La Conferencia Episcopal Argentina (CEA), presidida por Monseñor Oscar Ojea, obispo de San Isidro, emitió un nuevo comunicado en el que expresan la preocupación de la Iglesia por el avance de una discusión parlamentaria y social en relación al aborto.

En el marco de la reunión de la Comision permanente del episcopado integrada por 22 obispos con distribución regional y el titular de Caritas,  se respaldó la declaración de la comision ejecutiva que sostiene en relación al debate por la despenalización del aborto, si resulta ético y humano “optar por una vida y eliminar a otra”

Para la iglesia, “la eliminación de la vida humana del que no se puede defender instaura el principio de que los más débiles pueden ser eliminados; acepta que unos pueden decidir la muerte de otros”, y en ese contexto solicita una “acción prioritaria hacia la educación sexual integral de la ciudadanía”, un “reconocimiento a la dignidad de la vida humana desde el comienzo de su concepción”, y un acompañamiento desde lo social, a “las situaciones de conflicto”.

Los obispos plantearon la necesidad de que se presente un debate “sincero y profundo, sin descalificaciones, violencia o agresión”. Además se propusieron encarar el debate sobre esta cuestión, integrando las áreas de comunicación, pastoral e incluyendo el diálogo con los legisladores.

La CEA también informó que adhiere a toda y cada una de las partes del documento difundido por el Consejo Directivo Nacional de la Alianza Cristiana de las Iglesias Evangélicas (Aciera), en el que se pronunciaron en defensa del "derecho a la vida, como derecho fundamental y superior a todos los demás, posicionándose a favor de la vida de la madre y del niño por nacer".

Desde la Casa Rosada expresaron su agrado a la aceptación de las autoridades religiosas a formar parte de un debate en el marco del respeto y la tolerancia en relación al aborto, en lo que parece ser uno de los pocos puntos en común que el presidente Mauricio  Macri posee con la Iglesia.

Sin embargo, desde el episcopado, también realizaron críticas en relación a la escasa ayuda que el gobierno argentino está brindando a los afectados por las inundaciones en el NOA que según explicaron, llegan a más de 16 mil familias que perdieron todo. Además hubo críticas a raíz de la ausencia de información oficial sobre la magnitud de lo ocurrido.

Las máximas autoridades religiosas del país, también se manifestaron sobre la cada vez más delicada situación social que atraviesa el país producto, en gran medida por el número de despidos, y por los problemas económicos que enfrentan las distintas regiones.

El creciente nombramiento de “obispos villeros” por parte del papa Francisco, empieza a incomodar al gobierno de Cambiemos, dado que es ese el sector de la iglesia más crítico de la gestión del gobierno nacional.

Luego de la designación de Gustavo Carrara (cura villero) como obispo auxiliar de Buenos Aires, llegó en la última semana el nombramiento de Jorge García Cuerva, en Lomas de Zamora, un cura muy cercano a la realidad social del conurbano, las cárceles y los padecimientos de los sectores más vulnerables de la sociedad.

Los cambios en el funcionariado eclesiástico, van colocando a los curas más populares en los más altos cargos jerárquicos y posicionando a la iglesia en un rol mucho más crítico del gobierno de Mauricio Macri. Si bien en la temática del aborto, existe una especie de conexión, no trasciende más allá que de los propios límites que el tema propone.