Las estadísticas siguen confirmando el retroceso del poder adquisitivo de los asalariados argentinos frente al proceso inflacionario. Mientras el aumento de los precios minoristas alcanza hoy los niveles más altos desde la “hiper” ocurrida en los comienzos del gobierno de Carlos Menem 1991 -la última sufrida por el país-, los datos oficiales señalan que los sueldos perdieron 2,7% frente a la inflación entre enero y abril de este año.

Según informó el Instituto de Estadísticas y Censos (Indec), el índice de salarios subió 2,2% en abril y acumuló un total de 12,5% en el primer cuatrimestre de 2019. En ese mismo período, los precios minoristas se incrementaron el 15,6%.

Esa desventaja salarial de 3,1 puntos porcentuales por detrás de la inflación acumulada, representa la mencionada pérdida de 2,7% del poder adquisitivo de los sueldos desde el 1ro. de enero.

La evolución de lo que perciben por su labor los diferentes sectores de asalariados, no fue pareja en abril. Mientras que en el sector público los ingresos del personal subieron 2% en promedio, los del sector privado formal aumentaron 2,8%.

En el trabajo informal, que habitualmente es el más perjudicado frente al constante incremento de los precios, las remuneraciones de los trabajadores subieron solo 1,2% en el cuarto mes del año. Así, ese sector resultó el más rezagado respecto de la inflación, que en esos 30 días ascendió al 3,4% mensual.

Medido desde el primer día del año, contra el 15,6% de inflación acumulada entre enero y abril, los ingresos más perjudicados fueron los de quienes trabajan en la informalidad. Sus ingresos aumentaron 9,%, que significa 6,2% puntos porcentuales detrás de los precios minoristas.

Los salarios en blanco aumentaron 13,2% en los primeros cuatro meses del corriente, quedando así con un rezago del 2,4% respecto del aumento de costo de vida. En esta medición, casi no hay diferencias entre los trabajadores estatales y los de empresas privadas.

Los números anteriores se agravan si se comparan los ingresos salariales con el poder de compra de alimentos. Mientras que el promedio inflacionario general a nivel minorista, como se indicó, fue de 15,6% entre enero y abril, los productos alimenticios se incrementaron en ese periodo el 18,7%.

Sumando 2018

Además, las pérdidas de capacidad adquisitiva de los sueldos solo en lo que va de 2019, se suman a las del año anterior. En 2018 los salarios aumentaron 29,7% pero la inflación fue del 47,6% anual.

El saldo es aún peor para los trabajadores si el punto de partida de la comparación no es enero del año pasado sino marzo, cuando se descalabraron las variables económicas porque los acreedores privados dejaron de prestarle plata al gobierno, y el presidente Mauricio Macri acudió al endeudamiento con el Fondo Monetario Internacional.

Según las cifras oficiales, a partir de marzo de 2018 los salarios vienen quedando detrás de la inflación de forma ininterrumpida todos los meses. Desde entonces, y hasta abril de 2019 -los últimos datos difundidos- la pérdida acumulada en el poder adquisitivo de los salarios fue de 19,4 puntos porcentuales.