Eugenio Semino, Defensor de la Tercera Edad, sostuvo que el incremento del 36% de los medicamentos en lo que va del año “afecta a toda la sociedad en general” y en “particular a los jubilados y pensionados”. Reveló que por el costo de la canasta básica del jubilado, “casi cinco millones” de ellos “están por debajo de la cobertura de sus necesidades básicas en general”.

La Confederación Farmacéutica Argentina (COFA) y el Sindicato Argentino de Farmacéuticos y Bioquímicos (SAFyB), indicaron en un comunicado que los medicamentos aumentaron un 36% en lo que va del año, y puntualizaron que entre enero y junio cerraron en el país al menos 61 farmacias.

Según lo informado por ambas entidades, en la primera quincena de junio la inflación en materia de medicamentos fue del 3%, lo que equivale al total del índice de precios de mayo que dio a conocer el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos).

En declaraciones a , Semino precisó que el incremento “afecta a toda la sociedad en general y en particular a aquellos sectores que tienen una tasa mayor de uso del medicamento, que es el caso de jubilados y pensionados”.

Añadió que “más allá de lo que tienen que pagar por mostrador, donde el gravamen es directo y sufren ese aumento en su bolsillo”, otro aspecto que hay “que tener en cuenta es que muchos de ellos tienen cobertura del PAMI o de otras obras sociales”.

En esos casos, por la parte del precio de los fármacos que estas últimas tienen que pagar, al trabajador retirado “también lo afecta de forma indirecta porque suele ocurrir que las partidas que las obras sociales destinan a medicamentos van desfinanciando a otras partidas, que llevan otro nivel de cobertura al jubilado, por ejemplo, lo social”, explicó el titular de la Defensoría para adultos mayores.

También remarcó que “los índices de inflación son muy significativos, así que estamos ante un problema de gran dimensión, inclusive teniendo en cuenta que por ejemplo el año pasado el medicamento en general aumentó entre 5 y 6 puntos sobre el nivel general de inflación”. Luego aclaró que “lo que más aumentó son los insumos de farmacia, que en muchos casos estaban dolarizados y han duplicado el aumento que tuvo el medicamento en sí mismo”. 

Sobre la canasta del jubilado, indicó que “la última medición que realizamos, que fue a mediados de abril, nos dio 30.500 pesos” y cuando “se confronta con lo que perciben los jubilados como haber mínimo que en ese momento era de 10.400 pesos y actualmente es de 11.500 pesos, vemos que ese segmento cubre apenas un tercio de su canasta con el haber jubilatorio”; mientras que “de los jubilados que perciben una media de 16.000 pesos, solo les alcanza para cubrir media canasta”.

“Casi 5 millones de jubilados entre unos y otros están por debajo de la cobertura de sus necesidades básicas en general”, remató el funcionario público, que es abogado especializado en derecho presivional.

Aumentos del 270% promedio

La Universidad Nacional de Avellaneda (Undav) registró en su último informe que el aumento promedio de los medicamentes fue de 270% en los últimos tres años, cifra que representa un alza de más de 60 puntos porcentuales de diferencia respecto del avance que registró la inflación.

Al mismo tiempo, investigadores de la institución educativa comprobaron incrementos muchos más grandes en algunos fármacos en particular. Por ejemplo, las subas fueron del 556% en remedios para las tiroides; del 450% en los ansiolíticos; del 437% en analgésicos antiespasmódicos; y en broncodilatadores un 430%.

El Defensor de la Tercera Edad explicó que “aún en los casos de los jubilados y pensionados que tengan el descuento del medicamento al 100%, igual la incidencia de otro tipo de elementos hace que la canasta llegue al valor de 30.500 pesos”.

Citó como ejemplos el gasto que implica “un elemento de adhesión para las llamadas ‘dentaduras postizas’, de entre 5 y 10 pesos por día, y también insumos tales como los protectores para incontinencias urinarias no patológicas, que requiere una erogación diaria de 50 pesos”, puntualizó Semino.