Argentina
08/04/2020

Coronavirus

Bolsonaro, un problema para Brasil y para la región

Bolsonaro, un problema para Brasil y para la región | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

Con 114 brasileños muertos ayer y 667 en total, el coronavirus marcó un récord. El presidente ultraderechista resta gravedad al problema. Está enfrentado con su ministro de Salud, quien tiene apoyo del Ejército en un gobierno militarizado. Alberto Fernández dijo el fin de semana que la situación del país vecino lo “preocupa mucho”.

Brasil sufre en estos días una propagación del coronavirus muy superior al resto de la región. La enfermedad se expande a una velocidad dramática en el país más extenso y más poblado de América del Sur, limítrofe con casi todos sus vecinos (excepto Chile y Ecuador). Desde múltiples sectores se denuncia la responsabilidad del presidente Jair Bolsonaro por esa situación. 

Los problemas no son solo para los brasileños, quienes con alta probabilidad sufrirán una catástrofe humanitaria mucho peor a la de naciones que tomaron decisiones drásticas para tratar de evitar contagios masivos. También para Argentina los riesgos sanitarios aumentan, y además lo que suceda en el país vecino provocará en el nuestro mayores perjuicios económicos a los que, de por sí, se generarán por la recesión mundial y la propia.

Ayer el ministerio de Salud brasileño -cuyo titular, el ministro Luiz Mandetta, está enfrentado con el presidente pero tiene respaldo del Ejército- informó que en el día murieron 114 personas contagiadas por el Covid-19, con lo cual se marcó un récord de víctimas mortales en una sola jornada. La cifra total de fallecidos es de 667, mientras que los afectados suman 13.717. 

Las autoridades sanitarias dijeron que el pico de contagio podría llegar en mayo y que la pandemia se debilitaría en setiembre. Por ahora, el estado con más muertes es Sao Paulo, con 371, seguido por Río de Janeiro con 89, Pernambuco con 34, Ceará con 31 y Amazonas con 23. 

La población del país es de 210 millones de habitantes y gran parte de ella vive en condiciones de pobreza, sin acceso a condiciones de alimentación suficiente, vivienda, higiene y acceso a servicios de salud. Las mejoras sociales logradas durante el gobierno del presidente Lula De Silva y en el primer tramo del de su sucesora Dilma Rousseff, han retrocedido en los últimos años.

“Me preocupa muchísimo”

Brasil y Argentina tienen un permanente flujo migratorio recíproco, debido no solo a la existencia de provincias limítrofes sino por el intenso intercambio de mercaderías y, por lo tanto, habitual tránsito de personas y movimiento de transporte de cargas. Por el momento, el gobierno argentino cerró las fronteras.

“Me preocupa muchísimo la situación de Brasil”, dijo el fin de semana el presidente argentino, Alberto Fernández. Apuntó que “tiene fronteras con todos los países de América latina”, excepto Chile y Ecuador, “y ahí nadie está atendiendo el problema del coronavirus con seriedad”, dijo el mandatario.

Agregó que ha conversado del tema con otros jefes de Estado de la región. “Es de una gravedad enorme, porque hace un mes y medio que estamos advirtiendo lo que está pasando y no se ha movido Brasil”, agregó en una crítica implícita al gobierno de Bolsonaro. 

“Tengo mucho miedo a lo que pase en Brasil y cómo eso va a repercutir sobre nosotros”, asumió Fernández, que recordó que casi el 60% del comercio exterior de Argentina es con Brasil y China. Pero sobre la superpotencia asiática, Fernández dijo que “parece estar controlando el tema del coronavirus”.

Crisis política y extremismo religioso

La escalada del coronavirus en Brasil se produce en el marco de una profunda división en el gobierno. El lunes Bolsonaro estuvo a punto de expulsar el ministro de Salud, Luiz Mandetta. Este último tiene buena aceptación en la opinión pública, una condición que paradójicamente también conserva el presidente.

La conducción institucional del país está cada vez más militarizada. Las fuerzas armadas forman parte de la estructura política que, junto con el Poder Judicial y las cadenas de grandes medios de comunicación, desalojó del gobierno al Partido de los Trabajadores (PT) liderado por Lula y por la derrocada presidenta Rousseff.

Las distintas fracciones militares están férreamente unidas por el común objetivo de impedir que el PT pueda volver a gobernar en caso de que hubiera elecciones libres en 2022, que sería la fecha correspondiente según la Constitución. Sin embargo, desde adentro de las propias fuerzas armadas cuestionan a Bolsonaro, un capitán retirado que debió ceder al avance de otros jefes castrenses.

Uno de ellos es el ministro de la Casa Civil, cargo equivalente a lo que en Argentina se denomina “jefe de gabinete” o “ministro coordinador”. Quien ocupa ese ministerio desde hace poco es el general Walter Braga Netto, respaldado por la jerarquía del Ejército.

El vicepresidente del país es Hamilton Mourao, un general retirado que llegó al cargo por compartir la fórmula con Bolsonaro en 2018, cuando se prohibió participar a Lula mediante condenas judiciales. Mourao declaró ayer que “Braga Netto puso la casa en orden. Está en el momento justo, en el lugar indicado y a la hora correcta. Un sistema de comando y control para que el presidente pueda tomar decisiones”, dijo para dejar a salvo la figura del primer mandatario.

“Braga Netto no está poniendo en caja a nadie”, agregó el vice, “sino haciendo una verdadera gobernanza. Así, la Casa Civil (jefatura de gabinete) actúa como centro de gobierno”, aseguró.

Bolsonaro tiene el apoyo de poderosas iglesias del extremismo evangélico, que a su vez tienen fuerte arraigo popular. Con el apoyo de esas instituciones religiosas, el sábado realizó una jornada de ayuno y oración contra el coronavirus. 

Para la ocasión, en el Facebook presidencial oficial se publicó un video de convocatoria donde el locutor afirma que "los más grandes líderes evangélicos en este país han respondido a la santa proclamación hecha por el jefe supremo de la nación, el presidente Jair Messias Bolsonaro".

Según la grabación, el mandatario llamó al "ejército de Cristo para la mayor campaña de ayuno y oración jamás vista en el país".

29/07/2016

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