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11/10/2020

La globalización financiera

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La globalización financiera, con la profundización de las desigualdades que implica y sus consecuencias sobre la mayoría de la población conduce, irremediablemente, a la crisis económica y social.

Humberto Zambon

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El proceso de mundialización de la economía encabezado por occidente lleva más de cinco siglos. Se inició a fines del siglo XV y principios del XVI con los viajes españoles y portugueses, con la circunvalación al África y la colonización de América y varios territorios en el oriente. Posteriormente, Inglaterra suplantó a las potencias de la península ibérica y el proceso tomó impulso a partir de 1870, con la etapa imperialista: se completó la división del territorio mundial entre las principales potencias (Inglaterra, Francia y en menor medida, Alemania y Holanda mientras que con el cambio de siglo se sumó Japón). El siglo XX marca el ascenso de Estados Unidos, que terminó desplazando al liderazgo europeo, especialmente a partir de la Segunda Guerra Mundial; se reemplazó al viejo colonialismo por uno nuevo, que respeta la independencia formal de los países, pero los sujeta económicamente, auto-asignándose el poder de policía internacional con la facultad de intervenir militarmente cuando y donde sus intereses lo requieran. En un principio esa hegemonía se limitaba a occidente, en competencia con la Unión Soviética, pero con la implosión de esta última pareció convertirse realmente en universal, era el anunciado “fin de la historia”. Pero con el siglo XXI apareció la competencia de China y esa hegemonía está puesta en duda.

Previamente, en los años ‘70 del siglo XX, se produjo un vuelco fundamental en la evolución del capitalismo. La crisis del petróleo originó una enorme transferencia de recursos de los países industriales (que son los grandes importadores de petróleo) en favor de los países exportadores, nucleados en la OPEP (Organización de Países Exportadores de Petróleo), recursos que en gran parte volvieron a los países centrales como depósitos bancarios e inversiones financieras. Las grandes corporaciones se encontraron que en sus países de origen se presentaba una economía en recesión, con caída de la tasa de ganancia; para solucionarlo optaron por dos caminos: 1) desviar gran parte de sus utilidades a la especulación financiera en lugar de la reinversión productiva y 2) para las nuevas inversiones buscar países donde pudieran minimizar los costos productivos, especialmente el costo laboral (altos por 30 años de vigencia del estado de bienestar de orientación socialdemócrata), por reglamentaciones ambientales o por tratamiento impositivo. Así surgieron como destino de las inversiones, sucesivamente, las maquiladoras en la frontera de México con Estados Unidos, en los países del este europeo y finalmente el extremo oriente, como China. La consecuencia fue una nueva etapa en la evolución capitalista: la de la globalización financiera.

La globalización financiera es, entonces, un nuevo ordenamiento mundial al servicio de las empresas multinacionales; para su funcionamiento requiere 1) libre circulación de bienes y de capitales (pero no de personas), que permite la disponibilidad de las utilidades y la posible relocalización de las inversiones productivas; 2) Vigencia universal de las marcas y patentes que garantizan el oligopolio en el espacio y en el tiempo; 3) Tribunales de justicia internacionales para tratar los posibles conflictos entre las multinacionales y entre estas y los distintos estados. En otras palabras, en el nuevo ordenamiento el poder de las transnacionales supera ampliamente al de los estados nacionales. Como consecuencia de la concentración de la riqueza en las corporaciones trasnacionales se dio con un aumento de la desigualdad y la aparición de núcleos con desocupación estructural.

La cobertura ideológica a la globalización financiera la dio el neoliberalismo. Como dice el ex vice presidente de Bolivia Álvaro García Lineras, “La globalización como relato o ideología no tiene más de 35 años. Fue iniciada por los presidentes Ronald Reagan y Margaret Thatcher, liquidando al Estado de bienestar, privatizando las empresas estatales, anulando la fuerza sindical obrera y sustituyendo el proteccionismo del mercado interno por el libre mercado”.

Pero a partir de la crisis del año 2008 el sistema puso en evidencia sus limitaciones. Hasta ese momento el comercio internacional crecía a mayor tasa que el PBI global, por lo que las exportaciones actuaban como motor del crecimiento económico; con la crisis eso se revirtió y el comercio internacional crece a menor ritmo que el PBI que, a su vez, crece a tasas muy bajas, especialmente en los países centrales, lo que se complicó mucho más con la crisis económica generada por la actual pandemia. Todo esto puso en evidencia que los únicos beneficiados del sistema eran las multinacionales y los perjudicados no sólo los países dependientes sino también los trabajadores y pequeños empresarios del primer mundo. Se generalizó lo que el papa Francisco denunciara para nuestros países: “El problema es que Latinoamérica está sufriendo los efectos (…) de un sistema económico en cuyo centro está el dios dinero, y entonces se cae en políticas de exclusión muy grande. Y se sufre mucho. Y, evidentemente, hoy en día Latinoamérica está sufriendo un fuerte embate de liberalismo económico fuerte, de ese que yo condeno cuando digo que ‘esta economía mata’. Mata de hambre, mata de falta de cultura… porque los sistemas liberales no dan posibilidades de trabajo y fabrica delincuencias” (“El País”, 22-1-17).

La globalización financiera, con la profundización de las desigualdades que implica y sus consecuencias sobre la mayoría de la población conduce, irremediablemente, a la crisis económica y social. Esto explica las resistencias que en su momento opusieron a los pueblos latinoamericanos al ALCA y el europeo a los acuerdos de la Unión Europea con Estados Unidos y Canadá o con el Mercosur.

Para nuestros pueblos el camino es el fortalecimiento de la soberanía nacional y la integración regional entre países de desarrollo similar, y con relaciones comerciales multilaterales con todos los países.  

29/07/2016

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