Los problemas de deuda que enfrenta Buenos Aires parecen ser lejanos para el gobernador Omar Gutiérrez y otros mandatarios con exigentes compromisos financieros, pero con cierta espalda para seguir más o menos de pie. Sin embargo, no será tan ajeno lo que ocurra en la provincia que gobierna Axel Kicillof, si mañana el bonaerense no logra obtener el respaldo mayoritario de los tenedores de esos papeles para postergar los pagos y ganar tiempo para ordenar la bola de nieve que le dejó su antecesora María Eugenia Vidal.

Kicillof ofreció a los tenedores del bono BP21 postergar hasta el 1 de mayo el pago de capital por 250 millones de dólares. Tendría que hacerlo el próximo 25 pero no puede y busca ganar tiempo. Y  los que se subieron a la rueda de la timba financiera de Mauricio Macri, aun los más controlados, están obligados a seguir de cerca la evolución de Buenos Aires en los mercados en esta coyuntura.

Más allá de que este bono fue emitido durante la gestión de Daniel Scioli, la cifra de este tramo de los servicios de deuda es apenas una porción menor de los 2.700 millones de dólares de vencimientos que correrán a lo largo del año para Buenos Aires. Y para hacer viable el reperfilamiento planificado, Kicillof necesita que al menos el 75% de los tenedores privados del bono acepten la oferta y cobrar sólo los intereses, equivalente a unos 27 millones de dólares.

Neuquén no figura en la lista de las provincias apremiadas al extremo en lo inmediato, pero sí Chubut que necesita postergar cuatro años un bono que vence en el 2026. Ya lo planteó el gobernador Mariano Arcioni, que dejó como garantía de la deuda a una parte de las regalías de gas y petróleo, un gancho que también utiliza Neuquén para abrir puertas en los mercados financieros.

Gutiérrez formó parte del lote de gobernadores que aprovechó la política de endeudamiento que promovió Mauricio Macri y este año debe cancelar compromisos de deuda por casi 18 mil millones de pesos, un cálculo hecho con un dólar modesto, clavado en un promedio para el año de 67,11 pesos, por lo que es probable que la cifra final de los pagos sea bastante más elevada.

Neuquén empieza a pagar este mes el primer vencimiento de deuda del 2020 por una cifra de 708,5 millones de pesos, pero el cálculo ya está algo retrasado respecto de la cotización original del dólar que el gobierno hizo para esta fecha. 

Los servicios de deuda de Neuquén crecen más en el 2020 respecto de años anteriores porque empiezan a operar pagos de capital de títulos que tenían plazo de gracia hasta el 2019. Y en ese contexto, Gutiérrez tiene meses complicados por delante, como agosto, con desembolsos superiores a los tres mil millones de pesos, o noviembre por una cifra superior a los 2,6 mil millones.

A diferencia de Kicillof, Gutiérrez no tiene a quién echarle la culpa de la herencia, porque el MPN ha sido hasta aquí siempre heredero de su propio partido. Esta es una de las razones por las que en la provincia de Vaca Muerta es poco lo que se habla de la deuda y de la forma en que Neuquén lleva adelante los números. De hecho Gutiérrez tiene planificado continuar con la bicicleta financiera, ya que consiguió que los diputados le aprobaran, junto con el presupuesto del 2020,  un endeudamiento similar al monto de los vencimientos de este año. Dicho de otro modo, tomará nueva deuda con pagos a más largo plazo, para ir cancelando los vencimientos más urgentes.