Argentina
12/02/2020

El periodismo carancho tiene la mesa servida

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El gobierno muestra en público algunas diferencias y los medios hegemónicos aprovechan la oportunidad para abrir un surco amplio que debilite al Frente de Todos. El presidente Alberto Fernández pidió "a los compañeros” que no entren en el juego.

Gerardo Bilardo

Las diferencias que asoman en la alianza de gobierno en torno algunos temas como los presos políticos, las estrategias de negociación con el FMI, el manejo de la política de seguridad o si el proyecto de ley en torno al aborto llevará la palabra legalización o despenalización, se están transformando en carne sabrosa para el periodismo carancho en un tiempo más rápido que lo deseable.

Un pequeño ejército de columnistas y editores que suele navegar en un mar de conocimientos a un centímetro de profundidad, pero muy entrenados para captar el olor a sangre caliente a la distancia, interpretan cada palabra y gesto de los principales actores del oficialismo para trabajar la contradicción sin descanso, con el fin último de desarmar un modelo que aún está en construcción. 

La idea de confrontación interna a supuestos límites de ruptura entre el presidente y su vicepresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, o entre Alberto Fernández  y alguno de sus ministros o ministras, está presente desde el minuto cero de la concepción del Frente de Todos. Y en la medida que no surja un potente escudo comunicacional que permita escapar a la lógica que plantea la maquinaria “informativa” del mercado, el gobierno quedará siempre en desventaja.

De un lado existe una gestión mostrando un camino diferente para reconstruir un país arruinado por el macrismo, con discusión interna que se hace pública, innecesariamente pero no inexplicable ni dramática. Del otro, aparecen los grupos mediático concentrados, voceros de los poderes que perdieron la elección, antiperonistas y lanzados a la incansable tarea de cepillar el poder que la fórmula Fernández-Fernández obtuvo en las urnas.

¿Podría el gobierno evitar este flanco? Por supuesto que sí, pero como dijo un conocedor de la historia que se escribió en la Argentina a partir de 1945, “el peronismo no es para cualquiera”.

A los medios menos independientes del poder económico concentrado y más ideologizados del mercado, no les interesa en absoluto echar claridad sobre cualquier asunto contradictorio dentro del gobierno. Por el contrario, esa es precisamente la oportunidad que se les presenta para abrir un surco tan amplio y profundo que puede llegar a debilitar la estructura del armado político que permitió al Frente de Todos llegar al poder.

Crisis, interna, contradicciones y otros calificativos ganan terreno en la agenda impuesta por los socios del macrismo, pero esa falsa idea de inestabilidad avanza ante la ausencia de un contrapeso. Bien podría argumentarse desde el gobierno que lo está sucediendo es una reacción esperada, y hasta natural, en un frente tan amplio que nació con el objetivo de frenar al neoliberalismo. 

El presidente habló ayer y envió un mensaje hacia el interior de la alianza: “Hay que decirle a los compañeros que no seamos tontos, que no caigamos en este debate, porque lo que quieren es hacernos pelear entre nosotros y dividirnos”. Las palabras de Fernández son importantes pero insuficientes para enfrentar a los dinamitadores seriales de la verdad. Sin estrategia de batalla cultural será difícil cruzar el territorio minado.  

29/07/2016

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