Mauricio Macri puede llenar Plaza de Mayo varias decenas de veces de pobres e indigentes. Mañana hará su despedida pero con otro triste dato de la realidad: la pobreza e indigencia alcanza a casi 20 millones de argentinos y los índices siguen echando gente por la borda, aun cuando falta medir el último trimestre del año.

En cuatro años, la pobreza subió 12,3% y la indigencia creció el 4,4%. En ese contexto de derrumbe social se van Macri y un gobierno que privilegió el mercado financiero antes que la producción. Las cifras que reflejan la pérdida de dignidad de millones de personas, tienen el dato oculto de las causas, entre las que están, en primer orden, la constante devaluación del peso y una inflación disparada que enterró mes a mes las expectativas de una mejor calidad de vida a cuatro de cada diez argentinos, en el caso de la pobreza.  

El Observatorio de Deuda Social de la Universidad Católica Argentina (UCA) difundió ayer los datos correspondientes al tercer trimestre de este año. La pobreza alcanza al 40,8% de la población y la indigencia saltó al 8,9%. En el primer caso, las víctimas de las políticas del macrismo suman 16 millones y en el segundo 3,6 millones de personas.

La indigencia afecta más a niños, niñas y adolescentes (de 0 a 17 años) que a otros segmentos de la población. Si la media es 8,9% para el total, entre los de menor edad se dispara al 14,8% y ese índice equivale a 1,5 millones de niños y niñas que viven en hogares que no tienen los ingresos mínimos para vivir. El segundo grupo afectado por la indigencia es el correspondiente a los jóvenes de 19 a 28 años, con una tasa del 9%.

La inflación del año, que según se estima terminará en el 54%, y las devaluaciones del último trimestre, terminarán empujando aún más hacia arriba las estadísticas en el último tramo del 2019, que no está comprendido en la muestra de la UCA difundida ayer.