A mediados de esta semana la agrupación neuquina La Estafa Dub editó su cuarto disco de estudio, “Continentes”, un disco impecable en el que por cada tema musical incluido hacen un repaso y una evocación a cada una de las seis masas continentales del planeta. La placa ya tiene el primer tema de difusión, “Asia”, en todas las plataformas virtuales habituales y físicamente se puede encargar el disco completo a través de las redes sociales de la banda o escribiendo a la web de “Codo a Codo Discos” o en el local de “Todo Música” del centro de la ciudad de Neuquén.

Esta es una obra viajera, que llega en un momento muy especial para el público, que se encuentra impedido de viajar. Y eso le agrega un plus muy interesante al asunto. La propuesta conceptual de la banda es remitirse a cada uno de los continentes del planeta mientras uno pincha el disco entero. 

Sobre este concepto y todos los referentes a este disco, hemos consultado a Mariano “El Pela” González quien -según las palabras del vocero de prensa de la banda es: “una de las piezas principales de la banda, es compositor, arreglador, es de los fundadores, es el que siempre dirigió la sección de vientos cuando eran varios y ahora la banca solo y es el que pone el trombón que canta todas las melodías tarareables de la banda”- El Pela nos cuenta, entonces, la intimidad de este viaje intercontinental:

“El que escuche ‘Continentes’ no va a encontrar en él un trabajo antropológico por ejemplo en relación al origen de la música, o a las culturas o a los sonidos que habitan el planeta.

Creo que a través de algunas melodías que transcurren cada tema, fuimos encontrando características que a nosotros -y desde nuestra subjetividad- nos acercaban a diferentes lugares del planeta. Cada persona lo podrá vivir desde la propia subjetividad, pero no lo planteamos como un trabajo donde se utilicen melodías, armonías o instrumentos del continente que le da nombre a la canción. En síntesis: el concepto en este caso es bastante abstracto si se quiere”

Pero está… este disco es un viaje bien definido.

La placa abre con la primera canción/masa continental, que es “Europa (reinventarse)”, un excelente tema para demostrar la raíz del estilo y la estética propia de la banda, Europa (la composición) representa de manera cabal lo que globalmente es el sonido de la banda, es una espléndida manera de saludar en una obertura bien pero bien propia de la banda, es una manera súper efectiva de decir “aquí está, esta es y así suena La Estafa Dub”, cada uno de los pasajes de este instrumental -que deviene en alegato rapeado al final- es una oportunidad perfecta para que el público que jamás escuchó a LED conozca su fuerza y su sutileza, individual y colectiva. Quienes ya conocen a la banda, simplemente sonreirán satisfechos. La lírica tirada en flow al final, habla de la reinvención personal y colectiva, una acción perfecta para los tiempos que corren. Reinventarse es algo que los integrantes de LED cultivan desde que nacieron, hace más de una década, como una simple y utilitaria banda de bares que haría covers de clásicos del reggae y “dubizaría” el resto del repertorio. Muchos años después, la banda es un verdadero laboratorio de la reinvención y la más nítida sofisticación de sus propios horizontes. Los reyes del reinventarse para bien, bah.

Mariano nos cuenta de forma resumida, como es que la banda fue reinventándose en base a no ser fanáticos ni “casarse” con un solo método de trabajo creativo:

“En el transcurso de la historia de La Estafa –dice- hemos explorado casi todos los formatos de grabación posibles. El primer disco, ‘La Estafa Dub’ fue compuesto en estudio, grabado todo por separado y fue una creación más de laboratorio. El segundo ‘16 formas de ponerse de acuerdo’ fue compuesto antes de grabar, y se grabó la base (bajo, batería y guitarras) en Bs As, todos juntos, y el resto acá, todos por separado y producidos por Mario Siperman -tecladista de Los Fabulosos Cadillacs- El tercero, ‘Tormenta’, fue grabado todos, tocando juntos, distribuidos en una casa. Y ‘Continentes’ se grabó por separado y fue mezclado por El Chacal -Héctor Navarro, baterista de la banda- en nuestro estudio. Nos encanta grabar todos juntos, eso es así, antes de dejar un tema para grabarlo en un disco lo grabamos en vivo y tiene que pasar ese filtro, el filtro de ‘lo podemos tocar en vivo’, porque nos ha pasado con discos anteriores que algunas canciones creadas en estudio en vivo nunca funcionaron. Y bueno, ahora intentamos que lo que se graba suene bien en vivo también”

El disco/viaje continúa, y se traslada de “Europa (reinventarse)” a “América (Latina)” hay un pequeño clima de exotismo selvario en el comienzo, los sonidos nos recuerdan el verde impenetrable de algunas partes de nuestro continente. Inmediatamente la voz humana irrumpe con una advertencia: “En toda batalla cuando alguien se asusta, los demás se contagian” dice el actor Nahuel Hernández en off desde el fondo de una base bien densa, pero nítida. El texto se desanda sobre la canción y vamos reconociéndolo: es el mismo que Rodrigo De la Serna, en la carne de San Martín, dice en la famosa película que cuenta la vida del general. Las opciones de LED eran dos: samplear a De la Serna o recurrir a una voz local. La decisión final fue la mejor: Nahuel, dirigido por la siempre talentosa Elizabeth Navarro, conmueve hasta lo más íntimo con su interpretación.

Estos pequeños rompecabezas que incluye el disco no son novedades en la carrera de LED, que siempre incluyó notas orales y sobre-grabaciones en sus discos, desde el principio mismo de la historia de la banda. ¿Cómo hizo la banda para producir este disco en particular para que terminara en el brillo de estas pequeñas sutilezas? ¿De qué manera lo trabajó? El Pela dice:

“Trabajamos un poco y un poco alternando el concepto del vivo y de la producción posterior de estudio. La estructura general de los temas ya estaba compuesta, pero en el estudio terminamos cerrando y agregando muchas melodías nuevas, voces, sintetizadores, vientos… cosas que terminaron dándole un carácter distinto al que se escuchaba cuando ensayábamos el material. Es decir: la esencia de las canciones se mantuvo, pero trabajando en el estudio, salieron canciones más ricas desde lo sonoro”

La tercera parada del disco es “Asia”, un instrumental que comienza con un sintetizador que tira un efecto casi de viejo video juego arcade de 8 bits y lo hace convivir con un tresillo de guitarra y teclados que evoca muy notablemente la música folklórica oriental ¿Es Asia el continente dónde se mezcla lo ancestral, lo ya sucedido, con lo que evoca al futuro tecnológico (el de los 8 bits, claro)? Y sí…

Las sencillas y breves líneas líricas de la canción son bien poéticas: 

¿Habrá un pedazo de cielo junto a las estrellas

que alumbran tus ojos que me quieren mirar?

¿Habrá un lugar en el tiempo dentro de este templo

que le provoque al infinito dudar?

¿Qué expectativa deposita la banda en este disco? ¿Qué le gustaría que pase con él? Mariano es bien enfático al respecto:

“Ufff… la expectativa es que sea el motor para que cuando vuelvan los conciertos, la gente pueda tener las canciones ya masticadas y aprovechar todo este tiempo que nos está dando la cuarentena para fortalecer otros aspectos de la banda que por ahí en el día a día, con conciertos, composiciones, grabaciones y demás son difíciles de atender, como por ejemplo, mejorar el espacio de ensayo, darle más tiempo a preparar la salida del disco, pensar el aspecto audiovisual del disco, para poder plasmarlo también desde ahí, por ejemplo”

Todo indica, entonces, que se vendrá también un viaje audiovisual en torno a este disco/viaje.

Por lo pronto el disco, el de audio, continúa en “Antártida”, una aventura climática en la que los colchones creados por los teclados y las posteriores melodías sintetizadas llevan la voz cantante 

¿Es un misterio precioso aquel continente helado, en el que muchxs escritorxs de literatura fantástica y posteriormente cineastas imaginaron universos únicos? Por supuesto que sí. Quizás por eso “Antártida” sea el tema que más exotismo transmite de todo el disco, un exotismo hermético, muy bello.

La penúltima escala de esta vuelta al mundo en seis composiciones nos lleva ahora hasta “Africa (destilás envidia)”, la composición que (¡cómo no!) nos arroja más de lleno al reggae root, a la raíz misma de un sonido que no es originario de otro lado que de la mismísima África 

¿Por qué LED utiliza esta composición en especial para hacer un manifiesto lírico sobre lo que es crecer en el oficio del arte más allá de las mezquinas interferencias individualistas de una sociedad preparada para criticar y criticar y criticar? Puede inferirse que la cosa es auspiciosa porque “África” es un excelente territorio en el que uno puede posicionarse para lanzar su manifiesto enérgico, para hacer escuchar la voz pura y dura. En África está el origen de todo, dicen. 

El pasaje sinfónico que surge a mitad de ésta canción es el toque musical más exquisito del disco. No es “casual” que esto pase, pues El Pela y Lisandro Parada han escrito los mejores arreglos orquestales que recuerde el ciclo de música popular que la Orquesta Sinfónica de los Neuquinos ha venido realizando con distintas agrupaciones y solistas de Neuquén. La noche que le tocó a LED subir con la orquesta, fue memorable el nivel alcanzado. Mucho tenían que ver aquellos arreglos escritos por el dúo.

El disco se despide en “Oceanía”, la última composición/continente de este viaje musical. Una excelente última parada que nos vuelve a repetir el concepto de la obertura europea: nos muestra concretamente el potencial compositivo y estético de la banda. Así como nos animamos a decir que el disco abre con una demostración contundente, al estilo “Señoras y señores: ésta es La Estafa Dub”, ahora nos atreveremos a asegurar que cierra con idéntico grito. Todo lo que suena en “Oceanía” es una suerte de catálogo espléndido de lo que LED puede dar. Incluye los vientos más definidos de toda la placa, recordándote cual es uno de los fuertes más fuertes de esta gran banda. Sin lugar a dudas un cierre rotundo.

Esta reseña, damas y caballeros, termina con una puesta en escena. Le pedimos a Mariano que nos venda el disco de LED como si fuera un vendedor ambulante que acaba de subir al bondi a ofrecerlo:

“Uh… ¡me mataste! (risas) Esto que me pedís es un arte con todas las letras. Y yo soy bien duro para la venta, pero bueno: acepto la propuesta.

Creo que este disco muestra una madurez en lo competitivo, plasma la esencia de la formación que lo toca y muestra con menos integrantes una diversidad de recursos que en otros discos por ahí no estaban. Las canciones son de carácter instrumental aunque hay voces estas funcionan como un instrumento más de la banda.

Nos si te lo vendo… ¡O todo lo contrario! (risas)… Quien ya conoce a la banda, va a encontrar otro carácter, eso es seguro. Y quien no nos conoce, pues bien: le invitamos a escuchar y dejarse llevar por la propuesta”

En una era en la que todo el mundo apuesta fuertemente a la virtualidad, La estafa Dub nos propone entender el mundo desde un viaje plenamente territorial. No es menor: es toda una declaración de principios. 

Hacete un favor: viajá el viaje de la estafa. Conseguilo, escúchalo y… ¡decime si exagero!