El último informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional Nacional de Avellaneda (Undav) que analiza los impactos de la devaluación de la moneda en el país y los efectos en la inflación y la pobreza, relevó incrementos en algunos alimentos de más del 100% interanual, lo que genera un desmedido aumento de la pobreza y evidencia que “uno de cada 10 niñas, niños y adolescentes en Argentina no llegarían a cubrir siquiera un consumo alimentario básico”. 

En el informe explicaron que “la economía ya acumula un año y medio de caída en la actividad y de los ingresos de los hogares”, especialmente “los de menores ingresos”, y aclararon que la devaluación de la moneda argentina, “que parece no tener fin”, tiene un impacto “sobre todos los precios de la economía y particularmente sobre los precios de los alimentos, los cuales presentan aumentos por encima de la inflación general”.  

La inflación en alimentos alcanzó su máxima diferencia sobre el nivel general del Indice de Precios al Consumidor (IPC) en abril del 2019, cuando los alimentos subieron un 66,2% interanual y el mencionado Índice rondaba el 55,8%. 

“La aceleración inflacionaria que sobrevendrá en el mes de agosto y en los subsiguientes, impulsados por una nueva maxi devaluación de más del 20%, impulsará especialmente los precios de los alimentos”, remarcaron los especialistas de la Undav. 

Describieron que en el Gran Buenos Aires los aumentos llegaron “a niveles exagerados”, como en el ejemplo de la leche, derivados lácteos y huevos, con un incremento del 85,7% en el último año, o los casos de la manteca, grasas y aceites, que en ese mismo periodo subieron un 71,7%. 

Pero también crecieron fuertemente azúcar, dulces, chocolate y golosinas (+60,1%); carnes y derivados (+56,7%) y pan y cereales (+54,5%); bebidas no alcohólicas; t precios del café, té, yerba y cacao (+70,2%).

El relevamiento comprobó aumentos que suben muy por encima del nivel promedio, como es el caso del yogur, que se incrementó un 102%; el queso cremoso un 99%; el jabón 96,2%; la yerba mate 93,5%; o la manteca un 88,3%.

El último informe del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional Nacional de Avellaneda (Undav) que analiza los impactos de la devaluación de la moneda en el país y los efectos en la inflación y la pobreza, relevó incrementos en algunos alimentos de más del 100% interanual, lo que genera un desmedido aumento de la pobreza y evidencia que “uno de cada 10 niñas, niños y adolescentes en Argentina no llegarían a cubrir siquiera un consumo alimentario básico”. 

En el informe explicaron que “la economía ya acumula un año y medio de caída en la actividad y de los ingresos de los hogares”, especialmente “los de menores ingresos”, y aclararon que la devaluación de la moneda argentina, “que parece no tener fin”, tiene un impacto “sobre todos los precios de la economía y particularmente sobre los precios de los alimentos, los cuales presentan aumentos por encima de la inflación general”.  

La inflación en alimentos alcanzó su máxima diferencia sobre el nivel general del Indice de Precios al Consumidor (IPC) en abril del 2019, cuando los alimentos subieron un 66,2% interanual y el mencionado Índice rondaba el 55,8%. 

“La aceleración inflacionaria que sobrevendrá en el mes de agosto y en los subsiguientes, impulsados por una nueva maxi devaluación de más del 20%, impulsará especialmente los precios de los alimentos”, remarcaron los especialistas de la Undav. 

Describieron que en el Gran Buenos Aires los aumentos llegaron “a niveles exagerados”, como en el ejemplo de la leche, derivados lácteos y huevos, con un incremento del 85,7% en el último año, o los casos de la manteca, grasas y aceites, que en ese mismo periodo subieron un 71,7%. 

Pero también crecieron fuertemente azúcar, dulces, chocolate y golosinas (+60,1%); carnes y derivados (+56,7%) y pan y cereales (+54,5%); bebidas no alcohólicas; t precios del café, té, yerba y cacao (+70,2%).

El relevamiento comprobó aumentos que suben muy por encima del nivel promedio, como es el caso del yogur, que se incrementó un 102%; el queso cremoso un 99%; el jabón 96,2%; la yerba mate 93,5%; o la manteca un 88,3%.

El minucioso trabajo del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda indica más adelante que “tanto los ingresos por jubilaciones y asignaciones como los relacionados con el mundo del trabajo, han caída bruscamente en relación a productos básicos de la canasta alimentaria”.

A modo de ejemplo, explica que la Asignación Universal por Hijo (AUH) “desde diciembre de 2017 hasta junio de este año ha tenido una caída de 5,3% en litros de leche y del 11,2% en kilos de pan”, ya que “en diciembre del 2017 con la AUH se podían comprar 67 litros de leche y 32 kilos de pan” mientras que “en junio del 2019 se adquieren 63 litros y 29 kilos respectivamente”. 

En cuanto al poder adquisitivo del haber mínimo jubilatorio, compara que se “podían comprar unos 111 kilos de yerba en diciembre del 2017 pero pasó a comprar 83 en junio de 2019”, lo que “representa una caída del 25% e implica que con una jubilación se compran 28 kilos de yerba menos”.