Ante uno de los jueces que trata de esclarecer redes de espionaje ilegal en la época del gobierno anterior, la actual vicepresidenta Cristina Kirchner denunció otra reunión en la Casa de Gobierno entre agentes de la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) involucrados en los delitos que se investigan, y el secretario general de la Presidencia durante el macrismo, Fernando de Andreis.

La presentación se realizó ante Federico Villena, titular del juzgado federal de Lomas de Zamora. La líder del kirchnerismo, que al igual que otras víctimas de espionaje es querellante en la causa, realizó el planteo judicial a través de un texto que entregó su abogado, Carlos Beraldi.

El viernes había informado al juez sobre una serie de reuniones entre agentes secretos implicados en la causa con la que fuera coordinadora de Documentación Presidencial de la Casa Rosada, Susana Martinengo, una persona de máxima confianza del entonces presidente Mauricio Macri y con despacho a pocos metros de distancia.

En el nuevo caso conocido ayer la gravedad de la denuncia es aún mayor porque involucra directamente a De Andreis, un miembro del gabinete nacional.

Los datos aportados por Cristina surgen de información que es pública y tiene carácter oficial: se trata de los ingresos de personas a las distintas áreas de la sede gubernamental. El registro respectivo es de acceso libre a través de la página web de la asociación Poder Ciudadano, según explicó el abogado Beraldi. 

“Respetuosamente solicito que se arbitren todas las diligencias que resulten necesarias para constatar la información proporcionada" y "disponer las medidas correspondientes", pidió el patrocinante legal de Cristina ante el juez Villena.

En los registros oficiales constan una reunión realizada el 21 de enero de 2016 entre las 10.21 y las 13.04 en la sede de la Secretaría General de Presidencia de la Nación, cuyo titular era De Andreis. Participaron Javier Bustos y Jonatan Nievas, quienes según constancias judiciales "habrían prestado funciones en áreas de inteligencia".

"Asimismo, por la coincidencia horaria, en este encuentro también habría participado, entre otros, Rodrigo Simón", un integrante de la Policía Metropolitana (actual “Policía de la Ciudad” de Buenos Aires), se agregó en el escrito.

Anteriormente, en la información que la vicepresidenta Fernández de Kirchner presentó el viernes siempre en base al registro publicado por Poder Ciudadano, constan unas doce entre tres imputados en la trama de espionaje, Leandro Araque, Facundo Melo y Jorge Sáez, con la entonces funcionaria Martinengo, encargada del área de Documentación de Presidencia. 

De Andreis, parado al lado de Macri cuando era secretario general de la Presidencia.

Cristina es querellante en la causa porque fue una de las espiadas. También fue ultrajada la privacidad de una cantidad hasta ahora incierta de personas pero que incluye, ya comprobado, no solo a opositores al macrismo sino también a dirigentes de Cambiemos como el jefe de gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larrera, y la entonces gobernadora de Buenos Aires, María Eugenia Vidal. 

La lista incluye al obispo Jorge Lugones, de la diócesis de Lomas de Zamora, así como a periodistas, dirigentes sindicales y de organizaciones sociales, entre muchos otros ciudadanos. En el expediente judicial hay fotografías tomadas clandestinamente a las víctimas y a la vez intercambios de comunicaciones entre los acusados de haber espiado.

El juez Villena investiga a una banda dedicada a este tipo de accionar delictivo y conocida como “Super Mario Bros”. La integraban al menos 18 agentes de la AFI que reportaban al director de Operaciones Especiales, Alan Ruiz. Formaban ex policías porteños, ex miembros del Servicio Penitenciario Federal; abogados, barras bravas, policías bonaerenses y hasta narcotraficantes.

Gran parte de las pruebas colectadas surgen del celular del policía de la capital federal Leandro Araque, imputado en la causa. El juez comprobó que el acusado se comunicaba de forma habitual con la Casa Rosada.

Periodistas especializados en temas judiciales dijeron que los investigadores se sorprendieron porque "Araque hace años que no borra nada en su celular", una demostración del descontrol y de lo que en el mundo de los agentes secretos denominan "falta de profesionalismo".