El juego retórico de los grandes medios de comunicación y de los principales dirigentes opositores se instaló en la agenda con palabras fuertes como “ajuste” o “impuestazo”, que enmarcan a las políticas del gobierno nacional en un sendero opuesto al que tienen. Sergio Chouza, economista de la Universidad Nacional de Avellaneda (Undav), explicó que un “ajuste se suele pensar cuando hay una contracción del gasto público, del gasto agregado del Estado”, mientras que “ahora lo que hay es todo lo contrario: un incremento del gasto a través de todas las medidas anunciadas como la tarjeta alimentaria de 4.000 pesos, el bono para jubilados, el bono para AUH (Asignación Universal por Hijo), y un aguinaldo para los perceptores del salario social complementario”.

En declaraciones a , aclaró que entre esta y otras medidas “tienen un ticket total de alrededor de 100.000 millones de pesos”, lo que representa entre 0,6% y 0,8% del PBI (Producto Bruto Interno), algo que “es bastante significativo siendo que se realiza de una sola vez”.

“No parece haber un ajuste del gasto, lo que hay es un sustento de estas medidas de incremento del gasto vía aumento de la presión tributaria con una selectividad que impacta más sobre segmentos medios altos a altos”, precisó el economista, para luego explicar que personalmente “no hablaría de ajuste” sino “de un programa macroeconómico con una política fiscal expansiva, financiada en gran medida por el sector privado de altos ingresos”.

En una reciente entrevista, el presidente Alberto Fernández declaró que su flamante gobierno “está haciendo un ajuste, si se define a este término como poner orden sobre las cuentas públicas”. 

Pero “a diferencia de otros ajustes, este no está pagado por los que menos tienen sino por los sectores que en mejor situación están: los que exportan, los que producen petroleo, la minería, el campo, los que están en mejor situación con sus bienes personales”, sostuvo el primer mandatario.

Proyecto de Kicillof

El “impuestazo” fue otro de los términos que pusieron de moda los medios de comunicación más poderosos, en particular por la reforma impositiva que impulsa el gobernador de la provincia de Buenos Aires, Axel Kicillof. Ayer el tema no pudo ser tratado en la Legislatura bonaerense por la negativa de Cambiemos, que tiene mayoría en las cámaras. 

Chouza resaltó que ese proyecto “definitivamente no afecta a la mayoría de la población”. Aclaró que las medidas que propone Kicillof “tienen un incremento de impuestos promedio a tono con la inflación del 2019, con lo cual no deja de ser una actualización”. Destacó que “hay una segmentación bastante progresiva, sobre todo en el Inmobiliario Rural y en el Urbano, donde hay diferentes escalas; y las de mayores incrementos porcentuales son las correspondientes a propiedades más grandes o en las zonas más productivas”.

Además, el impuesto a los Ingresos Brutos “prácticamente no tiene aumentos y el Automotor (patente) tampoco, por lo que no hay ningún ‘impuestazo’ en la provincia de Buenos Aires”, explicó el investigador de la Universidad de Avellaneda. 

Puntualizó que “a nivel nacional sí tenés un incremento sustantivo sobre segmentos con capacidad contributiva”, pero de todos modos “la cantidad de contribuyentes que pagan impuesto a los Bienes Personales, es de menos de 1 de cada 10 ciudadanos de la población económicamente activa, o sea que es un porcentaje muy menor”.

Reactivación del consumo

Las medidas tomadas por el gobierno de la Nación y que prometen una inyección de 100.000 millones de pesos, según el especialista de la Undav van a recomponer el “consumo reprimido, conforme vaya gradualmente mejorando el poder adquisitivo de la población”.

El consumo reprimido “se ve en todos los indicadores de consumo minorista que vienen desplomándose”, por ejemplo, en el registro de “una nueva caída de 1,3% en las ventas de supermercados marcando 16 meses consecutivos a la baja”.

Señaló que como los bonos y los incrementos son “focalizados sobre segmentos bajos o medios bajos, que tienen una altísima propensión a consumir, tienen escasos márgenes de ahorro y todo lo que tienen lo consumen”.

Como dato respecto de la discusión de las jubilaciones, el economista agregó que el gobierno bajó “la tasa de interés”, lo cual “va a repercutir sobre los jubilados que tienen un crédito de Anses tomado en un 8% de mejora de los haberes”.

“Los que sacaron esos créditos no necesariamente se corresponden con el 50% que gana la mínima o el 65% de los que cobran menos de 19.000 pesos por mes”, y lo mismo ocurre “con los que sacaron créditos en la Anses que tienen asignaciones familiares” a quienes “les va a repercutir en una baja” de lo que deben pagar por esos créditos, remarcó.

El dólar “blue” y el traslado a precios

Consultado sobre el efecto en los precios que puede tener eel llamado dólar “blue”, que se vende de forma ilegal y paralela al mercado de cambios, Chouza explicó que no se descartan “posibles efectos de expectativas, de colchón” que tienen que ver con que “algunos productores o comerciantes que, por motivos precautorios, trasladen algo de este componente de dólar blue, que se está disparando, pero esto no tiene un fundamento macroeconómico”.

“La formación de precios para la producción y para el comercio está dada por la cotización mayorista o la cotización minorista oficial, que es la del tipo de cambio preferencial de 60 pesos para el mayorista y 63 para el minorista”, indicó.

Dijo además que esto se puede evitar con un mercado “que funcione con ciertos mecanismos de competencia, que tienda a una competencia real donde haya muchos oferentes, y donde si vos tenés un incremento de precios que no se justifica por los costos viene un competidor y te come parte del mercado”.

Apuntó finalmente este tipo de situaciones se podría aminorar teniendo en cuenta que “la secretaría de Comercio va a accionar, va a mirar con más detenimiento lo que vienen siendo incrementos injustificados por fuera de los costos que afrontan los productores y comerciantes”, completó Chouza.