El gobierno postergó para el próximo año el pago de intereses y amortización de capital de deuda en dólares que fue emitida bajo la legislación local. Se trata de un monto estimado en 9.800 millones de dólares, un movimiento que despeja recursos para poder seguir atendiendo las urgencias derivadas de la pandemia por el nuevo coronavirus.

"Esta decisión es parte del plan que trazamos para restaurar la sostenibilidad de la deuda. Un plan para sentar condiciones para una Argentina que se desarrolle con inclusión social cuando dejemos atrás estas durísimas circunstancias del COVID-19", tuiteó ayer el ministro de economía, Martín Guzmán, al reproducir el decreto que posterga los pagos.

La respuesta de las cotizaciones de los bonos fue la esperada, los bonos alcanzados por el reperfilamiento cayeron y los emitidos bajo ley extranjera subieron.

Entre otros, los títulos alcanzados por el decreto son letras intransferibles del Banco Central suscriptas por otros organismos, letras del Tesoro, Bonos Programas Gas Natural y Letras del Tesoro en Garantía. No se incluye la deuda sometida al arbitraje internacional, que forma parte una negociación para reestructurar 68.842 millones de dólares con acreedores privados.

El coronavirus y las cuarentenas aplicadas en distintos países modificaron el calendario y las prioridades de otros temas que no sean los vinculados a atender la emergencia. Los tiempos del cronograma que se había impuesto el ministro Guzmán para llevar adelante la reestructuración de la deuda se extendieron un par de semanas. La semana anterior se realizó una conferencia con bonistas extranjeros a los cuales el ministro les presentó los lineamientos generales de lo que constituirá la oferta de canje.