Daniel Menéndez, subsecretario de Promoción de la Economía Social y Desarrollo Local del ministerio de Desarrollo Social de la Nación, confirmó que debido al freno de la actividad económica se “triplicó la cantidad de gente” que asiste a comedores comunitarios en los barrios del conurbano bonaerense.

El viernes se realizó la segunda reunión del Comité de Emergencia Social del Conurbano con intendentes, representantes de movimientos sociales e iglesias, y Menéndez indicó a que verificaron que hay una “red de asistencia y un tejido comunitario que está funcionando de manera muy articulada con el Estado municipal, con el gobierno nacional” y valoró el “plus que le da al país tener “la cantidad de organizaciones comunitarias, de sectores que al interior de los barrios realizan actividades de distinta índole”.

Para Menéndez, “hay algunos sectores que tienen que entender que no es momento de especular” ya que “hay un entramado de las grandes empresas, los grandes bancos y los formadores de precios tanto en el sistema de producción de alimentos oligopólicos como las grandes comercializadoras de alimentos, sobre las que hay que hacer un control minucioso”.

En cuanto al asilamiento en los barrios populares, indicó que “es de muy difícil cumplimiento en una pieza sin servicios y con niveles de hacinamiento importantes”, y por eso plantean que “en el caso de salir, que “estén al interior del barrio y que no haya traslado ni movimientos que perjudiquen el cuidado y fomenten la propagación del virus”.

-¿Qué conclusiones saca luego de la reunión del Comité de Emergencia Social del Conurbano?

-Hay una red de asistencia y un tejido comunitario que está funcionando de manera muy articulada con el Estado municipal, con el gobierno nacional. Nos parece que eso es clave en esta época de aislamiento, que tiene como objetivo evitar una crisis sanitaria y que está evolucionando de manera muy favorable, pero que deriva sin duda en problemas con la actividad económica y en el impacto que tiene en los barrios populares. Es importante, como dice Daniel Arroyo, que nuestro país tenga un enorme plus en relación a la cantidad de organizaciones comunitarias, de sectores que al interior de los barrios realizan actividades de distinta índole que hoy se ponen en valor para sostener la vida en comunidad, en situaciones de aislamiento, de dificultades económicas. Y más allá del esfuerzo que se está haciendo en términos de transferencia directa vía refuerzos de las familias que cobran la Asignación Universal por Hijo y programas de empleo y el ingreso familiar sin duda al resentirse la actividad, generan dificultades y por eso la cantidad de familias que concurren a comedores han crecido de manera exponencial; pero existe una red enorme de militancia social que es un valor para transitar esta etapa. 

-¿En qué medida aumentó la asistencia a comedores?

-El incremento es por lo menos por tres, se triplicó la cantidad de gente, es lo que surge de los relevamientos. El gobierno nacional a través del ministerio de Desarrollo ha incrementado la asistencia, ya sea vía los municipios con transferencias para poder comprar alimentos como con el reparto de mercadería a través de los movimientos sociales y el refuerzo a los merenderos y a los comedores comunitarios que existen. Eso contiene, pero hay que seguirlo porque es un crecimiento muy significativo.

-¿El riesgo de un desborde social está controlado?

-Hoy se empezaron a cobrar el refuerzo de la asignación universal y se ha dispuesto que la tarjeta alimentaria se pueda cargar todas las semanas para que exista algo de ingreso. Me parece que hay que estar muy encima de la situación social, porque así como decimos que hay una enorme red de movimientos populares y un trabajo articulado con los intendentes, no hay que dejar de ver que la situación es de mucha complejidad en términos sociales. Hay que estar sobre cada uno de los barrios para ir adelantándonos a cualquier problema.

-¿Cree que hay sectores que se aprovechan de esta situación?

-Hay algunos sectores, como las grandes empresas o fortunas que existen en nuestro país, sobretodo del sistema financiero, que tienen que entender que no es momento de especular. Tanto en relación a los despidos, por eso es tan importante la prohibición de despidos, como con la especulación con los préstamos que el sistema financiero tiene que disponer para auxiliar al aparato productivo, como tampoco con el aumento de precios. Hay un entramado de sectores de las grandes empresas, los grandes bancos y los formadores de precios tanto en el sistema de producción de alimentos oligopólicos como las grandes comercializadoras de alimentos sobre las que hay que hacer un control minucioso. Y en el último tiempo como han sido los 1.500 despidos de Techint o como se ve en la actitud de algunos bancos, que hay que actuar con todas las herramientas del Estado para evitar que haya cualquier sector que desentone del planteamiento de agruparnos y de tener un sentido de responsabilidad ante la enorme tragedia que vive el mundo y de la cual nos estamos preparando con absoluta responsabilidad. Como dijo Alberto, la prioridad es  la salud por sobre cualquier esquema económico, luego será el momento para reconstruirlo.

-¿Cómo se está cumpliendo el aislamiento en los barrios populares?

-Hay una diferencia entre lo que puede ser el cumplimiento del aislamiento y sobre el cual hay que insistir muchísimo, de los sectores que pueden hacerlo porque tienen las posibilidades de sostener el aislamiento en su hogar. Hay que diferenciarlos de aquellos sectores donde el aislamiento producto del hacinamiento y de las condiciones de vida de los barrios populares, por la falta de servicios y las características de los barrios, que desnuda la enorme deuda social que hay sobre un sector. Y atendiendo la emergencia, hay que tomar los mayores resguardos en términos de aislamiento y que hay que desarrollar una idea de aislamiento comunitario para que el cuidado sea efectivo y que las medidas puedan implementarse. Está claro que es de muy difícil cumplimiento en una pieza sin servicios y con niveles de hacinamiento importantes; pretender que la familia se quede todo el tiempo en el lugar, pero sí la mayor parte del tiempo. Y en el caso de salir, que estén al interior del barrio y que no haya traslado ni movimientos que perjudiquen el cuidado y fomenten la propagación del virus.