Myriam Bregman, ex diputada nacional por el Frente de Izquierda señaló que “la manera en que se propaga” el coronavirus, y “la manera en que no se lo puede parar son muestras de lo más cruel del sistema capitalista”.

“Es el momento de cuestionar el capitalismo”, definió en diálogo con y remarcó que “se está viendo cómo se intenta salvar a las empresas y cómo los ocho más ricos de este mundo se transforman en más ricos aún”, mientras el sistema “no tiene nada que ofrecer a los millones que hoy viven en la miseria o que tienen recortados sus derechos”.

En cuanto a lo que sucede en Argentina, Bregman aseguró que no hay ninguna otra política “más allá de la emisión monetaria” y sostuvo que “no se ha tocado para nada a los grandes ganadores del modelo macrista; y si no se los toca a ellos no va a haber fondos en serio para enfrentar la pandemia”.

La actual legisladora de la ciudad de Buenos Aires indicó que Horacio Rodríguez Larreta está “blindado”, y por eso lo presentan “incluso como un modelo de gestión o de seriedad para enfrentar la pandemia” cuando lo que ocurre en las villas de emergencia y geriátricos “era previsible”.

“Yo preguntaría cuál es la gestión que se elogia, porque es la ciudad con el presupuesto más alto de la Argentina y no parece que sea la que más ha logrado evitar los contagios sino al revés, es en la que más vertiginosamente crecen los casos”, definió. 

-Pensando en la pandemia a nivel global, ¿Qué cosas piensa que pone en evidencia sobre cómo funciona el mundo?

-El virus es un virus, pero la manera en que se propaga y la manera en que no se lo puede parar también son muestras de lo más cruel del sistema capitalista. La manera en que se expandió, siguiendo las cadenas de producción a nivel mundial que ha desarrollado el capitalismo tienen que ver con eso. Porque un virus que se supone que empieza en un rincón de China, rápidamente lo tenés instalado en Europa y en Estados Unidos. Me parece que muestra la velocidad con que corren las mercancías y las personas por el mundo pero también cómo el sistema capitalista ha ido degradando incluso en los países centrales sus sistemas de salud. Que de la crisis del año 2008-2009, la anterior crisis económica, se haya intentado salir con recortes en los sistemas de salud de países como España o Italia demuestra ahora las consecuencias que eso tiene ahora para su población. Se salvó a los bancos y se perjudicó a la gente. Muestra muchas cosas. Muestra también esto que siempre decimos, que el capitalismo está destruyendo al medio ambiente y esto también afecta a las personas; porque no es un problema separado cómo viven los seres humanos de cómo viven el resto de los seres en este planeta. Muestra muchísimas cosas que se veían denunciando y lo que es más importante, lo leía el otro día en un artículo de David Harvey, que también hay que pensar cómo se sale de la pandemia. Es el momento de cuestionar el capitalismo. No es el momento de que los más ricos se hagan más ricos, de que los pobres vivan peor, de que los trabajadores y trabajadoras resignen derechos sino que tiene que ser un gran momento de pensar no solo cómo se supera la pandemia sino también cómo se supera este sistema.

-¿Cree en las teorías sobre el fin del capitalismo financiero o el resurgir de los estados benefactores?

-De los estados benefactores no lo veo, ni es lo que se está viendo. Más bien se está viendo cómo se intenta salvar a las empresas y cómo los ocho más ricos de este mundo se transforman en más ricos aún. Me parece que los ricos se vuelven más ricos y los pobres más pobres. Mi esperanza sigue siendo la lucha de clases. Que con medidas como las que proponemos desde el Frente de Izquierda y que el apoyo a todas las luchas haga que se empiece a cuestionar más masivamente a un sistema que no tiene nada que ofrecer a los millones que hoy viven en la miseria o que tienen recortados sus derechos. No tengo una imagen idílica de cómo se sale de la pandemia, ni que esté predeterminado. Pero si de que es el momento de plantearnos eso y de ser claros en que si no se supera el sistema capitalista tampoco se van a terminar este tipo de pandemias. Esta no es la primera, puede haber alcanzado un nivel mayor de masividad, pero no es la primera sino la cuarta que vivimos en pocos años.

-¿Cómo ve el tratamiento del impuesto a las riquezas en el país?

-Nosotros vamos a poner todo nuestro esfuerzo en ello porque es increíble que se haya reunido el Congreso y no se haya discutido cómo se consiguen esos fondos para medidas tan elementales como las que proponemos, de un salario de cuarentena de 30.000 pesos por persona que no esté percibiendo ingresos, o para construir 100.000 viviendas de forma urgente, que es lo que se necesita para empezar a revertir el hacinamiento y que el virus no se propague de la manera que lo está haciendo en las villas de emergencia. No se discutió cómo las personas más ricas, los terratenientes, los bancos, las grandes fortunas de las personas jurídicas y humanas de este país, como esas personas son las que tienen que pagar un impuesto extraordinario por única vez pero que sea para juntar los fondos de manera inmediata para afrontar la pandemia. Con este proyecto que presentamos, el único que hay presentado hasta ahora, se podrían recaudar rápidamente 15.000 millones. No es una suma menor, es absolutamente necesaria para enfrentar la pandemia. Creo que el hecho de que hoy no haya comida en los comedores o esté llegando muy tarde, que la política para las empresas recuperadas sea prácticamente nula, más allá de los anuncios, que hoy haya tantos requisitos para poder cobrar el IFE, el impuesto federal de emergencia, tiene que ver con que la política más allá de la emisión monetaria, no viene siendo ninguna otra. No se ha tocado para nada a los grandes ganadores del modelo macrista y si no se los toca a ellos no va a haber fondos en serio para enfrentar la pandemia. La izquierda va a poner todo su interés en que eso se trate y se trate pronto.

-¿Por qué la ciudad de Buenos Aires es el lugar con más casos de coronavirus?¿No hubo medidas de prevención?

-La Ciudad de Buenos Aires es la principal entrada al país; en un virus que evidentemente llegó desde afuera era lógico que el virus entre por la ciudad. Ahora después de eso todo lo demás era previsible. Desde los primeros días se dijo que los lugares donde más podía crecer el virus eran los lugares donde hay hacinamiento y está creciendo en las villas de la ciudad; que podía crecer en los geriátricos y está creciendo en los geriátricos de la ciudad; que podía crecer en el sistema de salud y está creciendo. Todo lo que se daba como una previsión genérica en la ciudad de Buenos Aires se está cumpliendo. A la par de eso se está saliendo rápidamente de la cuarentena en estos días, la ciudad ha comenzado ya con un ritmo bastante frenético sin haberse hecho lo que desde la izquierda propusimos desde el primer día, que era que haya testeos masivos a toda la población, centralmente en estos focos de posible expansión más rápida del virus, sin haber hecho eso se están ampliando cada día más las actividades. Lo cual es una combinación sumamente peligrosa.

-¿Cómo ve la actuación de Horacio Rodríguez Larreta, el jefe de gobierno porteño?

-Lo veo blindado. Empezando por un blindaje adicional que le brinda el gobierno nacional, creo que han formado un estrecho vínculo político donde nadie critica a nadie. Entonces es muy difícil poder plantear seriamente los problemas que hay en la ciudad y en la Argentina, y este blindaje hace que Horacio Rodríguez Larreta siga siendo presentado incluso como un modelo de gestión o de seriedad para enfrentar la pandemia porque él gestiona y no critica en Twitter. Yo preguntaría cual es la gestión que se elogia, porque es la ciudad con el presupuesto más alto de la Argentina y no parece que sea la que más ha logrado evitar los contagios sino al revés, es en la que más vertiginosamente crecen los casos. Me parece que llegó el momento de decir la verdad, que hay que plantear los problemas como son y que en la legislatura de la ciudad se votaron centralmente dos cosas en el último tiempo; una ampliar los poderes discrecionales del jefe de Gobierno, que con todas estas falencias que tiene lo torna aún más peligroso, que él pueda asignar a su solo criterio partidas. Y segundo que pueda seguir endeudando la ciudad, cosa que también votó el partido justicialista en la oposición. Me parece que es un cuadro muy peligroso en la que se está sumiendo a la ciudad de Buenos Aires con una ciudad que se preveía que iba a tener otro tipo de oposición mucho más fuerte, porque Larreta no dirige los poderosos sindicatos que están ubicados en la ciudad, tiene una oposición política fuerte en la legislatura, pero hasta ahora no es eso lo que estamos viendo.

-¿De qué manera cree que se puede trabajar en los barrios populares para frenar los contagios?

-Lo que hay que hacer en los barrios populares es escuchar a los vecinos, vecinas y a las organizaciones sociales que hay en los barrios. Los barrios de la ciudad de Buenos Aires tienen esa característica, tienen importantísimas y fuertes organizaciones sociales que vienen denunciando y señalando cuáles son las falencias. Entonces no es muy difícil saber qué es lo que hay que hacer, hay que escuchar y respetar las decisiones y poner los fondos necesarios para ello. En diciembre se trató el presupuesto de la ciudad, nosotros nos opusimos a ese presupuesto y uno de los argumentos que dábamos antes de la pandemia es que se subía en un 45% el presupuesto para distintos tipos de políticas dedicadas a la seguridad y se bajaba el presupuesto para vivienda y para salud. Ahora con la pandemia se demuestra que nuestra denuncia era acertada, que no estábamos diciendo una generalidad sino algo muy concreto porque cuando surgen problemas que afectan al conjunto de la población no te sirve de nada haber dedicado más presupuesto para seguridad y menos para vivienda y salud. Se está comprobando qué era lo que necesitaba la ciudad de Buenos Aires. Yo recorro hospitales, hablo todos los días con enfermeras y enfermeros; lo que cuentan de la situación de los hospitales es gravísimo. Faltan protocolos, lo primero que te dicen, lo mismo que dicen los vecinos de barrios populares, que faltan protocolos claros de cómo actuar. En un hospital que no haya protocolos claros es muy grave. Siguen faltando insumos, no hay testeos al personal. La verdad es que se demostró que este esquema de ciudad para el turismo puede ser bueno para venderlo políticamente, pero para los que habitan acá, transitan en la ciudad de Buenos Aires o trabajan, ese modelo se ha mostrado muy perjudicial.