Un informe de Unicef, el organismo de Naciones Unidas especializado en la niñez y la adolescencia más necesitada, estima que como resultado de los efectos económicos y sociales de la pandemia “la cantidad de niñas, niños y adolescentes pobres pasaría de 7 a 7,7 millones” en Argentina este año, lo cual implica el 58,6% de la población menor de edad. Si se trata de chicos “que residen en una villa”, el porcentaje alcanzaría al 91,7%”.

El documento remarca que la situación “afecta más” a los menores “que residen en hogares con jefatura femenina, principalmente monoparentales”, es decir dónde solo la madre está a cargo de su crianza. Además, “una de las incidencias más elevadas de la pobreza se produce cuando la vivienda donde residen los niños y niñas está situada en una villa (91,7%)”.

Aclara que “previo al inicio de la pandemia, el 53%” de la niñez y la adolescencia estaba “en situación de pobreza por ingresos”, y que “sobre esa base”, frente a la aparición del coronavirus “y la disposición del aislamiento social preventivo y obligatorio dispuesto para ralentizar la propagación del virus, el gobierno argentino implementó diversas medidas destinadas a mitigar los efectos socioeconómicos, especialmente sobre los sectores más vulnerables de la población”.

Unicef (en inglés, United Nations Children’s Fund, traducible como Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia), está realizando estudios sobre las consecuencias del coronavirus en los distintos países del mundo. Dentro de ese contexto, acaba de difundir el trabajo titulado ““Efectos del Covid-19 sobre la pobreza infantil y la desigualdad en Argentina”.

El informe señala que “partiendo de un nivel inicial de pobreza en niñas, niños y adolescentes (2019) del 53%, hacia fines del 2020 la pobreza infantil podría situarse en un 58,6%. Por su parte, la pobreza extrema (indigencia) hacia final de 2020 sería del 16,3% habiendo partido del 14,1% en el segundo semestre de 2019”.

Explica que “en términos de volúmenes de población, implicaría lo siguiente: entre 2019 y 2020 la cantidad de niñas, niños y adolescentes pobres pasaría de 7 a 7,7 millones. En el caso de la pobreza extrema, significa un aumento de un poco más de 400.000 niñas, niños y adolescentes. Estos podrían denominarse pobres Covid, dado que surgirían como consecuencia de la recesión

pronosticada”.

“En un sentido estricto se trata de personas que en otra situación hubiesen podido salir de la pobreza y no lo logran por caída de los ingresos, los que, a su vez, podría estar provocada por problemas en el mercado de trabajo (empleo), o bien que entraron a la pobreza por motivos asociados a la cuarentena y a la reducción del nivel de actividad económica asociada”, puntualiza Unicef.

Argentina, pobreza infantil 2019 (observada), 2020 y 2021 (estimada) 

Hogares, desocupación e “inequidades de género”

En otra parte del estudio, se indica que “a partir del análisis realizado puede apreciarse claramente que la pobreza afecta más a niñas, niños y adolescentes que residen en hogares con jefatura femenina, principalmente monoparentales, lo que marca una primera inequidad en términos de género”.

Concretamente y en cifras, “en el caso de los hogares con jefatura femenina los niveles de pobreza alcanzarían a finales de 2020 al 67,5% de los hogares”.

Destaca que “además, la prevalencia de la pobreza es muy elevada en los hogares con un/a jefa/e desocupada/o (94,4%), trabajador/a no formal (83,9%), independiente no profesional (81,5%). Aquí también pueden observarse inequidades de género: los niveles de desocupación y la informalidad laboral es más marcada entre las mujeres que en los varones”.

El informe del organismo internacional remarca que “las trayectorias laborales de las mujeres muestran inserciones más precarias en el mercado laboral. La mayor carga que afrontan las mujeres en relación a las tareas de cuidado y del hogar inciden fuertemente en sus posibilidades de acceder a empleos formales a tiempo completo”.

Por otro lado, “la prevalencia de la pobreza es muy pareja entre regiones, excepto NOA (Nor-Oeste Argentino) y Sur que se alejan del resto sensiblemente, mientras que una de las incidencias más elevadas de la pobreza se produce cuando la vivienda donde residen los niños y niñas está situada en una villa (91,7%)”.

El estudio del Fondo de Naciones Unidas para la Infancia explica luego que “la incidencia de la pobreza también aumenta significativamente cuando las niñas, niños y adolescentes residen en hogares donde la persona adulta de referencia tiene hasta seis años de educación (92,9%), o es un migrante internacional (70,8%)”.

Además, “las diferenciales de pobreza infantil y en especial de pobreza infantil extrema (indigencia) son particularmente marcados al considerar atributos tales como la condición ocupacional de sus progenitores, la educación, y su condición de migración, entre otros”. (En el cuadro, la abreviatura “PR” alude a “persona de referencia” que están a cargo de los chicos o con quienes comparten el hogar).

Tasas de prevalencia de la pobreza y pobreza extrema observadas y estimadas, en niñas, niños y adolescentes. 

“Esfuerzos presupuestarios”

En el trabajo del organismo internacional se afirma que “en el marco del aislamiento social preventivo y obligatorio dispuesto para minimizar la transmisión del Covid-19, el gobierno argentino ha implementado un importante paquete de medidas orientadas a contener los efectos económicos del confinamiento en distintos sectores económicos de la sociedad”.

Precisa que “en este marco, los esfuerzos presupuestarios dirigidos a la protección de los ingresos y a la mitigación de los efectos de la pandemia sobre los sectores más vulnerables aumentaron significativamente, pasando de $514 a $650 mil millones de pesos y alcanzando un 2% del PIB estimado para 2020”.

“Esto se explica fundamentalmente por los aumentos en los créditos presupuestarios destinados a las políticas alimentarias ($38 mil millones), los bonos otorgados a perceptores de AUH (Asignación Universal por Hijo) y AUE (Asignación Universal por Embarazo) ($3.100 millones) y la implementación del Ingreso Familiar de Emergencia (IFE), con una asignación de $89.630 millones”.

“Más aún”, dice el documento: “Si se incluyen otros programas de apoyo laboral y/o productivo, como la Asistencia de Emergencia al Trabajo y a la Producción (ATP), programas de créditos subsidiados, entre otros, se estima que las respuestas diseñadas frente a la pandemia estarían llegando a 3 puntos del PBI”. 

Pero de inmediato agrega que “a pesar de esto, las estimaciones aquí presentadas indican que a fines de 2020 la pobreza infantil alcanzaría al 58,6% de las niñas, niños y adolescentes”. 

“Esto implica que aproximadamente 7,7 millones niñas y niños se encontrarán en situación de pobreza, de los cuales 2,1 millones (16,3%) se sumirán en una situación de pobreza extrema, es decir, vivirán en hogares cuyos ingresos no permitirán cubrir las necesidades mínimas de alimentación”, advierte el informe de Unicef.