Claudio Lozano, uno de los directores del Banco Nación que investiga “el proceso de vaciamiento y saqueo” de Vicentin, indicó que “desde 2014” la empresa puso en marcha “un proceso de desdoblamiento” para trasladar “la cabeza del grupo a Uruguay”, lo que le permite vender activos como el frigorífico Friar, y que el fruto de esas operaciones, en lugar “de ir a parar a pagar las deudas que tiene en el concurso, le permite sacárselos y llevárselos”.

“En la práctica si uno suma lo que se vendió de Renova, más lo que acaba de vender de Friar, más las exportaciones que están realizando a través de terceras empresas, hay como 800 millones de dólares que se han sacado por fuera del concurso ante una justicia que parece estar ciega, porque en la práctica los propietarios de Vicentin Family Group, del holding uruguayo, son los mismos propietarios de Vicentin Argentina”, resumió el economista en diálogo con .

Tanto el Banco Nación, al que Vicentin le adeuda más de 300 millones de dólares, como la AFIP, que reclama 9.500 millones de pesos, realizaron la semana pasada presentaciones ante el juzgado comercial de Reconquista ante el juez Fabián Lorenzini, que lleva adelante el concurso de la empresa, “para que esto no se permita”, y de acuerdo a lo que confirmó Lozano esta semana se presentarán también en la justicia penal.

“Nos estaremos presentando esta semana en el juzgado penal donde actúa el juez Ercolini para que el juez revea la actitud que tomó en su momento, que era no obligar a que el grupo empresario no pueda hacer ningún tipo de modificación en su composición accionaria”, indicó el ex diputado nacional.

Y aclaró que “esto lo hizo el juez porque creía que al estar en concurso, esto estaba controlado pero está claro que no, porque el concurso es llevado adelante por un juez en la ciudad de Reconquista, Fabián Lorenzini, que tiene una actitud favorable y de apañar las irregularidades de Vicentin, y no ha hecho absolutamente nada ante esto”.

Lozano sostuvo que “el Banco Nación presentó el cuestionamiento dentro del concurso y de hecho ya se está hablando de que hay otras empresas que podrían ser vendidas también, como es el caso de Buyanor; y en muchas situaciones se da la misma cuestión: son empresas que en este momento están controladas por la cabeza uruguaya del grupo Vicentin y no por Vicentin argentina”.

El economista destacó que ese es el motivo por el cual estas ventas “pueden justificarse formalmente”, aunque “la lógica es que tanto el juzgado comercial como la justicia penal pongan la lupa sobre lo que claramente es una maniobra de fraude”.

La AFIP presentó el viernes un reclamo en el juzgado comercial de Reconquista donde expresaron que “las alertas deben intensificarse en casos como el presente, donde la hipótesis defraudatoria y las maniobras de vaciamientos se encuentran especialmente presentes”, y solicitaron la nulidad de la venta de Friar

La operación con Vicentin Uruguay

Lozano describió que “en la práctica, Vicentin, desde el año 2014, puso en marcha un proceso de desdoblamiento del grupo empresario que implicó trasladar la cabeza del grupo de la Argentina a Uruguay”, ya que la empresa “controlante de las distintas empresas de Vicentin” era la que estaba radicada en Argentina.

A partir de ese proceso, “se instala otra empresa holding que es Vicentin Family Group en Uruguay, acompañada de Vicentin Family Inversiones, Agroalimentaria Latam y Nacadíe; y esas empresas van tomando control sobre el conjunto de las unidades económicas de Vicentin, mientras el que pierde patrimonio es Vicentin Argentina”, que es la firma “concursada” y la “que acumula las deudas”.

En cuanto a la venta del frigorífico Friar, Lozano explicó que “en un 50% pertenece a Vicentin Family Group y en un 49% a Nacadíe”, y solo un 0.4% “tiene Vicentin Argentina”; por lo que “los 200 millones de dólares” de la operación, en lugar “de ir a parar a pagar las deudas que tiene en el concurso; le permite sacárselos y llevárselos”.

Este mismo procedimiento se realizó “48 horas antes de la cesación de pagos con la venta del paquete accionario de Renova, que implicó unos 122 millones de dólares” y con las exportaciones que sigue realizando Vicentin “a través de terceras empresas por valores superiores a los 300 millones de dólares este año”.

“Estamos ante una maniobra absolutamente fraudulenta que cualquier juzgado comercial razonable se preocuparía en investigar y no permitir que esto siga pasando del modo en que está ocurriendo”, concluyó Lozano.