Raúl Timerman, director general de la consultora Comunicaciones Sudamericanas sostuvo que “fue altamente positivo” el discurso del presidente Alberto Fernández en el acto del 9 de julio donde “llamó a deponer las armas” aunque indicó que “luego es difícil alinearse” con ese discurso.

Para el analista político, hay sectores que les sirve acentuar la grieta “porque a un núcleo duro de la oposición el principal argumento que los mantiene unidos es básicamente el odio a Cristina”.

Timerman consideró en este diálogo con que “en la democracia existe una conversación, no una pelea” y remarcó que “nos cuesta muchísimo la vida en democracia” y aceptar “que estamos en un Estado de Derecho, que vamos a cumplir 40 años de la vuelta de la democracia”.

“Estamos pasando por la peor crisis de la historia argentina, la doble crisis, sanitaria y económica, si no trabajamos un poco en armonía esto se va a convertir en un lodazal”, sostuvo el analista.

En cuanto a la salida de la cuarentena, Timerman consideró que “el 20 de julio estaremos viviendo una situación diferente a la que estamos viviendo hoy, y esto va a ir progresivamente en dirección hacia una liberalización y reconstrucción de la economía con todos los protocolos y va a haber que tener mucha responsabilidad social para evitar los rebrotes”. 

-¿Cómo analiza el discurso del presidente y la foto de quienes lo acompañaron el 9 de julio?

-El discurso del presidente estuvo alineado con quienes estaban sentados con el presidente, fue un discurso inclusivo, donde llamó un poco a deponer las armas y a ver si nos podemos juntar para la etapa de reconstrucción que viene. Tal es así que a algunos de los que estaban sentados alrededor de él, como el presidente de la Sociedad Rural Argentina, Daniel Pellegrina, le trajo problemas dentro de su sector, dentro de la Mesa de Enlace. Pero es significativo el hecho de que haya estado el empresariado, los trabajadores a través de los sindicatos, quizás faltaron los movimientos sociales; estuvieron todos los gobernadores con la ausencia de Rodríguez Saá, que puso al ministro de Educación. Y también es llamativo que no estuvo Cristina, o sea que le dejó a Alberto ocupar el lugar para el cual ella en su momento pensó para él, que es el de presidir el país. Y como se ganaron las elecciones, es como que ella da un paso al costado para que Alberto presida, a pesar del peso político indiscutible que tiene Cristina en ese sector. 

-¿Valora el discurso contra el odio?

-Lo veo altamente positivo al discurso. Después es muy difícil alinearse con el discurso. En principio si uno decide que lo que va a hacer es llamar a deponer las actitudes de odio, cuando existen odios como existen en este caso en una sociedad argentina dividida, donde existen odios a ambas orillas de la grieta, uno más que hablarle a los otros tiene que empezar hablándole a los de uno. Y en realidad los líderes a ambos lados de la grieta, si realmente están interesados en deponer las actitudes de odio, deben hacer un esfuerzo por trabajar con la propia gente. Acto seguido a esto, sale un tweet del vocero presidencial, Juan Pablo Biondi, donde lo trata de inútil y le pide silencio al ex presidente Macri por respeto a los argentinos que votaron hace un año. Pero el 41% de los argentinos lo votaron a Macri, es decir, tiene que hablar Macri, porque representa a un sector de la población. Aparte el odio siempre empieza por la descalificación del otro, pero esto es hasta del saber popular. Recuerdo que Alejandro Dolina en la revista Humor por el año ‘84, cuando recién recomenzaba la democracia en la Argentina, escribió un artículo sobre el arte de la discusión en el barrio de Flores, donde establece las reglas de la discusión. Y una de las reglas que no se puede utilizar es la descalificación del otro. No se puede decir “qué me viene a decir usted que es un borracho perdido”. Porque ya cuando le digo borracho perdido lo que dijo no tiene importancia porque lo descalifiqué. Se descalifica en lugar de debatir los argumentos. Y para bajar los decibeles del odio, lo primero que hay que hacer es no descalificar al otro. Lo peor que se puede hacer es descalificar al otro.

-¿Hay sectores de la oposición a los que les sirve la grieta o el odio?

-Seguramente sí, porque a un núcleo duro de la oposición el principal argumento que los mantiene unidos es básicamente el odio a Cristina. Cristina genera pasiones de amor y odio que no genera Mauricio Macri. En la relación Macri - Cristina, nadie ama a Macri; no despierta la pasión de amor que despierta Cristina y tampoco tanta gente lo odia. Debe haber gente que lo odia, hay sectores muy radicalizados del Frente de Todos, existen, han llamado a colgar a Macri en la Plaza de Mayo; cosas que son totalmente fuera de lugar de la conversación democrática. En la democracia existe una conversación, no una pelea. Uno dentro de la democracia genera conversación y puede discutir con un circunstancial antagonista. Pero ese circunstancial antagonista no es como en la guerra un enemigo que uno preferiría verlo muerto antes que el otro lo mate a uno. Nos cuesta muchísimo la vida en democracia. Y salieron aclarar que Juan Pablo Biondi hablaba a título personal. Pero si Alberto Fernández, presidente de la Nación, me dice “Raúl, me gustaría verte preso”, no puede aclarar después no te lo digo como presidente de la Nación, te lo dijo como hincha de Argentinos Juniors. Porque es el presidente de la Nación el que habla. Nos cuesta muchísimo aceptar que estamos en un Estado de Derecho, que vamos a cumplir 40 años de la vuelta de la democracia y que estamos pasando por la peor crisis de la historia argentina, la doble crisis, sanitaria y económica, si no trabajamos un poco en armonía esto se va a convertir en un lodazal.

-¿Cómo vio la discusión en los medios sobre la libertad de expresión, hay una exageración?

-Nosotros tenemos una muy mala justicia en un Estado de Derecho. Pero estamos viviendo en un Estado de Derecho. No vi ni por asomo un atentado a la libertad de prensa. Entonces la sobreexageración de incrementar el peligro inexistente, también es una actitud provocativa que no sirve a los fines de la construcción que hay que hacer. Y hay periodistas que han incrementado el peligro de un atentado a la libertad de prensa. En esa solicitada que fue el punto fundamental de la discusión, hubo dos periodistas que me llamó la atención que no la hayan firmado, dos plumas importantes de La Nación, que no están ideológicamente de acuerdo con el gobierno pero que han considerado que no deberían firmar eso, que son Carlos Pagni y Hugo Alconada Mon. Creo que tiene que ver con la posición que tienen respecto a cómo está la situación, o sea, que existe libertad de prensa y cada uno dice lo que quiere. Si no hubiera tanta libertad de prensa no utilizaríamos la expresión medios hegemónicos, porque qué significa, que son contrarios al gobierno, significa que hay libertad de prensa.

-¿Le parece que no hay más consenso para la cuarentena y el gobierno debe pasar a otra etapa? 

-Seguramente, se está a punto de llegar a un acuerdo con Blackrock, que es el fondo más rebelde de la negociación de la deuda externa y se está a punto de llegar a un acuerdo en este momento. Lo de la deuda se va a arreglar. Se tomó la cuarentena necesaria para tomar todas las medidas en el sistema de salud público para poder aceptar lo que se viene. Vamos a recorrer inevitablemente el camino que han recorrido países en Europa que han tomado las precauciones, no hablo de países como Brasil o Estados Unidos que han elegido otro camino. O sea que seguramente habrá una cantidad de gente fallecida importante y seguirá habiendo una cantidad de contagios, hasta que un porcentaje importante de la población se contagie, que no va a ser muy diferente del porcentaje de la población en los países centrales europeos, donde se comienza a liberalizar la cuarentena, en el sentido de mantener todas las medidas de cuidado y protección individual, como la distancia social, el barbijo; pero tratando de recuperar la actividad. Creo que el 20 de julio estaremos viviendo una situación diferente a la que estamos viviendo hoy, y esto va a ir progresivamente en dirección hacia una liberalización y reconstrucción de la economía con todos los protocolos y va a haber que tener mucha responsabilidad social para evitar los rebrotes. Casi todos los países han tenido rebrotes. Y después se van a echar culpa, de quien es la culpa, y la culpa va a ser del gobierno seguramente. Porque la gente no mira para atrás y seguramente no tendrán en cuenta todas las muertes que se evitaron con las precauciones que se tomaron.

-¿Qué opinión tiene de la marcha?

-Creo que derecho a la protesta tiene todo el mundo, si quieren protestar, me parece bárbaro. Que agredan a un periodista me parece una locura, a cualquier periodista. Porque ese es un atentado contra la libertad de prensa, sacaron una solicitada que firman 300 diciendo que la libertad de prensa está en peligro. Y luego atacan un móvil en una manifestación no dejando que haga su trabajo; ahí lo que están haciendo es cercenando la libertad de prensa. Me parece bien que la gente proteste, no nos olvidemos que la coalición el Frente de Todos sacó el 48% de los votos pero Juntos por el Cambio, sacó el 41%, y es una cantidad enorme de gente que no piensa como el gobierno. Tienen derecho a manifestarse, lo tienen que hacer pacíficamente y me gustaría que durante la cuarentena eviten hacerlo o salgan en coches, que eviten el contagio.