Los pequeños productores agropecuarios agrupados en la Unión de Trabajadores de la Tierra realizan hoy un “verdurazo” para apoyar la modificación de los porcentajes de derechos de exportación que dispuso el gobierno la semana pasada, porque consideran que “son una medida justa” y “redistributiva”.

“Las retenciones segmentadas son una medida justa para que quienes más se han beneficiado del modelo agroexportador concentrado aporten a financiar las políticas públicas estratégicas para la lucha contra el hambre y el fomento de la producción de alimentos sanos y accesibles”, indicó el referente de la organización Nahuel Levaggi.

Los agricultores plantean este “verdurazo” en contraposición al “lockout patronal” convocado por la Sociedad Rural, Confederaciones Rurales Argentinas (CRA), Federación Agraria y Coninagro (Confederación Intercooperativa Agropecuaria), cámaras empresarias nucleadas en la Mesa de Enlace, que desde ayer paraliza “comercialización de cereales” por cuatro días. 

Zulma Molloja, integrante de la Unión de Trabajadores de la Tierra (UTT), explicó a que “somos pequeños productores que alquilamos tierras, que tenemos que pagar alquileres carísimos entre 8 y 18 mil pesos mensuales, la luz de 25.000 pesos”, y en cambio el sector antes mencionado “tienen hectáreas y hectáreas de tierra propia, no alimentan al pueblo y lo que hacen es exportar”. Agregó que “acá los niños se mueren de hambre y no vamos a vivir de la soja”, y consideró que por ello “tendríamos que cambiar este modelo”.

Los pequeños productores plantean que “se están disputando dos modelos de país: uno corporativo y concentrado, que acapara tierras y recursos nacionales, y otro solidario e inclusivo, que apunta a la soberanía alimentaria y a la garantía de derechos”. Y por este motivo, se definen como el “otro campo” y salen “en defensa de las medidas redistributivas, que benefician a un amplio margen de los pequeños y medianos productores que alimentan al país, y a los sectores más golpeados por la crisis”.

Molloja afirmó que “para luchar contra el hambre en Argentina hay que defender nuestro derecho a construir un país solidario, donde la riqueza se redistribuya y configuremos un Estado que fomente un modelo que garantice alimentos sanos y genere bienestar para las mayorías”. 

Destacó que “quieren hacer un paro cuando ellos exportan la soja y el maíz, y nosotros somos pequeños productores que alimentamos a todo el pueblo”. Dijo que “por eso vamos a salir a donar verduras contra el hambre”.

El aumento de 3 puntos en los derechos de exportación a la soja que dispuso el gobierno, medida ya contemplada en la ley de Solidaridad votada por el Congreso, se aplica al 26% del universo total de productores del cultivo. Son 14.484 empresas que concentran el 77% de toda la producción sojera del país y que exportan más de 1.000 toneladas al año.

Desde la UTT explican que su modelo de trabajo en el campo basa en la agroecología, en contraposición con el modelo agroexportador sojero que, según planteó la referente de la organización que habló con este portal de noticias, “está envenenando” todo con los agrotóxicos.

“Los terratenientes lamentablemente hoy están envenenando la soja”, porque no utilizan un método de trabajo “natural como tiene que ser”, indicó la agricultora y militante social. Añadió que a su sector les “gustaría capacitarlos para que hagan agroecología, para que empiecen a hacer todo sano, y no arruinar la tierra, porque nos están matando”.

Afirmó también que “las multinacionales y las agroquímicas te impulsan a que sigas usando agrotóxicos que te enferman, que te envenenan”, y hasta generan “malformaciones en embarazos y cáncer”, denunció. 

Alquileres y precios justos

Uno de los problemas que tienen los pequeños productores es el de los alquileres de los campos. Al respecto, en 2016 presentaron un proyecto de ley de acceso a la tierra en la Cámara de Diputados, que “hasta ahora” no tuvo “respuesta” aunque esperan que “con este gobierno se avance”.

“No queremos que nos regalen la tierra, queremos comprarlas y pagarlas en cuotas, queremos créditos blandos”, aclaró la integrante de la UTT, para luego argumentar que “si tuviéramos tierra propia venderíamos más barata la verdura y haríamos más agroecología”.

Explicó que “muchos compañeros no se quieren pasar a la agroecología” porque tienen que pagar un alquiler de entre 9 y 18 mil pesos mensuales, y “el dueño no te espera con el alquiler, del 1 al 10 tenés que pagar”, apuntó. En consecuencia, terminan “echando un foliar para que la verdura salga rápido, y de esta manera pueden pagarlo” al arriendo.

Otro aspecto sobre la venta de las verduras que producen los agricultores y que planteó la trabajadora de la tierra es el de la comercialización, ya que en la UTT se organizaron para realizarla de forma directa, esto es “del productor al consumidor”.

“Hemos abierto almacenes donde vendemos a precios populares y se paga un precio justo, porque antes venía el camionero, te cargaba cien cajones de verdura, no te pagaba o te pagaban lo que quería, y perdíamos el trabajo que habíamos hecho”, explicó Molloja.