Además de finalizar la semana, hoy termina la primera visita de la delegación del Fondo Monetario Internacional (FMI) que vino al país para encarar las negociaciones por los 45.800 millones de dólares que esa institución le entregó al gobierno de Mauricio Macri y que ahora debe pagar la Argentina. 

En este primer “tanteo” entre el gobierno nacional y el organismo financiero fueron varias las palabras y gestos de buena predisposición entre las partes, pero el proceso recién empieza y no tiene fecha para concluir. Los enviados del Fondo, cuya misión se define oficialmente como “técnica”, llegaron el martes y en principio iban a concluir su tarea el viernes, pero decidieron quedarse dos días más y recién hoy partirán de regreso a Washington.

Las autoridades locales, tanto en las reuniones con los funcionarios extranjeros como en declaraciones públicas, reafirmaron los principios y criterios con que encaran las complicadas tratativas. Así puede interpretarse, por ejemplo, lo que dijo Alberto Fernández el viernes, en un acto de entrega de viviendas del Plan Procrear, donde no nombró al FMI pero sí al ministro de Economía, Martín Guzmán, y lanzó conceptos genéricos pero elocuentes.

Allí destacó que su gobierno "no representa a los acreedores" sino a los ciudadanos, y que tuvo "suerte" de encontrarse con alguien como Guzmán porque ambos "pensaban exactamente igual" sobre el rumbo económico. Apuntó que los dos coincidían en que "se puede renegociar cualquier cosa que no signifique postergar a los argentinos", dijo el presidente de la Nación. 

Cuando el martes llegaron al país los enviados del Fondo Monetario, la directora ejecutiva de la institución, Kristalina Georgieva, lanzó a la distancia en declaraciones televisivas (ya que ella no integró el grupo que viajó a nuestro país) sus propias señales públicas sobre la negociación. “Venimos a la Argentina ante todo para escuchar a las autoridades, para escuchar al pueblo argentino”.

Y lo más importante, al menos como expresión retórica: “Hemos tenido muy claro en esta crisis que es importante brindar apoyo a las empresas y, lo que es más importante, a los trabajadores. Así que no venimos con la idea de ‘bueno, veamos cómo podemos ajustar aún más el gasto en estos tiempos’", aseguró Georgieva. 

La delegación de la institución financiera estuvo encabezada por Julie Kozack, directora adjunta del departamento del Hemisferio Occidental del Fondo; y Luis Cubeddu, jefe de misión para Argentina. A ellos se sumó Trevor Alleyne, representante permanente del FMI en nuestro país. Los más altos funcionarios locales que participaron de las conversaciones fueron el ministro Martín Guzmán y el presidente del Banco Central, Miguel Pesce.

En uno de los encuentros, encabezado por Guzmán en la sede del ministerio de Economía, se abordaron temas de la política energética. Estuvo presente Darío Martínez, el dirigente peronista neuquino y ex diputado nacional que hace poco asumió como secretario de Energía de la Nación.

Además de conversaciones con miembros del gobierno, los enviados del FMI se reunieron con representantes del ámbito empresarial y gremial. Entre las representaciones sectoriales que hablaron con los visitantes estuvieron la CGT (Confederación General del Trabajo), la Unión Industrial Argentina (UIA), Cámara de la Industria Aceitera de la República Argentina (Ciara) y el Consejo Agroindustrial Argentino (CAA).

De lo que se conoció tras sucesivas reuniones, según evaluaciones de la agencia de noticias Télam, se desprende el interés del Fondo por analizar cuáles serían las condiciones más adecuadas para impulsar el desarrollo productivo, las exportaciones y la generación de empleo, a fin de hacer una economía más sustentable que pueda afrontar los pagos de la deuda contraída por el macrismo.

Algunas impresiones y “No al ajuste”

Algunos interlocutores de los visitantes hicieron trascender impresiones entusiastas que los hechos confirmarán o desecharán en el futuro. Es el caso de un “alto dirigente de la CGT”, citado por el diario Página 12, quien dijo que “este un FMI distinto al de los ’90, al de los 2000 y al de Macri”.

Otra apreciación optimista la hizo al mismo medio un empresario de la industria, quien aludió a la visión actual de los representantes del organismo monetario por haberle otorgado a Macri el préstamo más grande jamás concedido a gobierno alguno del mundo en toda la historia del Fondo. Según publicó el diario, el “dirigente industrial” contó que “se hacen cargo de la aberración, y admiten que (ese préstamo) no era sustentable socialmente”.

Por otra parte, el ministro de Desarrollo Social de la Nación, Daniel Arroyo, aseguró que en el país “no hay lugar para el ajuste ni para la devaluación”. El funcionario no tiene la responsabilidad principal de las negociaciones con el FMI pero participó en reuniones con la delegación de esa institución financiera.

Desde la dirigencia gremial más tradicional, el cosecretario de la CGT, Héctor Daer, aseguró que en la reunión con los enviados del Fondo “no hablamos de salario", y que la central sindical planteó que "no haya reforma laboral, despidos de empleados públicos y pérdidas de derechos porque el país no tiene margen para más ajustes". 

La primera fase pública de “tanteo” entre Argentina y la misión técnica del FMI concluye hoy. A partir de ahora el gobierno espera poder iniciar el proceso de negociación con los niveles de decisión más altos dentro del organismo monetario internacional.

El propósito oficial es alcanzar un nuevo programa de financiamiento que permita postergar al menos hasta 2024 los primeros pagos por los 45.800 millones entregados a Macri. Como parte de un proceso que se avizora largo y complejo el Fondo enviaría otra misión en noviembre, en una fecha todavía sin definir.