La Federación de Productores de Fruta de Río Negro y Neuquén solicitó a la Nación una compensación de los gastos de la cosecha que “son valores que se transfieren entre otras cosas a la mano de obra, al combustible, al transporte. Lo que se está buscando es paliar una situación complicada y que el productor no malvenda la fruta”.

Se solicitó una cifra que fijaron en 1,50 pesos por kilo de fruta, que “en realidad debiera ser de $1,56”, según aseguró el presidente de la entidad, Sebastián Hernández. El aporte que reclaman es de 600 millones de pesos.

Considerando distintos aspectos como tratamientos sanitarios, fertilización, poda, raleo, defensa de heladas, combustible, costo laboral, que los chacareros definieron en “34 centavos de dólar el costo de referencia de la producción de kilo de pera y manzana de la temporada 2016/2017”.

También dijo que, más allá de que subió un poco el dólar, “no avizoramos que el esquema haya cambiado con respecto al año pasado”, y afirmó que durante los últimos dos años no pudieron bajar los costos, lo que generó que hoy se encuentren casi en la misma situación, “pero con el agravante de un aumento en los costos de un 20%”.

Por su parte, el gobernador Alberto Weretilneck, manifestó a mediados de enero que todos aguardan “que haya poca fruta en los países competidores y algún que otro problema en Europa y otros lugares, para que nos permita que nuestra fruta, a pesar de ser cara, puede ser vendida”.

Al repasar cifras críticas para la actividad, resaltó “la pérdida de más de 10 mil hectáreas en producción y la desaparición de 2 millones de jornales en los últimos 5 años”.

Hernández dijo que un respiro para esta actividad “sería que el Estado defina políticas para bajar los costos, pero eso no se ve, por el contrario es lo que se ve son incrementos tanto a nivel provincial como en el nacional”.

De ese modo, sostuvo que “no existen reglas claras que indiquen, por ejemplo, que a los ingresos brutos los pague el que comercializa y no el productor primario”.

“Creemos que este camino es lo más rápido para sostener la producción frutícola porque si no se vende la fruta bien, será imposible pagar los 540 millones en créditos que se nos brindó desde el Estado el año pasado”, advirtió el presidente de la Federación de Productores.