Argentina
28/12/2019

Largas filas de la dignidad en los bancos del país, ignorada por los medios

Largas filas de la dignidad en los bancos del país, ignorada por los medios | VA CON FIRMA. Un plus sobre la información.

La economía con “mirada crítica” volvió al habitual modelo cinta sinfin que se utiliza eficazmente para imponer una idea. Operadores de comunicación despertaron de la larga siesta macrista.

Gerardo Bilardo

Ayer había filas extensas en los bancos. No se escuchaban cacerolas ni gritos de enojo. Los que  allí estaban no fueron a comprar dólares ni a retirar el dinero de los plazos fijos. Eran filas de la dignidad conformada por cientos de miles de jubilados en todo el país que fueron a buscar el primer reconociemiento de un gobierno que empieza a desandar el ignominioso camino del macrismo.

Operadores de los medios más concentrados se despertaron de la larga siesta y se reencontraron con la agenda económica en versión hard. Lo hicieron después de cuatro años de silencio cómplice ante el descontrolado endeudamiento del gobierno pasado para sostener a un expresidente que dejó a millones de argentinos en la pobreza e indigencia y sin trabajo.

La economía  con “mirada crítica” volvió al habitual modelo cinta sinfin que se utiliza eficazmente para imponer una idea. Volvieron a utilizarse las palabras ajuste y devaluación sin las concesiones hechas por el  criterio periodístico blando que benefició a Mauricio Macri. 

Lo que se lee, escucha y ve son más discursos que noticias. Distorsionan el sentido de una ley fundacional del nuevo gobierno que avanza con una redistribución de recursos (ver entrevista en este portal al economista Sergio Chouza), una medida  cuyos efectos se pudieron comprobar ayer en la calle, donde las cámaras de TN y de otros medios por el estilo no llegaron. Y no estuvieron presentes porque allí había jubilados castigados por el macrismo que fueron a buscar sus primeros 5.000 pesos de alivio.

El presidente Alberto Fernández podrá repetir hasta el cansancio ante las "estrellas" de televisión, diarios o radio que la ley de Solidaridad Social y Reactivación Productiva no es un ajuste. Lo tiene que hacer, pero la maquinaria informativa, que cuidó casi hasta el final a Macri, no le va a facilitar la llegada de ningún mensaje que valorice a un gobierno al que no quiere desde el nacimiento en las urnas.

El presidente podrá explicar una y mil veces que el plan para frenar el hambre se necesitan más de 100.000 millones de pesos y que parte de esos recursos no lo pondrán los que menos tienen sino los que mejor están.  Fernández podrá argumentar todo el tiempo que su propuesta no trata de un ajuste al estilo clásico, pero los experimentados en manipulación informativa triturarán sus palabras una  y otra vez como si nada.

A la ley aprobada por el Congreso le quitaron el nombre porque hay dos palabras, solidaridad y social, que están en desuso en el diccionario de esas redacciones que aplaudieron o callaron ante el endeudamiento y la destrucción de la economía. La llaman ley de Emergencia Económica y no es por ahorrar caracteres en los títulos porque miden parecido. Algunos de los voceros de estos grupo hasta se han burlado del nombre de la ley,  pero sí tomaron una palabra para denominar con ironía al nuevo precio del dólar, el que tiene incluido el impuesto del 30%, como "dólar solidario".

No se debe esperar autocrítica de los grupos concentrados mediáticos de la sostenida y generosa protección practicada sin disimulo durante el macrismo. La autocrítica no es una opción en este tipo de empresas que miran el poder desde sus propios intereses. No lo hicieron para reflexionar por su rol cómplice durante la dictadura cívico militar, menos lo harán en tiempos de democracia y con un gobierno al que no querían ver triunfar.

29/07/2016

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