En el congreso realizado en el micro estadio de Lanús, que contó con la participación del candidato a presidente por el Frente de Todos, Alberto Fernández, y de varios referentes del espacio, la Central de los Trabajadores (CTA) de Argentina liderada por Hugo Yasky resolvió por unanimidad iniciar el proceso de unificación de esa central con la CGT, así como ser parte de la concertación social que propone el peronismo y respaldar explícitamente a la fórmula Fernández-Fernández.

“En un mundo donde el movimiento sindical retrocede, donde el neoliberalismo y las corporaciones financieras van abonando esos retrocesos, donde muchas centrales sindicales van perdiendo peso, estoy convencido de que necesitamos fortalecer el movimiento sindical”, afirmó Yasky durante el encuentro.

Ante un estadio colmado de sindicalistas, referentes políticos y militantes, argumentó que ello es preciso “porque la etapa que viene abre esperanzas y nos da la posibilidad de salir de esta suerte de dictadura del cambio en la que estuvimos 4 años, de este plan sistemático de multiplicación del hambre y de la miseria”, sostuvo el líder sindical, que también es diputado nacional por Unidad Ciudadana-Frente de Todos.

“Hay que seguir apostando a la unidad”, prosiguió, porque el país va “a una etapa que va a tener mayores desafíos, ya que el gobierno de Alberto y Cristina va a enfrentar una enorme deuda interna con argentinos pasando hambre, desempleo y destrucción del aparato productivo”, así como también “una enorme deuda externa, con las corporaciones financieras que van a intentar poner condiciones, van a intentar que este gobierno de Argentina no sea el inicio del fin de los gobiernos neoliberales de América Latina, y van a querer construir el fracaso de este gobierno popular”, advirtió Yasky.

El congreso de la central sindical, que contó con el apoyo de 15 delegaciones internacionales, aprobó tres mociones por unanimidad: el “fortalecimiento de la unidad del campo popular y de la lucha de la clase trabajadora”, dando mandato a la dirección de la CTA para iniciar el proceso de unificación con la CGT; la “refundación del contrato social” en el país para ser parte de la convocatoria al diálogo de la concertación social “para que la Argentina sea de los que quieren trabajar”; y tercero “el compromiso político de apoyar a la fórmula” de Alberto Fernández y Cristina Kirchner.

La división de la CGT se produjo durante la presidencia de Carlos Menem, en 1989, y dos años después Hugo Yasky participó, junto a otros sindicalistas opositores al gobierno de entonces, de la creación de la Central de Trabajadores de Argentina.

Alberto Fernández

Entre los oradores estuvieron el diputado nacional Máximo Kirchner y la candidata a vicegobernadora de Buenos Aires, Verónica Magario, actual intendenta de La Matanza. El encargado del cierre fue el candidato presidencial del Frente de Todos, quien destacó la importancia del día que “estamos viviendo”. Alberto que “el gesto de la CTA de unirse a la CGT es estratégicamente y moralmente tan grande como el de Cristina” cuando “tuvo una enorme grandeza dando un paso al costado”.

“Un día aprendimos que todos divididos no teníamos futuro porque con la división, con más de 30 puntos ellos ganaban” la elección, expresó Fernández, para luego asegurar que “estamos ante un nuevo desafío porque la culpa siempre la tenemos nosotros, pero a la vez los que tenemos que poner a la Argentina de pie también somos nosotros”, remató en medio de una ovación.

Sostuvo asimismo que tiene “mucha confianza” porque “después de cada episodio trágico siempre nos levantamos, y lo vamos a hacer una vez más con todos y todas”. Sobre el proceso electoral alertó que “nada está terminado, todavía tenemos que ganar”, y llamó a los manifestantes que se encontraban afuera del estadio a “salir y convencer a más argentinos de que es posible hacer otra Argentina”.

En el escenario también estuvieron presentes Hugo Moyano; el secretario general de la CTA Autónoma, Pablo Micheli; Omar Plaini, del gremio de Canillitas; el diputado nacional Felipe Sola;  la intendenta de la Matanza y candidata a vicegobernadora de la provincia de Buenos Aires, Verónica Magario -que fue una de las oradoras-; Gisela Marziotta, candidata a vicejefa de gobierno de la ciudad de Buenos Aires; Sergio Palazzo, secretario general de La Bancaria; Víctor Santa María, titular del gremio de trabajadores de edificios (Suterh); Pablo Moyano, del sindicato de Camioneros; y Edgardo Depetris, candidato a intendente de Lanús, entre muchos otros.

Según Alberto Fernández, “nos quieren hacer creer que el problema es que tuvimos muchos derechos”, y exhortó a que “no nos confundan, porque las mejores sociedades son las que distribuyen derechos, no las que los quitan”, y “cuando las sociedades quitan derechos se hacen peores sociedades, peores hombres y mujeres, y ese es el presente que nos toca”, remarcó.

Acerca de dónde va a “sacar la plata” para recobrar derechos, aseguró que el dinero provendrá “de dejar de pagar la usura que se llevan los bancos con las Leliqs”. Reiteró que “vamos a hacer que los jubilados tengan sus medicamentos, vamos a dejar de pagarle a los usureros para que los maestros tengan un salario digno y para que los trabajadores tengan su paritaria todos los años”.

Antes que el candidato a presidente, hizo uso de la palabra Máximo Kirchner, quien afirmó que “la estigmatización de los trabajadores sindicales es la punta de lanza para avanzar sobre los derechos”; por lo cual “la respuesta” ante eso “es la unidad, y cuando nos quisieron quebrar, más nos unimos”.

“El desafío es que nadie afloje hasta el 27 de octubre, porque el próximo presidente necesita un gran respaldo para sacar a la Argentina del oprobio en que nos sumió Macri”, afirmó el líder de La Cámpora e hijo de Néstor y Cristina Kirchner. Completó su discurso afirmando que “este 27 (el día de la elección) le toca al pueblo que trabaja despedir a este presidente que lo traicionó, lo endeudó y no le dio la talla”.

Kicillof y Magario

Axel Kicillof, el candidato a gobernador por la provincia de Buenos Aires, dejó un mensaje grabado y explicó que sigue “recorriendo la provincia de Buenos Aires”. A través de un video, enfatizó que “necesitamos indudablemente de la unidad del movimiento obrero para el período que viene”, y valoró “el enorme trabajo de la CTA para denunciar todos los desastres que se hicieron en este período”.

Magario, la compañera de fórmula de Kicillof, fustigó en su discurso a la actual gobernadora María Eugenia Vidal y afirmó que “el lugar donde más pobreza hay es en la provincia de Buenos Aires, ya que  asciende a 38,5% y la mayor concentración es en los corredores industriales”. Concluyó que “este gobierno de Macri y Vidal dirigió sus políticas en contra de los trabajadores y del sistema productivo”.

Luego le apuntó a la deuda que tomó la provincia, ya que asciende a “12.000 millones de dólares”, y también criticó la actitud electoral de la gobernadora porque “no la vemos al lado de Macri”, cuando fue “Vidal la que sostuvo en este tiempo las políticas de arrase contra el trabajo”.

Congreso sindical y fervor político