Una de las últimas medidas que tomó el presidente de la Nación, que implica la quita del 21% de lVA a 13 alimentos fue criticada desde diversos sectores políticos y económicos por considerarla “electoralista” y que con pocos o escasos efectos reales sobre los precios.

Alberto Fernández dijo que “no parece razonable reducir el IVA indiscriminadamente como se ha hecho” y remarcó que “ello no redundará en una merma de los precios; seguramente se convertirá en una ganancia adicional para las empresas”. 

El candidato a presidente por el Frente de Todos indicó a través de twitter que “hubiera sido mejor devolver el IVA a los sectores más postergados”, además de aclarar “las medidas anunciadas por el gobierno actúan sobre los efectos y no sobre las causas de la crisis económica que han generado”. 

Eva Sacco, economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sostuvo que “es muy difícil estructurar esta medida con una secretaría de Comercio que está totalmente desarmada y con un gobierno debilitado, que muy probablemente pierda las elecciones, y que no va a poder asegurar que realmente se va a quitar el IVA y que no lo estén absorbiendo las empresas”.

“Es positivo el reconocimiento de la brutal caída del poder adquisitivo en términos de alimentos, porque se han venido incrementando mucho y eso no es algo de ayer; es algo que empezó con la quita de retenciones y la devaluación del 2016 y que después continuó”, indicó Sacco a y  destacó que en “el último año la inflación interanual de alimentos es del 58%”.

Pero advirtió que no cree “que tenga el efecto que se espera y paralelamente tiene un problema que es la posibilidad de que se desfinancie el Estado”.

El gobierno lanzó esta medida ayer y tiene que ver con la quita del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que actualmente es del 13% a 13 productos de la canasta básica.

Los alimentos son el aceite de girasol, maíz y mezcla; el arroz; el azúcar; conservas de frutas; conservas de hortalizas y legumbres; harina de maíz y harinas de trigo; huevos; leche fluida entera o descremada con aditivos; pan y pan rallado; pastas secas; yerba mate, mate cocido y té; y yogures. 

“Hubiera sido muchísimo mejor un aumento de las retenciones al agro, a los granos, que tendría un efecto de disminuir el costo de la materia prima, del trigo y del maíz porque tiene un efecto de bajar pero no desfinancia al Estado, al contrario, aumenta la recaudación en un momento en que el gobierno va a salir a gastar porque aumenta la asignación por hijo, baja el impuesto a las ganancias, etcétera”, describió la economista del CEPA.

Y remarcó “hay que dar una solución que sea integral”, no “esto que es una curita en un contexto donde a los dos sectores más ganadores de este modelo, que son el sector financiero y el sector exportador, no le tocan los intereses nunca”.

Sacco explicó que “lo que hacen es mover la ficha, en el juego de la frazada corta y decir bueno, saco de la obra pública y hago transferencias, desfinancio al Estado y quito al IVA; cuando las medidas ideales serían bajar la tasa de interés y ponerle retenciones al sector exportador; pero hay negocios con los que el gobierno no se mete”.

Congelamiento de combustibles

Sobre la medida que tomó el presidente para frenar la suba de los combustibles, Sacco describió que “tenés grandes jugadores que no han acordado con el gobierno, porque ha perdido mucho poder político de negociación, y le están estableciendo de prepo un congelamiento de precios”.

Y advirtió que si “intentás resolver el problema de la dolarización de las tarifas de esta manera podés causar desabastecimiento, porque el gobierno no puede asegurar el abastecimiento; no hay secretaría de Comercio y muchos funcionarios no van a renovar su mandato, por lo que no van a estar dispuestos a firmar una multa contra estas grandes compañías”.

Para Sacco, con esta medida “le dejás una  bomba al próximo gobierno” porque va a recibir “el combustible con precios muy atrasados, de al menos un 30%, que fue la devaluación de estos días, con contratos que están en dólares”.

“Lo que tenés que hacer es revisar los contratos, y hacer una nueva estructura de contratos con el sector”, completó la economista y agregó que “es lo que hay que hacer pero al no hacerse de la manera que hay que hacerlo puede traer más inconvenientes que efectos positivos”.