Cuando en diciembre de 2019 Mauricio Macri completó su periodo constitucional como presidente de la Nación, estaban paradas cuatro de cada diez máquinas en las fábricas del país. Durante el cuatrienio que estuvo en el cargo, disminuyeron su producción 15 de los 16 grandes rubros industriales analizados en un trabajo especializado.

Estos datos están contenidos en una minuciosa investigación económica y social llevada a cabo por el Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), referido a la “Crisis Industrial” que vive actualmente la Argentina como resultado de la etapa macrista. 

Los especialistas universitarios señalan que en ese período “el nivel de actividad se contrajo un 5%, la inflación acumulada superó el 300%, el desempleo aumentó ubicándose cerca del 10% y la deuda externa creció un 163%. El PBI decreció en tres de los cuatro años de administración, siendo únicamente 2017 el año de relativo crecimiento (+2,7%)”. 

En ese marco, “la alta inflación, los problemas en la cadena de pagos, las bruscas y sucesivas devaluaciones, la caída en el salario real y con su correlato negativo en el consumo hicieron muy difícil la viabilidad del sector industrial”, consigna el informe. Agrega que son muestra de ello “la reducción de la utilización de la capacidad instalada, el cierre de establecimientos productivos y su consecuente destrucción de empleo”.

El Observatorio universitario explica que “la utilización de la capacidad instalada cayó un 11% en términos generales en el mes de noviembre de 2019, con respecto al mismo mes del año 2016, ubicándose en el 60,7%”. Eso significa, traducido a una metáfora descriptiva, que cuatro de cada diez máquinas dejaron de funcionar. Y “el rubro más golpeado fue el automotriz, que pasó del 56,3% al 38,7%” de uso de su potencial, puntualiza el estudio.

Retroceso en casi todos los rubros

Los investigadores académicos señalan después que “los principales factores que afectaron la

performance de la industria en términos de producción y rentabilidad fueron: la falta de créditos blandos para inversiones, el achicamiento del mercado interno a causa de la caída de las ventas y la trepidante inflación de costos”.

“Tomando los datos publicados por el Indec (Instituto Nacional de Estadísticas y Censos), se nota que las políticas económicas llevadas a cabo fueron perjudiciales para la mayoría de los sectores. Salvo las Industrias metálicas básicas, que aumentaron su producción en un 5,3%, el resto de los rubros contrajeron se contrajeron”.

“Los más afectados fueron ‘Otro equipo de transporte’ con una caída del 43,5%; ‘Prendas de vestir, cuero y calzado’ con un descenso de 25,5% (un sector muy golpeado por las importaciones y la caída de la demanda); y ‘Otros equipos, aparatos e instrumentos’ con una contracción del 25,1% (respecto del año 2016)”. 

Así, de 16 grandes rubros industriales, 15 bajaron su producción durante los cuatro años de Macri.

Puestos de trabajo perdidos

El documento de la Undav también repasa datos conocidos anteriormente sobre la afectación de la crisis industrial en el empleo: en las fábricas de manufacturas se perdieron 165.000 puestos de trabajo formales en el periodo analizado.

El informe explica que “la política económica llevada a cabo durante 2016-2019 afectó de manera integral al sector industrial. Por el lado de la demanda, la elevada inflación redujo los salarios reales y las altas tasas de interés atentaron contra los préstamos para el consumo, lo que generó una fuerte caída de las ventas del sector”.

Añade que “por el lado de la oferta, el incremento de la tasa de interés encareció el dinero provocando una reducción de las inversiones. La suba de las tarifas de los servicios públicos, enmarcadas en el “sinceramiento”, sumado a las continuas devaluaciones del tipo de cambio, aumentaron los costos de producción. Esto impactó negativamente en el sector industrial, generando una baja en el uso de la capacidad instalada y el cierre de miles de empresas (lo que a su vez repercutió sobre el empleo y la producción)”.  

Los autores del trabajo indican luego que “no solo existió un deterioro del mercado laboral en términos generales, sino que también la calidad de los puestos de trabajo ha empeorado de forma permanente. Teniendo en cuenta que los sectores industriales son fuente de empleo de calidad, su crecimiento mínimo (e incluso negativo), y en paralelo, la existencia de una mayor oferta de trabajo, dan como resultado un aumento de empleo precarizado”.

Concluyen que “el desplome de los diferentes indicadores tiene, por lo tanto, consecuencias en el nivel de empleo industrial”.

El trabajo del Observatorio de Políticas Públicas de la Universidad de Avellaneda aporta un gráfico que permite observar “la cantidad de asalariados formales en la industria manufacturera, en donde se muestra una reducción de 165.000 puestos de trabajo registrados”.