Daniel Menéndez, subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo Local del ministerio de Desarrollo Social de la Nación, consideró que  “más que nunca es necesaria la acción del Estado”, y sostuvo que cuando vuelva un “esquema de nueva normalidad” van a quedar “dos o tres millones de compatriotas a los que hay que asistir”, por lo que está en discusión cuál es la mejor herramienta, si “el ingreso ciudadano, el ingreso universal, o la renta básica”.

“Hoy ante el desorden que genera la destrucción de unidades productivas, por la recesión y la caída de la actividad, más que nunca es necesaria la acción del Estado”, definió Menéndez en diálogo con y aclaró que una de las tareas “tiene que ver con el ingreso de los trabajadores que quedaron por fuera, y el fortalecimiento de la idea productiva”.

Para el referente nacional de Barrios de Pie, “uno de los desafíos que tiene este gobierno es reparar las heridas que dejó el macrismo sobre el tejido social”, hecho que quedó evidenciado con el Ingreso Familiar de Emergencia (IFE) que mostró que hay “cerca de 10 millones de argentinos que son parte de esquemas productivos enmarcados en la informalidad”.

El ministro de Desarrollo Social, Daniel Arroyo, confirmó esta semana que el gobierno va a avanzar con la implementación de una renta básica universal, en el marco de un plan “que será por etapas y atenderá en primera instancia a quienes no tienen trabajo”.

La idea que planteó es garantizar un ingreso de base, y sumarlo a planes para generar empleo, como el Potenciar Trabajo, y con la urbanización de 4.000 barrios populares.

Menéndez aclaró que “cuando vuelva un esquema de nueva normalidad tenemos que ver cuál es ese universo al que hay que atender con cierta continuidad, ya no dentro de un esquema de IFE, que es un aporte provisional a partir de la pandemia, sino dentro de un esquema que tiene que ver con los distintas propuestas que están en discusión: el ingreso ciudadano, el ingreso universal y la renta básica”.

Menéndez explicó que “está la decisión” del gobierno de “atender la realidad” de los “dos o tres millones, de una buena cantidad de millones de compatriotas a los que hay que asistir”; y remarcó que lo que se da es la discusión “respecto de cuáles son las herramientas y los instrumentos para atenderlos, sobre la base de que hay una tarea intransferible del Estado; que es el actor que tiene” que hacerlo.

“La propuesta de nuestro movimiento tiene que ver con la organización popular, porque hay mucha gente que amén de la transferencia de un ingreso tiene que construirse respuestas productivas y eso se da desde la organización popular”, definió el referente de Barrios de Pie.

Y destacó que se deben “fortalecer las unidades productivas que son parte de la economía popular y de esa manera integrar y mejorar la competitividad, la productividad y el alcance de mercado que tienen los productos” de esa economía, para de esa manera “ir incorporando más trabajadores que están expulsados de sus espacios productivos”.

Y para acompañar esa producción es necesario “un ingreso sostenido por el Estado”, que debe ser realizado con la “mayor escala posible”, de forma de poder “atender al conjunto de la sociedad que hoy va a quedar marginada producto de los cuatro años de macrismo y del impacto que tiene la economía con la pandemia”.

Menéndez consideró “hay consenso” para llevar adelante estas políticas y que “hay que hacer una tarea pedagógica muy importante, respecto de la comunicación y discutir de cara a la sociedad, sobretodo del rol del Estado como impulsor del trabajo, porque si el Estado no impulsa el trabajo mucha gente va a quedar afuera”.

Renatep

El gobierno lanzó durante la pandemia Registro Nacional de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (Renatep) que busca formalizar y garantizar los derechos de los mismos y les permite acceder a programas de trabajo, seguridad social y capacitación; además de participar de redes de comercialización y tener acceso a herramientas crediticias y de inclusión financiera.

Menéndez sostuvo que “es una herramienta que permite que no nos sorprendamos como nos pasó con el IFE” ya que hicieron “una previsión de 2 o 3 millones de compatriotas que había que asistir y resulta que se inscribieron 10 millones”.

Consideró que eso no “puede volver a pasar” y a partir de estas herramientas el gobierno debe tener “un estado muy claro de la estructura social argentina, de lo que implicaron esos cuatro años, pero también lo que implicó más de una década de consolidación de un mercado de trabajo que no contempla a todos”.

“El Estado tiene que tener mucha claridad para poder ser eficiente en las políticas públicas”, definió Menéndez.