Algunos analistas manifiestan que en la política argentina de carácter eminentemente presidencialista, existe lo que denominan “el síndrome del vice”, que se presenta en la mayoría de los casos en donde vicepresidentes, vicegobernadores o presidentes de concejos municipales llegan al poder integrando la fórmula y una vez en el poder ocupan un lugar de, por lo menos, mucha menor trascendencia y comienzan a sentir como un pequeño complejo de inferioridad.

Se los compara a veces con el síndrome del segundo hijo, que cuando llega al mundo invade un territorio ocupado por otro, quien hará lo que esté en su mano para que no se apodere de él.

En Río Negro se ha presentado el caso en varias oportunidades en donde estos “segundos” pretendieron ser primeros y las relaciones entre ambos se fueron lastimando.

Este no parece ser el caso de Pedro Pesatti que hoy ocupa el segundo lugar institucional en la provincia. Es profesor en Letras, nacido en Viedma, activo militante del peronismo desde su juventud y férreo defensor de las políticas que el 25 de mayo de 2003 diseñó y puso en marcha el presidente Néstor Kirchner.

Llegó a la vicegobernación por primera vez en agosto de 2014 a propuesta del gobernador Weretilneck para reemplazar al fallecido Carlos Peralta. Esta designación derivó en el desplazamiento de Ariel Rivero, que había asumido la función en mayo de ese año por corrimiento, ya que era el vicepresidente primero por un acuerdo entre Weretilneck y el senador Miguel Pichetto.

Solo para recordar aquel momento un legislador del, en ese momento oficialismo, dijo en plena sesión: “el 2 de enero del 2012 le dimos pan a un perro ajeno, y ya no tenemos pan ni perro” haciendo alusión a los acuerdos que habían derivado en la continuidad de Weretilneck reemplazando al fallecido gobernador Carlos Soria.

Luego el proceso termina el 14 de junio de 2015 con la elección de la fórmula Weretilneck – Pesatti que ganó por casi un 53% de los votos, sobre la integrada por Miguel Pichetto y Ana Piccinini.

En el día de su cumpleaños, el 4 de mayo de 2016, Pesatti decidió comunicar su alejamiento del justicialismo y sumarse a lo que sería Juntos Somos Río Negro.

Aquel día, Pesatti manifestó, “elegí este camino que con el compañero Weretilneck venimos transitando, juntos, para abrir el campo de la política a todos los rionegrinos y rionegrinas que creen en el respeto como principio de vida, en el diálogo como método y en la justicia social como bandera”.

Hoy sigue siendo un férreo defensor de esos principios y es muy cuidadoso de cada manifestación pública que le toca hacer, sobre todo en estos momentos, cuando después de un muy mal 2017 el partido del gobierno y el propio gobierno, han tenido cimbronazos importantes, algunos desencuentros y surgieron infinidad de especulaciones en cuanto al futuro de Juntos Somos Río Negro y la determinación que tomarán cada uno de sus integrantes.

Hace unos días el vicegobernador formuló declaraciones en las que con estos cuidados y con su habitual sinceridad respondió a la consulta periodística.

Al hablar del cargo que ocupa dijo que “desde el momento que Alberto me ofreció ocupar este lugar en 2014 sé que es un cargo donde uno tiene que estar muy preparado para no ir más allá de lo que uno está habilitado. Es un cargo importantísimo, pero el poder que yo tengo es muy restringido. Y yo tengo que saber que ese es mi poder y en su restricción está el secreto de poder ejercerlo bien. Yo tengo más para pasar sin pena ni gloria que para lograr la gloria en este cargo”, afirma dejando en claro el rol que le tocó cumplir en esta etapa de su vida política.

Dijo que su gestión requiere “estar preparado para no perder el equilibrio” y si bien reconoció que puede haber tentaciones políticas de ir un poco más allá, afirmó que “hay muchos que esperan que uno cometa esos errores o inventan cosas que uno no hace para mostrarle al gobernador que el vicegobernador está en un proyecto individual. Algunos me dicen que eso no me sirve porque no me pone en una situación de fuerza, pero yo sólo aspiro a terminar mi mandato siendo un buen vicegobernador”.

Sobre el particular dijo que “en Argentina somos muy tolerantes con aquellos que no pueden gobernar su propia ambición y nosotros hemos tenido una dirigencia política que por ambiciosos o desmedidos ha hecho perder a Argentina grandes oportunidades.

Específicamente sobre su relación con el gobernador Weretilneck, Pesatti dijo que “es buena. Podría ser mejor. Siempre las relaciones pueden ser mejores. Es una relación difícil la del vicegobernador y el gobernador. A veces hay ruidos más generados, que genuinos, porque hay intereses".

Contó que “le he dicho al gobernador que no tengo aspiraciones más que de terminar bien mi mandato, no me interesa ser candidato a nada. No estoy enloquecido por ser el reemplazante de Alberto Weretilneck el día de mañana”.

Sobre el tema agregó que “sí aspiro a que los ansiosos eviten generar situaciones que deterioran la gestión de gobierno y mantener una fuerte unidad porque si quebranta, no hay destino para nadie” y puso como ejemplo el proceso que tuvo el radicalismo de Río Negro que tras gobernar por espacio de 28 años “se quedó con un solo legislador y no pudo lograr ni siquiera que su último gobernador pudiera ser senador”.

El vicegobernador afirmó que “la sociedad rionegrina es progresista. Somos progresistas y no nos casamos con nadie. Al rionegrino le da lo mismo quién esté gobernando en tanto le dé respuestas a la comunidad”.

Sobre el rol de la oposición dijo que “el que ejerce el gobierno debe saber que la oposición tiene como tarea criticarlo. Después la gente sabrá si lo hace o no con honestidad. Hay estilos que no me gustan, cuando se violenta la palabra, las formas, cuando se intenta golpear en cuestiones personales”.