En temas esenciales como la deuda, tarifas y precio dólar, estrategias de política energética y muñeca para solucionar conflictos, Neuquén sigue sin afinar el instrumento en el nuevo mapa político de la Argentina. Continuando con la analogía musical, se podría decir que el domingo pasado Alberto Fernández dejó en el Congreso de la Nación una pieza sinfónica y Omar Gutiérrez aún está estudiando la partitura del tramo que le corresponde ejecutar.

Los discursos que pronunciaron el presidente y el gobernador marcan claras diferencias en ese sentido. Primer ejemplo: mientras Fernández propuso "un Nunca Más" a endeudamientos insostenibles como el que dejó Mauricio Macri y un ámbito para revisar la deuda, el gobernador no solo no registró una crítica a la política del macrismo sino que se ocupó por suavizar el impacto que tiene el endeudamiento en la provincia, al compararlo solo por la incidencia sobre el Producto Bruto Geográfico, una de las formas de ver el complejo asunto. 

El dato positivo, más allá de interpretaciones más o menos caprichosas, es que la bola de la deuda provincial se transformó en agenda, no solo por la mención del gobernador en el discurso, sino porque ya hay al menos un pedido de informes en la Legislatura y algunos diputados de la oposición interpelaron el domingo al gobernador con carteles desde sus bancas. Si interesa profundizar, se ocupó durante el verano en divulgar información sobre la deuda y aquí está el enlace de la nota con datos más actualizados.

Segundo ejemplo comparativo. El costo de las tarifas de la energía y el gas se presentó como otro tema de miradas divergentes. De un lado se observó el refuerzo a políticas sensibles con los sectores más vulnerables de la sociedad, mientras que del otro continuó la lectura que concentra el interés sobre el pago chico. El presidente iluminó sobre el gigantesco crecimiento en el valor de las tarifas de ambos servicios públicos durante el gobierno de Macri (entre el 2000% y el 3.000%), y reiteró que se deben revisar costos antes de tomar nuevas decisiones, mientras el gobernador siguió pidiendo precio dólar para el primer escalón de la cadena de los servicios energéticos, es decir para el valor de boca de pozo.

Tercer ejemplo. También la mirada sobre estrategias para el desarrollo de la explotación de los recursos naturales tuvo un contraste notable. Fernández sostuvo que hay terminar con el extractivismo como única alternativa, y propuso avanzar hacia desarrollos que agreguen valor y tecnología a esos recursos, un concepto de estrategia de desarrollo que el MPN tenía incorporado y lo perdió en el camino de las urgencias. Del discurso de Gutiérrez se desprendió claramente que el objetivo central del Neuquén del MPN sigue orientado a pinchar y pinchar Vaca Muerta para sumar estadística y caja, es decir extractivismo en su máxima expresión, aunque justo es reconocer que, después de varios años el gobernador desempolvó este fin de semana algunas de esas ideas extraviadas en su partido, como la industrialización en origen del gas y del petróleo, o la promesa de generar un fondo anticíclico para que la economía de la provincia no sufra cuando se ve afectada por "estrés financiero".

Cuarto ejemplo. Este tiene que ver con la muñeca política para encarrilar conflictos. Fernández llegó al Congreso con un acuerdo nacional con los docentes, previa restitución de las paritarias docentes, arrebatadas por el macrismo. Con “casi todas” las provincias sin conflicto, el presidente anunció el domingo el inicio de clases. En el "casi" quedó atrapada Neuquén junto a otras tres provincias, porque el gobernador no pudo resolver las demandas de ATEN. 

Quinta y última diferencia. Las referencias de Gutiérrez sobre el gobierno nacional actual fueron casi nulas y la más trascendente fue para reclamar reglas para Vaca Muerta. Fernández puso de nuevo sobre la mesa la idea de impulsar un proyecto nacional de desarrollo para el gas y el petróleo, no solo para la cuenca neuquina. No es cierto que el presidente haya ignorado a Vaca Muerta, hay que saber interpretarlo. Y lo hizo poniendo a Neuquén en una dimensión diferente, en el engranaje de las provincias productoras de hidrocarburos.

Y como en política la lectura de los gestos es tan importante como los hechos, va una consideración final que no tiene que ver con el petróleo y el gas, aunque tal vez sí y esté relacionado al disgusto que tiene la gestión del MPN con el gobierno de Alberto Fernández. Cuando gobernaba Macri, Gutiérrez no dudaba en alterar el horario de apertura de sesiones ordinarias en la provincia para estar presente en el Congreso. En esta ocasión, el Lear Jet de la provincia no se movió del aeropuerto Juan Domingo Perón.