Argentina
06/09/2020

Federico Fagioli

“Las tomas son por necesidad y por un derecho no garantizado"

“Las tomas son por necesidad y por un derecho no garantizado" | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

El diputado nacional del Frente de Todos, que vive en un barrio que surgió de una toma, sostuvo que cuando el Estado no garantiza derechos, “surgen las iniciativas de las familias para resolver sus propios problemas”. Indicó que con el gobierno de Mauricio Macri “se agudizó el problema habitacional”.

Diego Colao

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Federico Fagioli, diputado nacional por el Frente de Todos, planteó que el tema de la toma de tierras “hay que encararlas desde el problema de raíz”, que “es la falta de acceso a la vivienda, el déficit habitacional que hay en la Argentina y la falta de políticas de parte del Estado para resolver ese derecho que no está garantizado en la sociedad; que es el derecho al acceso a una vivienda digna”.

El diputado, quien vive en Pueblo Unido, un barrio popular de la provincia de Buenos Aires que surgió de una toma de tierras, aclaró que las ocupaciones las realizan “vecinos que tienen una necesidad y no tienen un derecho garantizado”, y remarcó que “nadie toma una tierra y se va con su familia a una casilla por convicción”; sino que “cuando no están garantizados los derechos que el Estado debe garantizar, surgen las iniciativas de las familias para resolver sus propios problemas”.

Fagioli confirmó en este diálogo con Va Con Firma que de acuerdo a la información del Registro Nacional de Barrios Populares (Renabap) hay más de 4.400 barrios populares y son más de 5 millones y medio de personas “que viven en situación de precariedad absoluta”.

El referente del MP La Dignidad e integrante de Patria Grande, partido político que lidera Juan Grabois, manifestó que “desde el bloque de diputados” lograron “poner el impuesto PAIS” y una parte de ese impuesto “va a un fideicomiso del Renabap para poder llevar adelante obras de infraestructura y la creación de lotes con servicios”; aunque advirtió que “hasta el día de hoy no se pudo ejecutar nada de ese fideicomiso”.

-¿Cómo analiza lo que está ocurriendo con la toma de tierras?

-Tengo diferencias con algunas de las cosas que se plantearon porque creo que a las tomas de tierras hay que encararlas desde el problema de raíz, no desde lo que termina surgiendo. Lo que termina desembocando en una toma de tierras es la falta de acceso a la vivienda, el déficit habitacional que hay en la Argentina y la falta de políticas de parte del Estado para resolver ese derecho que no está garantizado en la sociedad; que es el derecho al acceso a una vivienda digna. Algunos se preocupan por lo que está sucediendo hoy y plantean una solución que atenta contra la resolución del conflicto de raíz, que es la creación de políticas que resuelvan el problema habitacional. Porque si vos planteás que la toma es un tema de seguridad y se resuelve con desalojo y represión, no estás planteando una política que resuelva el problema y lo estás pateando para adelante. Creemos que es al revés, que hay que resolver el problema de raíz y para eso tenemos que discutir la creación de lotes con servicios, la integración socio urbana de los más de 4.400 barrios populares y garantizar la vivienda como un derecho. Obviamente no regalando la tierra sino generando las condiciones para que las familias, según su capacidad, puedan pagar una cuota para devolverle la inversión que hace el Estado. Pero es sumamente importante entender el problema de la toma de tierra como un problema de crisis habitacional que hay en la Argentina, que es un problema histórico, y que si avanzamos con los lotes con servicios resolveríamos el tema de la toma de tierras del que tanto hoy estamos hablando.

-¿El Estado no tiene una política clara en este sentido?

-La crisis habitacional viene de larga data, con el gobierno de Macri se agudizó el problema habitacional, y el hacinamiento, y la falta de inversión en los barrios populares agudiza esta situación. Nosotros logramos el censo y el registro durante esos cuatro años, el Renabap, que nos dieron números muy duros. Yo vivo en un barrio popular y hoy los barrios populares son más de 4.400, son más de 5 millones y medio de personas que viven en situación de precariedad absoluta. Logramos las organizaciones y por unanimidad de todos los bloques políticos sacar en el 2018 una ley para respaldar el proceso de integración socio urbana pero el macrismo decidió no implementarla y no dedicarle presupuesto. Hoy con este gobierno, con políticas desde el bloque de diputados que impulsó Máximo Kirchner, a principios de año logramos poner el impuesto PAIS, y parte de ese impuesto va a un fideicomiso del Renabap para poder llevar adelante obras de infraestructura y la creación de lotes con servicios, entre otras políticas. Y ahora con el aporte extraordinario de las grandes fortunas se fijó un 15% de esa recaudación para obras de infraestructura. El problema es que hasta el día de hoy no se pudo ejecutar nada de ese fideicomiso que se recaudó a través del impuesto PAIS. Desde la secretaría de integración socio urbana, Fernanda Miño, una vecina de un barrio popular, viene empujando para que se implemente rápidamente una política habitacional, entre ellas la urbanización de los barrios populares y la creación de lotes con servicios, y no sé por qué motivo desde los altos mandos del ministerio no se está ejecutando.

-¿Cómo fue su experiencia de vivir en una toma? Porque hay mucha demonización por parte de los medios de comunicación.

-Las tomas de tierras están creadas por vecinos que tienen una necesidad y no tienen un derecho garantizado. Nadie toma una tierra y se va con su familia a una casilla o a una carpita con nylon en el medio del invierno a pasar frío y hambre. Nadie lo hace por convicción, se hace por necesidad y porque no está garantizado un derecho, y cuando no están garantizados los derechos que el Estado debe garantizar surgen las iniciativas de las familias para resolver sus propios problemas. La demonización de los vecinos que ocupan tierras es un problema. Tenemos dos cosas a discutir, primero el negocio inmobiliario que empuja a la gente a esta necesidad, porque este negocio no permite que un trabajador, incluso un trabajador de la economía popular que gana muy poco pueda acceder a una tierra; porque salen fortunas, porque la especulación inmobiliaria es terrible. Y por otro lado yo no escucho a nadie que esté estigmatizando las tomas de tierra de élite, lo que hace Joe Lewis en el interior del país donde usurpa lagos; nadie llama a Joe y le dice que lo que hizo es ilegal. O los grandes desmontes y la quema de tierras que después se quedan un grupo reducido. O lo que pasó en mi barrio que eran tierras que no tienen dueño, eran terrenos abandonados, un terreno baldío, donde había hechos delictivos y los vecinos de alrededor decidieron recuperar esas tierras para que no sigan sucediendo esas cosas. Y los que nos hacen la denuncia a nosotros, que por suerte la justicia actuó bien y desde el 2014 hasta ahora no les reconoció ningún pedido de desalojo porque no pueden acreditar que son dueños, nos enteramos que quisieron hacer la avivada de ir pagando los impuestos sobre esa tierra abandonada para después de 20 años quedarse con las tierras. La especulación inmobiliaria no solo fija precios desorbitantes sino que se aprovecha de la tierra para poder hacer negocios.

-¿El aporte extraordinario a las grandes fortunas pone en juego esta discusión?

-El aporte es sumamente importante, es una medida para plantearla desde un lugar de solidaridad, porque es hora de que aquellos que se han enriquecido durante todos estos años mientras la Argentina se sumergía en esta crisis general, social, económica, sanitaria y habitacional, aporten para ayudar a poner a Argentina de pie. Y es una primera medida que plantea un carácter redistributivo y busca empezar a equilibrar ese desequilibrio que se generó durante todos estos años. Es muy importante eso, no es una reforma tributaria, y es muy importante que en algún momento podamos discutir una reforma tributaria en donde el que más gana y el que más tiene ponga más y el que menos gana, ponga menos. El macrismo cuando saca las retenciones al campo por ejemplo, le disminuye el impuesto a los que más concentran riqueza y aumenta lo que pagan los trabajadores. Hoy en día el que menos gana pone más que el que más gana. Eso hay que cambiarlo en algún momento.

-¿Cómo vio el papel de la oposición en Diputados?

-Creo que la oposición después del otro día dejó en claro el grado de irresponsabilidad que tienen. Me lo esperaba porque fueron un gobierno irresponsable, con un carácter antidemocrático muy importante, porque han tomado decisiones que endeudan a la Argentina por 100 años, la deuda con el Fondo Monetario Internacional, que todavía ni siquiera pudimos resolver, y decidieron endeudarnos sin discutirlo con nadie, por decreto. El Congreso durante la época del macrismo no funcionó prácticamente. En lo que va del año el Congreso ya funcionó más que en los años macristas, entonces me parece que hay por un lado una irresponsabilidad importante de la oposición y por el otro están mostrando la hilacha de a qué sectores defienden y a qué sectores acompañan, porque se oponen a todos los proyectos que vienen a plantear que en la Argentina hay desigualdad y que tenemos que cambiar algunas cosas para que se pueda generar un equilibrio, Y entonces defienden a esos grupos concentrados que lo único que hacen es hacerle mal a la Argentina. Todo lo que pasó el otro día fue lamentable pero nosotros estamos decididos a tener una democracia firme, que funcione, una democracia donde se discuta, donde el Congreso sea un lugar de consenso, de construcción de políticas para trabajar de verdad todos juntos para activar la producción, para resolver estos problemas de la urbanización y la crisis habitacional que hay; y vamos a trabajar para que el Congreso sea parte de esa democracia.

29/07/2016

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