de todos, buscando poner en primer plano los recursos que como comunidad tenemos para defender la vida.

Es importante reducir la circulación de personas en forma urgente porque con un sistema sanitario saturado es imprescindible reducir el número de casos nuevos, y no conocemos otra manera para lograrlo que disminuir el contacto entre personas. Hay que hacerlo diseñando estrategias adecuadas a cada realidad local, con creatividad, buscando impactar favorablemente en los distintos grupos sociales, apoyándose para ello en opiniones de personas idóneas en este tipo de cuestiones.

Sostenemos también que se precisa de un primer nivel de atención en salud activo que junto con otros actores sociales, entre ellos voluntarios, acompañen en la difusión personalizada casa por casa sobre promoción de la salud explicando en detalle que quiere decir cada sugerencia. También para actuar en las tareas de detección oportuna de casos, para que se puedan aumentar los testeos y el consecuente aislamiento selectivo, acompañando a las familias desde una mirada integral.

Son necesarias asimismo, medidas que refuercen las pautas de cuidado en lugares públicos, que regulen actividades como el turismo, el comercio, el transporte y el esparcimiento y al mismo tiempo, contar con efectivos sistemas de control para garantizar su cumplimiento efectivo.

Como manifestaba hace unos días el Diputado (MC) Eduardo Fuentes al recodar enseñanzas de la Dra. Elsa Moreno, se trata de salvar a los bañistas que se ahogan por haber caído al río, pero al mismo tiempo, trabajar para que otros no caigan. A ese tipo de enfoque multidimensional nos referimos. A un conjunto de intervenciones que con firmeza y apoyo comunitario, superen presiones y logren incidir en los distintos momentos de la historia de este problema de salud pública, priorizando la promoción y prevención de la salud.

Como el del CUESEB y otras manifestaciones de similar tenor, este es un llamado urgente a las autoridades provinciales y es al mismo tiempo una expresión más de respaldo para sostener intervenciones complejas, pero necesarias. Es finalmente, una nota que se suma al intento de una toma de conciencia colectiva en favor de la Vida.



(*) CUESEB (Centro Universitario de Estudios Sobre Salud Economía y Bienestar - Universidad Nacional del Comahue) y Centro de Estudios de la Sociedad de Medicina Rural de Neuquén.
29/07/2016

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