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28/07/2020

Espionaje criollo

Espionaje criollo | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Con algunas diferencias, el Batallón 601 del Ejército -poderoso en las dictaduras y disuelto por el gobierno de Alfonsín- tuvo muchas semejanzas con la mesa judicial presidida por Macri. Esta última atacó política y moralmente a Cristina Kirchner, y aquel batallón buscaba destruir la resistencia peronista.

Osvaldo Pellin

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El espionaje criollo, como producto local, no deja de ser dependiente, como lo somos en muchas de las demás áreas del conocimiento o de los insumos que requerimos para el desarrollo. Hay que salir a comprarlo o aprenderlo afuera. Eso sí, la CIA siempre ofrece ayuda. 

Encontré ciertas semejanzas y diferencias, entre estas organizaciones dedicadas al espionaje, entre el batallón 601, disuelto durante el gobierno de Alfonsín y la mesa judicial presidida por Macri. 

La primera diferencia surge claramente; Alfonsín, un demócrata, vino a restablecer el estado de derecho luego de la vigencia ilegítima de la dictadura 76-83; Macri vino a reinstalar la discrecionalidad por encima del Derecho. 

Pero, la misión de ambas organizaciones espías se parecen en demasía y la idea con que fueron concebidas también. El batallón 601, en época de la dictadura militar fue su “sistema nervioso”, como se animó a denominarlo un oficial de la fuerza. La mesa judicial la planificación en equipo, casi como un  grupo de tareas.

Las deliberaciones y decisiones del batallón 601 no eran necesariamente de conocimiento público, las de la mesa judicial tampoco, pero las filtraciones objetivables desde los hechos, mantienen al día de hoy algunos parecidos

La mesa judicial tenía el objetivo de destruir política y moralmente a Cristina de Kirchner.

El batallón 601 a la resistencia peronista.

Pero tanto uno como otro para retacear derechos a las mayorías. 

El paralelismo de lo que se quería destruir marca la gran similitud de la que hablamos.

Para ello la mesa judicial dibujaba listas negras que según su vinculación con la realidad, las víctimas aparecían con gran sentido de la oportunidad, eran perseguidas y difamadas, además de servir como columnas de humo para ocultar las transgresiones y tráfico de influencias del gobierno de derecha de Macri. 

El batallón era en todo caso más drástico, aunque también con listas negras enriquecidas por lo que aportaba la tortura, cuyo objetivo se proponía hacer desaparecer y asesinar.

El propósito de la mesa apuntaba a lo político hasta aplastar a los dirigentes populares sobre todo los de origen kirchnerista, buscando mediante la denuncia, cercar a Cristina Kirchner hasta condenarla, simulando las formas procesales señaladas por los periódicos de máxima circulación, tal como caricaturas de un país normal. 

Eso sí, arrastraban una discrecionalidad que hacía añicos a cuanto código o práctica jurídica vinculada con la ley, se opusiera a sus oscuros designios. 

Uno terminaría pensando que no es que la historia se repite, son los modos autoritarios los que saben que con la fuerza bruta de su lado no es necesario innovar el statu quo de la política nacional.   

29/07/2016

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