El presidente electo, Alberto Fernández, utilizó un escenario armado por una de las más poderosas entidades empresariales del país, para exponer posiciones firmes frente al poder económico y los acreedores internacionales, y alertar sobre la gravedad de la situación que va a heredar cuando asuma. Fue en una conferencia organizada por la Unión Industrial Argentina (UIA).

Les dijo, por ejemplo, que “todos tienen que hacer un aporte y un compromiso, algo van a tener que dar y algo tendrán que resignar", y anunció que "las cuentas fiscales quedan en estado deplorable y con reservas para seis meses".

También habló de las “obligaciones externas” que fueron contraídas “de modo delirante”, y destacó que su gobierno no permitirá “que esa realidad se lleve puesta a la industria y genere más desocupación”. Advirtió que “no quiero hacerle quitas (de deuda) a nadie” pero aclaró que se pagará una vez que se hayan generado los dólares para saldarla.

Las palabras del futuro mandatario nacional, quien asumirá el martes 10 de diciembre -dentro de poco más de 10 días-, fueron pronunciadas durante la XXV Conferencia de la Unión Industrial Argentina, realizada en Parque Norte de Buenos Aires. Lo hizo como parte del panel 'La Argentina del futuro', y adelantó criterios que se propone adoptar en materia económica, social y de producción.

Dijo que “en Argentina hay esperanza. Después del 10 de diciembre va a venir algo mejor. Vamos a hacer todo lo contrario a lo que está pasando. No vamos a premiar a los que especulan, vamos a ayudar a los que producen, vamos a preocupar por los que trabajan y vamos a poner en marcha la economía una vez más. Ese es el desafío que tenemos”, afirmó.

Al referirse -aunque sin nombrarlo- a una frase del actual presidente Mauricio Macri, quien dijo que su gestión dejará “bases sólidas” para el próximo gobierno, Fernández afirmó: “Acá todos perdieron. No sé cuáles son las bases sólidas que nos dejan. Estoy caminando en un pantano”, graficó.

“Que las persianas bajas se levanten”

Sobre el sector fabril en particular, sostuvo que “necesitamos que los industriales vuelvan a tener crédito, vuelvan a producir y vuelvan a dar trabajo. En un país donde el crédito se ha vuelto inaccesible, donde por la crisis muchas pymes dejaron de ser sujetos calificados para buscar créditos, tenemos que iniciar un punto de arranque para poner un orden y que todos los que tienen las persianas bajas las levanten, y todos los que tienen las máquinas de trabajo bajo lonas vuelvan a sacar las lonas y pongan trabajadores”.

“Esto lo podemos hacer en la soledad en un despacho pero quiero que lo hagamos entre todos, firmando un nuevo tratado social. Con la creación del Consejo Económico y Social, para pasar de la política que impone medidas a la política que busca consensos para pensar un futuro. Estoy renunciando a mi capacidad de decidir solo”, aclaró el presidente electo.

Recordó también que “llevamos 17 meses de caída de la industria y más de dos años de caída de consumo". En ese marco, “hay que revivir el consumo”, enfatizó, para luego explicar que “vamos a ir poco a poco. No vamos a dejar que las obligaciones externas, que son muchas y fueron acordadas de un modo delirante, porque pidieron mucha plata a pagar rápidamente, no vamos a dejar que esa realidad se lleve puesta a la industria y genere más desocupación", dijo Alberto ante los poderosos empresarios.

"No quiero hacerle quitas a nadie, no quiero dejar de pagarle a nadie. Pero esta vez esa deuda no la van a pagar los que menos tienen, no la van a pagar los que producen y dan empleo", remarcó. “Vamos a pagar el día que hayamos crecido (económicamente) y haya aumentado la producción”.

Alberto destacó después que “la solución no es tirar por la ventana a argentinos que sobran", y sostuvo que para resolver los problemas del país "hace falta un compromiso social de todos y cada uno de nosotros".

“Tremendo en términos sociales”

En otro tramo de su discurso, el ganador de las recientes elecciones presidenciales expresó que "nadie puede estar contento con lo que nos ha pasado. Estos fueron cuatro años de especulación financiera, donde era mejor apostar a un bono que invertir y producir y dar trabajo".

Aseguró que "nos pasan cosas tremendas como que en la Argentina de hoy se consume un treinta por ciento menos de leche. La caída ha sido tan tremenda en términos sociales que por ajustar números asomaron enfermedades que estaba erradicadas, como el sarampión y la varicela. Todo para invocar una lucha contra la inflación que logró niveles insuperables", lamentó.

"Ahora: en el mundo de los especuladores ganan muy pocos, los que especulan. ¿Y quiénes son los que pierden? los mejores, los que arriesgan y los que trabajan", graficó. Por eso, “después del 10 de diciembre vamos a hacer todo lo contrario a lo que está pasando", aseguró Fernández.

"Hay millones de argentinos que se cansaron de vivir este tiempo, porque nos ha empobrecido a todos", continuó. “Se equivocan quienes piensan que el debate es ver por cuánto congelamos precios y salarios", sino que "el debate es ver lo que tenemos que hacer para que Argentina se ponga de pie y vuelva a producir".

Luego, tras reseñar los graves conflictos sociales y políticos de otros países de la región, les reclamó a los empresarios “no dejemos que la gente salga a la calle a decir 'no damos más'", y pidió dar una respuesta adecuada a esa realidad. Insistió además en su convocatoria a un Consejo Económico y Social para poder "decir basta al hambre en Argentina".

"No me voy a dejar convencer por ningún canto de sirena porque los cantos de sirena nos dejaron en el fondo del mar", concluyó Fernández.