El oficialista Frente de Todos y la oposición de Juntos por el Cambio, igual que otras fuerzas que no pertenecen a ninguno de los dos espacios, confirmaron ayer en el Senado el acuerdo que ya se había mostrado en Diputados para respaldar la ley que impulsó el gobierno para renegociar la deuda externa. En la Cámara alta el proyecto fue votado por unanimidad: de los 65 presentes, todos a favor.

De ese modo, quedó convertida en ley la propuesta del gobierno de Alberto Fernández, elaborada a instancias del ministro de Economía, Martín Guzmán. Estos dos últimos -que en estos días desplegaron intensa actividad en Europa para buscar apoyo ante el complejo desafío de acordar nuevas condiciones de pago con el Fondo Monetario Internacional (ver nota aparte)-, con la norma sancionada ayer, lograron un significativo apoyo político e institucional para sus gestiones.

En la Cámara de Diputados el voto rozó la unanimidad pero hubo excepciones, ya que se pronunciaron en contra dos legisladores de izquierda y se registró una abstención. Ayer en el Senado el debate duró nueve horas y por momentos los legisladores “se sacaron chispas”, pero prevaleció el acuerdo político general. La nueva pieza legal se denomina “ley de Restauración de la Sostenibilidad de la Deuda Pública Externa”.

Mientras transcurría la sesión, el presidente del bloque del Frente de Todos, José Mayans, confirmó a la prensa que el ministro Guzmán asistirá al Congreso el próximo miércoles 12, para exponer ante la Comisión Bicameral de Seguimiento y Control de la deuda externa, tal como estaba pautado en el cronograma oficial.

Según ese esquema, hacia fines de febrero iniciará formalmente el período de reuniones e intercambios con los tenedores de deuda externa, y la segunda semana de marzo se lanzará la oferta, de modo que cuando finalice el mes se anunciarán los resultados de las negociaciones.

Puntualmente, la ley abarca los bonos emitidos en los canjes de 2005 y 2010 y los títulos públicos emitidos a partir de 2016; y dispone la renuncia a invocar la inmunidad soberana contra el embargo y ejecución de determinados bienes.

Argumentos en el debate

Martín Lousteau, senador porteño de Juntos por el Cambio y economista, fue uno de los escuchados con más atención entre los casi 40 que hablaron en el recinto. La sesión -la primera del año en la Cámara alta- fue conducida por su presidenta provisional, Claudia Ledesma Abdala, ya que Cristina Kirchner se encuentra a cargo de la Presidencia de la Nación por la gira europea de Alberto Fernández.

El primero en defender el proyecto fue el presidente de la Comisión de Presupuesto y Hacienda, Carlos Caserio, peronista de Córdoba. El legislador remarcó la necesidad de “reordenar la economía y cumplir con las responsabilidades sin dejar afuera a ningún argentino”.

Afirmó que en los últimos cuatro años del gobierno de Mauricio Macri hubo “un incremento desmedido de la deuda pública”, donde se pasó “del 52% al 92% del PBI”. Además, subrayó que el endeudamiento fue solo “para cubrir gastos corrientes” y “ninguna actividad que ayudara a los argentinos a mejorar su calidad de vida”.

En nombre de la alianza macrista-radical, la también cordobesa Laura Rodríguez Machado explicó que el acompañamiento de esa bancada consistía en “asegurar la gobernabilidad y no poner palos en la rueda”.

“Estamos votando esta ley porque la oposición no está pintada al óleo. Ese 41% que representamos es el del consenso, ese que ustedes (dijo dirigiéndose a los representantes del frente gobernante) necesitan para que cuando vayan a negociar al exterior entiendan que la confianza no viene de forma unilateral por decisiones que toman quienes ganaron la elección”, observó.

Parrilli: “Peor que la dictadura”

Uno de los discursos más resonantes fue el del senador peronista neuquino Oscar Parrilli, quien denunció que “en el este tema de la deuda el gobierno de (Mauricio) Macri fue peor que la dictadura, porque la dictadura nos endeudó en alrededor de 10.000 millones de dólares por año”, mientras que el macrismo lo hizo por “alrededor de 30.000 millones de dólares” anuales. “Y en dos años, inédito, llegó al default”, remarcó.

“En 2015 la deuda total que dejó nuestro gobierno alcanzaba el 52% del PBI (Producto Bruto Interno), de los cuales el 12% era en dólares”, recordó el ex integrante de los gabinetes de Néstor y Cristina Kirchner, y detalló que “al tercer trimestre del 2019 la deuda en relación con el PBI es del 91,8%, casi un 92%”.

Tras denunciar que en este proceso “hay muchos responsables”, apuntó contra “todos aquellos que aplaudieron, se vanagloriaron y difundieron esta suerte de endeudamiento serial de la Argentina: publicistas, economistas, periodistas y muchos empresarios”.

“Ese grupo de empresarios de ese famoso círculo rojo, que tanto daño le ha hecho a la Argentina y que fue el que aplaudió con bombos y platillos toda esta política de endeudamiento, y aplaudió también toda la política de baja de salarios, de desaparición del rol del Estado, de liberalización de importaciones, de entrada de divisas, de fuga de capitales”, disparó Parrilli.

“Relato kirchnerista”

El presidente del bloque de Juntos por el Cambio, Luis Naidenoff, afirmó que el desendeudamiento durante la gestión kirchnerista fue “un relato” y negó que haya habido una “gesta épica”. Dijo que “tenemos adicción a los relatos”, y rechazó el argumento de que “en el período que gobernó el kirchnerismo nos desendeudamos”. Según dijo, “esto no ocurrió, nada de esto fue real”.

El formoseño precisó que “de 2005 a 2015 la deuda se incrementó en 90.000 millones de dólares”, y agregó que “la salida del Fondo Monetario Internacional también fue un gran relato” y “le costó muy caro al país”, porque “se utilizaron 9.800 millones de las reservas del Banco Central”.

Mayans, el jefe de la bancada del Frente de Todos, reiteró que “Argentina no está en condiciones de cumplir con el pago de deuda” y que “la realidad es que hoy estamos en emergencia y estamos en default”. Destacó que ello es consecuencia de que los mercados dijeron “basta”, tras lo cual el entonces presidente Mauricio Macri acudió al FMI “y ya se transformó en una deuda política”.

Recordó además que la deuda de 57.000 millones de dólares con el Fondo no fue debatida en el Congreso, y alertó además que ese dinero “no era para la reactivación económica sino para cubrir la timba financiera”, y fue así que “entraba la plata por un lado y salía por el otro”, apuntó Mayans.

Qué dice la ley

El proyecto aprobado declara “prioritaria para el interés de la República Argentina la restauración de la sostenibilidad de la deuda pública emitida bajo ley extranjera”. Puntualmente, la ley abarca los bonos emitidos en los canjes de 2005 y 2010 y los títulos públicos emitidos a partir de 2016; y dispone la renuncia a invocar la inmunidad soberana contra el embargo y ejecución de determinados bienes.

La norma autoriza al ministerio de Economía a emitir nuevos títulos públicos para modificar el perfil de vencimiento de intereses y amortizaciones de capital; determinar las épocas, plazos, métodos y procedimientos de emisión de nuevos títulos públicos; y designar instituciones o asesores financieros para que actúen como coordinadores en el proceso de estructuración, entre otras facultades.

Se establece que la prórroga de jurisdicción “no implicará renuncia alguna” respecto de la inmunidad de la Argentina con relación a la ejecución de ciertos bienes, como los del Banco Central, cualquier bien perteneciente al dominio público localizado en el país, o cualquier bien localizado dentro o fuera del territorio que preste un servicio público esencial, entre otros.

En tanto, las comisiones que puedan cobrar los bancos colocadores de deuda “en ningún caso podrán superar” el 0,1% por todo concepto del monto efectivamente canjeado y/o reestructurado. En forma previa a la suscripción de contratos con entidades y asesores financieros “se deberá dar intervención a la Sindicatura General de la Nación”.

De acuerdo al texto, todas las operaciones que se realicen quedarán exentas de todos los impuestos, incluido el IVA, tasas y contribuciones nacionales existentes y a aplicarse en el futuro.