Florencia Gutiérrez, economista del Centro de Economía Política Argentina (CEPA) sostuvo que el proyecto de presupuesto es “realista”, que calcula una “proyección de crecimiento económico” y busca “estabilizar la macroeconomía” para luego “avanzar con la recuperación”; a través de transferir recursos “a los bolsillos de la gente” e “incentivar el mercado interno”.

“Tiene como eje central dos principios, que son los que remarcan siempre desde el gobierno nacional, por un lado tratar de estabilizar la macroeconomía y en base a eso avanzar con la recuperación macroeconómica”, indicó Gutiérrez en diálogo con .

Y aclaró que plantea una “política fiscal expansiva, que es la transferencia de recursos a los bolsillos de la gente, e incentiva el mercado interno en base al crecimiento de la producción y el crecimiento de las exportaciones, que es el otro eje central, junto a un Estado con un rol central puesto en los sectores más vulnerables”.

La economista de CEPA opinó que el presupuesto “es bastante realista, prudente acerca de cómo va a evolucionar de acá en adelante la economía” y dijo que plantea “un rebote de la actividad económica”, ya que calculan que “el producto bruto interno este año va a terminar con una caída del 12% y se espera una recuperación para el 2021 del 5,5%”.

“Significa que este año vas a caer mucho, porque estés en un contexto de pandemia mundial y por lo tanto el año que viene no te vas a recuperar al mismo nivel que caíste, pero te vas a levantar un 5%, lo que se llama una recuperación de rebote”, aclaró, y remarcó que “se espera un aumento en la actividad económica que se proyecta para los años siguientes; se ve una proyección de crecimiento económico a través de agregar dinámica mediante la producción, la obra pública, la infraestructura”.

El ministro de Economía Martín Guzmán presenta hoy ante Diputados el proyecto de Presupuesto 2021, que incluye los principales ejes económicos que proyecta el gobierno y entre los que contempla un crecimiento del PBI del 5,5%, una inflación de 29%, un tipo de cambio oficial en 101,6 pesos por dólar y un déficit fiscal de 4,5%.

Sobre el déficit primario, “que es lo que recauda el Estado versus lo que gasta”, Gutiérrez aclaró que “este año va a terminar en torno al 9%”, y como el ministro busca “equilibrar ese déficit fiscal” tiene dos maneras: “aplicar una política donde reducís el gasto público como hizo el gobierno anterior con menos inversión, o aumentás la recaudación”.

“A lo que apunta es a recuperar la recaudación por parte del Estado y acá va a tener un rol importante la reforma tributaria que va a permitir mejorar la distribución del ingreso, empezar a pensar que aquellos sectores tienen mayor poder adquisitivo aporten más; y si bien no está dentro del proyecto de presupuesto va a tener un rol fundamental para este número del déficit, donde se espera recaudar más y no reducir el gasto público que va a ser importante teniendo en cuenta la pandemia”, explicó la economista de CEPA.

En cuanto a la inflación, Gutierrez explicó que “se observa una desaceleración importante” y consideró que “si bien una inflación del 29% es alta en comparación con otros países, tenemos que tener en cuenta que terminamos el 2019 con un 53,8% de inflación” y en virtud de que “este año va a estar cercana al 33%, y continúa en descenso, es importante destacar” esta merma “porque venimos con una inercia inflacionaria bastante alta”.

Al analizar la dinámica del dólar estimada en el Presupuesto, por la cual este año el tipo de cambio oficial va a terminar en 88 pesos y el año que viene en 102, la economista describió que “el tipo de cambio va a seguir a la inflación y esto te garantiza que vas a tener un tipo de cambio competitivo; sobre todo ahora que está en debate si hay un atraso cambiario: no lo hay y se espera que este competitivo para que se pueda exportar”.

Balanza comercial, deuda e inversión social

Otro de los ítems que analizó Gutiérrez tiene que ver con que el presupuesto estima “una balanza comercial positiva”, como la que existe hoy, que es de “casi 15 mil millones de dólares”, pero que se da porque “cayeron mucho las importaciones y se está exportando, no a los niveles previos a la pandemia, pero más de lo que se importa”.

“Tenés una industria que no estaba funcionando a tope, los insumos que necesita el país y que se importan fueron menores, con el foco en el desarrollo en la producción y de la industria, la cantidad de insumos y las maquinarias se va a incrementar”, explicó y agregó que “el gobierno espera que  las exportaciones terminen el año en 60 mil millones de dólares y lo que necesitaría exportar para equilibrar las reservas del Central estaría en torno a los 90 mil millones”. 

Por el lado de la deuda, la economista sostuvo que “de acá al 2024 el gobierno logró despejar deuda que tenía que pagar en cuanto a intereses y eso te permite dirigir las prioridades a algo más estratégico, a lo que en el presupuesto llaman pilares, lo que tiene que ver con la infraestructura productiva y social”.

“El presupuesto dice que la infraestructura va ser un motor de la economía y de la generación de empleo, y acá va a tener un rol importante lo que tiene que ver con la construcción y la obra pública; se espera una fuerte inversión, del orden del 2.2% del PBI”, aclaró.

Y planteó que “se espera una mayor inversión en salud pública, sobre todo ahora que la pandemia puso como visible la necesidad de contar con un sistema de salud federal”, además de que se va a fortalecer la educación y la conectividad, ya que “se va a destinar casi 6% del PBI a la educación”. 

“La inclusión social es otro pilar del presupuesto, se van a realizar transferencias a los sectores más vulnerables, pero también habla de ir transformando esos planes sociales en empleo productivo, y eso ya se está viendo; incluso pasó con el ATP que se reconvirtió en crédito y el IFE también se planea que pase a ser alguna contraprestación de empleo”, definió.

Un aspecto que Gutiérrez planteó como “algo que es central”, e inédito en este presupuesto, es que “es la primera vez que va tener una perspectiva de género” que implica entender “que hay una brecha de desigualdad entre géneros, que se intenta saldar con el presupuesto y va a destinar casi 6.200 millones de dólares hacia diferentes áreas para trabajar la integración y la diversidad”.